CAPÍTULO SEIS

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El cielo se nubló. Nadie esperaba una tormenta pero ninguno podía predecir con exactitud lo que se avecinaba. El viento alborotó la tierra del suelo, rodeando los pies de Levi y Ymir.

Ambos están totalmente en guardia, esperando en el bosque la llegada del nuevo clan. Su objetivo era uno solo: exterminarlos. Sin importar que los superen en números. 

— Puedo sentirlos acercarse —Levi se mantenía concentrado en su objetivo,por un momento, la imagen de Farlan e Isabel aparecieron en su mente, felices y sonriendo pero algo extraño sucedía—. Solo se acercan tres vampiros. Petra no está.

—Lo supuse —dijo Ymir—. Ella llegará por su cuenta junto con el rubio de esteroides 

Los truenos se oían en el cielo, y la  primera gota de agua cayó sobre la tierra, seguida de una fuerte y torrencial lluvia. Los hermanos esperaban enfrentar su más fuerte deseo. Ymir lo miró con atención, esperando su orden exacta de atacar. 

—¡Avanza! —ordenó adelantándose, siendo el primero en correr.

Ymir era poderosa y astuta. Levi era veloz. La única manera  para que su hermana iguale su velocidad era teletransportandose. 

Gunther, Erd y Auruo buscaban cruzar la frontera e ingresar al pueblo. Entrenados para matar sin piedad y compasión. Las risas masculinas se oían disfrutando del espectáculo. Levi odiaba oírlos reír. 

El azabache corrió con mucha velocidad, fijando su objetivo en Gunther, a quién tenía cada vez más cerca, pero un solo movimiento bastó para atraparlo. Levi estiró su brazo, antes de que Gunther trepara un árbol, lo sujetó del hombro y estampó el cuerpo masculino contra el suelo. Luego rodeó su brazo alrededor del cuello del moreno apretandolo con fuerza. 
Gunther no pudo defenderse.

—Uno menos —sentenció el azabache vengativamente.

Quebró el cuello del moreno con facilidad al mismo tiempo que Ymir reapareció para tirar de la cabeza de Gunther,  dejando al intruso decapitado en el suelo. 

—¡Gunther! —gritó Ed trepado a otro árbol.

Levi observó como el rubio buscaba vengar la muerte de su compañero pero Auruo llegó para impedírselo.

—¡Avanza Erd! —ordenó el inmortal con rostro de anciano—. ¡Hay que escapar!

Erd saltó al suelo y Auruo corrió con su compañero rumbo a los acantilados, donde la marea alta golpeaba fuerte sobre la roca. 

Planeaban huir pero sabía que su hermana no permitiría que lo hicieran. La fémina se teletransportó donde Erd y apareció para sujetarlo del brazo y estamparlo contra un árbol. Erd quedó totalmente desorientado pero antes de incorporarse, Ymir fue más rápida porque pisó la espalda del rubio con su pie derecho. 

La fuerza de su hermana fue tanta que llegó a quebrar algunas de sus costillas. Pero eso no fue suficiente, Ymir decidió arrancarle los brazos con facilidad.

—¡Tks! Cobarde —insultó observando a 
Auruo Escapar. 

—No podrán contra ella —amenaza Erd con dificultad.

—Que lloron eres, solo arranqué tus brazos —espetó Ymir sarcásticamente.

—Solo es un pedazo de mierda —confiesa Levi con desprecio, sosteniendo la cabeza de Gunther—. Esto es lo que se merecen

Acerca dicha cabeza decapitada al rostro de Erd, permitiéndole saber que el mismo destino le esperaba.

—Ella te destruirá —Erd reiteró su amenaza.

—Acaba de una vez. Odio la lluvia —se quejó la pecosa.

—La próxima te traes un paraguas pecosa —regala decapitando a Erd; afortunadamente los deseos de su hermana se cumplieron—. ¡Ja! ¡El cielo te escuchó! 

Sweet BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora