Sweet Blood

CAPITULO FINAL

Finalmente todo había llegado a su fin. El consejo fue destruido junto con Zeke y Erwin, pero las desgracias de todos modos ocurrieron y consigo se llevaron muchos inocentes, personas importantes para Mikasa, en otras palabras Floch. El pueblo Sina finalmente se liberó de la maldición pero Sweet Blood seguiría quedando como una festividad para Halloween ya que eso fortalecía la actividad turística del pueblo. Lo único que cambió fue la frase de dicha celebridad, ya no sería "la celebración de expulsión de vampiros" a partir de ahora lo denominaron como "la celebración de expulsión de las bestias" refiriéndose a todas las desgracias que ocurrieron.

En cuanto a los inmortales, Petra logró recuperarse, Eren y Reiner se mantuvieron a su lado cuidando de su líder; además, Pieck les permitió quedarse en el pueblo siempre y cuando se alimenten en la ciudad. Reiner, después de muchos intentos, se acercó a Annie para pedirle disculpas y también para permitirle saber a la vampira que si aún decidía vengarse él estaba dispuesto a morir. Annie simplemente lo perdonó sin demostrarle rencor alguno. 

Pieck y Porco se permitieron iniciar una relación amorosa viviendo juntos en el hogar donde anteriormente vivía Mikasa. Al cabo de dos semanas, la noticia de embarazo de Pieck emocionó a todos incluso a los docentes de la preparatoria que, a pesar de no saber acerca de su naturaleza como licántropo, demostraron mucho cariño a la nueva directora que tanto apreciaban. Porco era el más emocionado, al enterarse del embarazo de su amada, no dudó en correr a las tiendas para comprar ropa de bebé entre otras cosas, incluso llamó a Nifa para que lo ayudara a redecorar la habitación de su futuro hijo o hija. A Porco no le importaba el sexo del bebé, él se encargaría de hacer feliz a Pieck demostrando ser un excelente padre.

El clan de Nanaba siguió permaneciendo en la ciudad retomando sus actividades con normalidad. Jean fue ascendido como alfa, ya que Porco prefirió concentrarse en la paternidad, así que tuvo que aprender a dirigir una manada, convertir a quienes nacían en luna llena y estudiar estrategias de batalla para cuidar al pueblo y las fronteras de Sina. 

Annie decidió separarse de Armin, necesitaba tiempo para pensar qué demonios quería para su vida y que sentía su corazón. Bertholdt y Armin la confundieron tanto que se olvidó completamente de su amor propio. La tristeza de recordar a Bertholdt suplicar sin recibir su ayuda la atormentaba todos los días. Para ella Bertholdt había muerto y con esa muerte el amor que le tenía. Armin aceptó su decisión y no volvieron a platicar personalmente, tampoco a enviarse mensajes o recibir llamadas.

La graduación fue estupenda. Todos celebraron durante la tarde en el gran campo deportivo, luego se llevó a cabo el baile en el salón principal de la preparatoria. Un baile donde Levi y Mikasa estaban tan acaramelados en el centro de la pista que provocaba mucha ternura.

Los dos se permitieron aclarar sus sentimientos y qué pensaban hacer cuando la maldición terminara el treinta y uno de diciembre. Ambos Ackermam temían dejarse de amar pero estaban convencidos de que lo intentarían nuevamente. No se permitirían estar alejados.

Mikasa vistió un elegante y largo vestido rojo que dejaba al descubierto su espalda. A su vez, llevaba unos tacones negros, un peinado delicado, finos aretes de oro y un collar de diamantes que Levi le regaló como presente de graduación. El collar anteriormente pertenecía a Kuchel pero Levi se lo otorgó como obsequio para que Mikasa pudiera lucirlo deslumbrando tanta belleza.

 —Faltan dos días para que se acabe nuestra maldición —sus manos apoyadas en el hombro de Levi ahora se unieron detrás de la nuca del inmortal—. Si nuestro amor se acaba…. —bajó su mirada apenada, no debía dejar que la cobardía se apoderara de ella—. Quería saber si estabas dispuesto a intentarlo conmigo.

Levi le acarició la cintura acercando su rostro hacia ella para susurrarle en los labios.

— Mikasa, me sorprende que lo preguntes —la miró a los ojos con desdén—. ¿Crees que te dejaría ir tan fácil? Sería un completo idiota. No permitiré que nadie más nos separe, lo prometo.