VIII

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—¿Qué hiciste qué, Samir?

—Me uní a Vesnia.

Su hermana lo observó incrédula, antes de gruñir en advertencia.

—Treinta años tienes, Samir, no eres un estúpido cachorro adolescente.

—Tú sabes bien que no es algo que nosotros podamos controlar, Cecilia.

—¡Pero te uniste a una desconocida, Samir! Nuestro linaje es el más puro, nuestra familia es la más prestigiosa, ¡Y tú acabas de mezclar nuestra sangre!

—Ella es mi compañera, yo no lo elegí.

—Eres un estúpido —gruñó tomándolo del rostro, apretando sus uñas en las mejillas de él—. ¡Te uniste a una sangre impura, estúpido! ¡¿Entiendes eso?! ¡¿Y sabes por qué lo has hecho?! ¡Porque estabas desesperado por unirte a alguien!

—Eso no es verdad.

—¡Por supuesto que lo es! —exclamó soltándolo—. En el último año has intentando encontrar a tu hembra en decenas de mujeres, y no había funcionado porque eran todas humanas. ¡Y encima la más idiota fuiste a tomar!

—No hables así de ella —gruñó.

—No te atrevas a gruñirme a mí ¿Oíste? —le advirtió con rabia—. Recuerda tu rango.

Gruñó bajo y desvió la mirada.

—¿No la vas a aceptar entonces?

—No.

—Es mi compañera, Cecilia.

—Y este es mi clan, mi casa, y yo no acepto impuros, ni aunque se trate de ti, hermano.

Asintió con la cabeza, apretando la mandíbula.

—Mañana mismo los quiero fuera de mi sitio.

—Sabes que sería riesgoso eso, espera sólo unos días más, hasta que pueda organizar todo para irme.

—No quiero su asqueroso olor en mi casa, Samir, contamina mi apellido. Los quiero mañana a primera hora fuera de mi clan.

Sí, sabía que su hermana podía ser fría, despiadada, pero jamás creyó que lo sería con él. Y debía respetarla, después de todo, ella era el alfa de su clan.

Y aunque él también lo era, por ser la mayor, le debía respeto.

🌕🌕🌕

—¿Cómo te sientes?

—Bien, un poco cansada.

—¿Segura?

—Sí.

—De acuerdo, ven un momento, debemos hablar de algo importante.

Ella asintió con la cabeza y fue hasta el sillón donde él estaba sentado.

—Nuestras familias están formadas por clanes, nuestro clan es el Wildwolf, uno de los más antiguos y respetados en nuestra sociedad. Nuestra familia tiene lo que nosotros conocemos como un linaje puro.

—Eso es increíble —sonrió.

—Como los lobos, nos regimos por rangos, el alfa es el líder de la manda, del clan.

—Oh ¿Y quién es el alfa de tu familia?

—Mi hermana Cecilia, porque es la mayor.

VesniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora