CAPÍTULO VEINTE

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MIKASA

El insoportable dolor en su tobillo le dificultaba caminar. Debió amarrar adecuadamente las sábanas y así bajar cuidadosamente por la ventana pero no; su ansiedad y deseo apresurado la obligó a apoyarse sobre el marco—desde el primer piso— y saltar impulsivamente, aterrizando con ambas piernas sobre el suelo, pero con un tobillo izquierdo doblado que se digno a traicionarla en dicha caída. Sin mencionar que también raposo accidentalmente su codo.

<<No eres un vampiro, Mikasa>> Se recriminó.

Aunque caminar le incomodaba, logró tomar un bus que la llevara a la ciudad. Bertholdt especificó en la nota que conocería al Alfa pero que debía viajar a la ciudad sin mencionar el lugar de encuentro. Durante el trayecto pensó en las múltiples oportunidades que podía obtener de este encuentro. Es decir, trataba de memorizar todas las preguntas que haría para sacarse las dudas que merodeaban su cabeza.

Finalmente el bus llegó a la ciudad y Mikasa bajó en la tercera parada situada sobre la vereda donde la Biblioteca central estaba. Aprovechando la casualidad, pensó que podría obtener algo de información que trate de leyendas paganas. Después de todo, Bertholdt no detalló que era su obligación buscar al alfa.

Decidió ingresar, colgando su mochila sobre uno de sus hombros, y en la recepción una chica con cabello corto color rubio le indicó que debía dirigirse al pasillo 31. Si, la biblioteca era casi interminablemente.

Pasillo 27, 28, 29, 30...antes de llegar al pasillo 31 chocó con una mujer. Se trataba de Hange  quien estaba acompañada de Erwin.

—¡Mikasa! —grito Hange mientras le daba un abrazo—. ¿Qué demonios haces aquí? ¿No deberías estar en clases?

— Decidí pasar por aquí, necesitaba información acerca del proyecto final para la materia —mintió. 

Hange jaló su muñeca, llevándola hacia una de las mesas situadas del lado izquierdo. Erwin las siguió.

—¿Y bien? ¿Qué proyecto tienes en mente? 

Hange apoya ambos codos sobre la mesa.

—Leyendas paganas —respondió Mikasa—. es para Literatura 

—¡Genial! —Hange se levanta de su asiento—. Te traeré un libro acerca de eso. Erwin encárgate de que no se escape, suele ser muy curiosa.

Erwin inhala y exhala pesadamente. Parece titubear. Luego carraspeó y se dispone a sentarse en el lugar de Hange. 

Ahora que conocía al masculino más de cerca, contemplaba mejor el aspecto facial masculino. Erwin tiene unos ojos celestes brillantes y en el centro, alrededor de su pupila, una delgada pero muy fina línea color dorado brilla, dependiendo de cuánta luminosidad obtenga.

—¿Terminaste de analizarme?

Erwin rompe el silencio y capta mi atención. 

—¿Por qué siento que me eres familiar? —las palabras no tienen control en Mikasa—. ¿Tienes algún problema conmigo?

Erwin contesta su pregunta con una sonrisa.

—Tienes el mismo carácter que tú… 

Hange aparece para interrumpir.

—Mi proyecto final será sobre ciencias pero creo que esto puede ayudarte —la fémina coloca el libro sobre la mesa. Un libro cuyo título es "hybrids"—. Los híbridos son interesantes para investigar ¿No crees?

—¿Híbridos? —preguntó curiosa, fingiendo no saber acerca de esa información—. Eso es pura fantasía.

Erwin escucha atentamente.

Sweet BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora