CAPÍTULO VEINTICINCO

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ARMIN

—Bien, creo es suficiente por ahora, Mikasa —terminó de paralizar el brazo de su compañera debido a que padecía un peculiar temor a las agujas—. Quedan menos bolsas de sangre por llenar.

— Armin, jamás mencionaste porqué es necesaria mi sangre —Mikasa acarició cuidadosamente la piel donde se había insertado la aguja—. Tampoco puedes decírmelo ¿verdad?

<<Mierda. Todas las afirmaciones de Annie fueron correctas>> Se dijo a sí mismo, añorando la presencia de la rubia para que lo ayude a no ser demasiado evidente. 

Nanaba, su jefe de clan, tampoco le tenía permitido hablar. Suficientemente debía soportar que uno de sus integrantes pase la mayor parte de su tiempo con el clan de Levi. Un aspecto negativo de los jefes de clan es que suelen ser posesivos con sus miembros. Sus deseos de proteger inmensamente a su familia de clan los obligan a crear conflictos con otros jefes porque piensan que alguno de sus miembros serán hurtados por otros grupos.

En este caso, hubo momentos en que Nanaba pensó que Levi hurtaría a Armin pero el rubio se encargó asegurarle que estaba equivocada y que no sucedería tal sospecha. Además, si Levi lo querría en su clan  ya hubiera hecho algo al respecto. No obstante, una de las principales razones de su estadía temporaria de visitas se debía a dos razones. La primera razón era porque el clan de Nanaba obligatoriamente tenía que cumplir la promesa de proteger a Mikasa. La segunda razón de Armin era Annie.

—¡Llegue! —Annie bajó apresuradamente las escaleras, sosteniendo una caja de pizzas—. Traje la cena.

—Sabes que puedes ingresar por la puerta ¿verdad? —espetó Mikasa. Luego sostuvo la caja de pizza—. No podré comer todo esto sola.

—Comería  a tu lado pero ya me alimenté —respondió Annie, pero Armin quedó hipnotizado por la figura que tenía la rubia. El vestuario que poseía hacía que le resalten mucho más sus curvas—. Con respecto a tu ventana, me gusta ingresar por ahí, las puertas no son de mi agrado.

Tal parece que Mikasa se percató de su observación, por lo tanto carraspeó y logró despojarlo de su hipnosis.

—Supongo que es porque eres un vampiro —acotó Mikasa—. A ustedes les gusta aparecer de la nada en lugares menos pensados.

—Es algo que nos caracteriza —musitó Armin—. Suele pasar cuando persigues algo y no quieres rendirte hasta obtenerlo.

Las intenciones de Armin fueron gritos. Sus palabras lograron que Annie se sonrojara inmediatamente, aunque supo cómo disimularlo. Mikasa, simplemente mordió una porción de pizza como espectadora del momento.

Todo esto le resulta estúpido al Armin. Es decir, Erwin junto a Levi planearon perfectamente cómo proteger a Mikasa. El primer paso era retirarse junto a Annie para que Mikasa se quedara sola en su hogar, ya que su abuela y Bertholdt no se encontraban en ese momento. El segundo caso consistía en que la manada rodeará la casa y procurará de que ningún intruso moleste a la azabache. 

Sin embargo, su intuición le dice que posiblemente nada funcionará a lo planeado. Levi tiene sus razones para estar con Petra. Ymir tiene sus razones para entrenar a Historia junto con Erwin. La  manada tiene sus razones para proteger a Mikasa. En todo caso, si intentara atacar a la última híbrida, Floch actuaría inmediatamente. 

Desafortunadamente, algo no andaba bien. La manada no sólo rodeaba el lugar para proteger a Mikasa, se ocultaban para proteger sus identidades de otro posible enemigo.

—Tenemos que irnos  —Annie se levantó del sofá y le indicó a Mikasa que cerrara todas las ventanas y puertas.

Escuchar a Annie dar indicaciones era demasiado cómico, ya que, si un ladrón o intruso intentará ingresar, definitivamente sería la cena de algún licántropo.

Sweet BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora