CAPÍTULO TREINTA Y TRES

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EREN

La presencia de Eren en la casa de la familia Zoe era tan indiferente que en todas las ocasiones nadie sabía cuándo se iba o regresaba, excepto Petra. La vampira últimamente dedicaba la mayor parte de su tiempo observando cautelosamente como lo necesitara. Afortunadamente, la astucia de Eren lo ayudó a evitarla en su mayor parte del tiempo pero no pudo salvarse de las órdenes estrictas que recibió de Petra, cuando lo arrinconó y encerró en el baño.

La misión era simple, hurtarle a Mikasa la carta que brindaba la información acerca de cómo se podía controlar a los licántropos. Obviamente, cuándo preguntó el objetivo de la misión, Petra le aseguró que era por el bien de Mikasa y para protegerla del mayor peligro. Por lo tanto, se convenció rápidamente que quizás Petra no era tan dañina para la vida de su ex pareja.

Al regresar de comprar un par de latas de cerveza, le resultó extraño que toda la casa estaba silenciosa, como si jamás estuviera habitada, incluso no tuvo la necesidad de sacar sus propias llaves ya que la puerta no tenía seguro. Desapercibido revisó cada rincón de la planta baja, incluido el sótano, pero nadie daba signos de vida. Teorizó que probablemente todos estuvieran asistiendo a un ritual en otra propiedad pero como tampoco le importaba mucho, solamente subió las escaleras rumbo a su habitación.

Sin embargo, al caminar por los pasillos del primer piso, se detuvo cuando escuchó murmullos que anunciaban una discusión. Las voces provenían de la habitación temporal del nuevo huésped, Zeke. Al parecer, Zeke mantenía una intensa discusión con Petra.

Eren colocó sus cervezas en el suelo y sigilosamente se acercó a la puerta semi abierta de la habitación para escuchar mejor el motivo de la discusión.

— ¿Por qué simplemente no podemos irnos juntos? Lejos de aquí, nosotros dos —escuchó decir a Petra desesperadamente—. Lo prometiste.

—Entiende que primero debo derrotarlo para quedarme con la manada —respondió Zeke—. Deberías dejar de ser terca, Petra. Hay que priorizar exterminar los dos clanes restantes en este pueblo. No podemos simplemente huir, él sabrá nuestros planes y no pasaremos vivos la frontera.

Eren no sabía que un nuevo enemigo acechaba las vidas de Zeke y Petra. De hecho, pensó que solamente ellos eran los enemigos de Levi y su clan.

—Es por ella —Petra insistió—. ¿Quieres protegerla del híbrido? 

—Petra —masculló Zeke entre dientes—.  Te ruego que no empieces.

Eren avanzó un paso sin ser descubierto. Odiaba ser un mensajero, consideraba que también tenía el derecho de saber lo que ocurría en el pueblo.

—¡¿Qué tiene ella que yo no posea?! —Petra se escuchaba enfundada—. ¡¡Me prometiste olvidarla y te creí, Zeke!! ¡No es justo que me trates de esta manera!

<<Sólo es una discusión amorosa>> Pensó para sí mismo mientras sacó la carta de su bolsillo con intenciones de leerla. Pero antes de abrir el sobre, escuchó que Zeke mencionó su nombre.

—Eren aún no sabe que soy su medio hermano —declaró el huésped—. Mi plan era asesinarlo pero lo dejé vivo por ti, Petra. No entiendo por qué sigues desconfiando.

<<Estupendo>> Nuevamente pensó ¿Por qué su padre jamás le mencionó que tenía un medio hermano?

—Ese chico me pertenece, si quisieras asesinarlo ya lo hubieras hecho pero lo dudo porque es mi deber protegerlo —refutó la vampira—. No eres más que un embustero, sino la olvidas te juro que...

Petra no pudo continuar sus relatos porque Zeke abofeteó su mejilla, agarrándola del cuello hasta estampar su cuerpo contra la pared. Eren sintió un incontrolable deseo de protegerla y con la ira recorriendo sus venas se arriesgó a cruzar la puerta y correr en dirección a Zeke.

Sweet BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora