Sweet Blood

CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

MIKASA 

La culpabilidad la consumía lentamente. Nadie pudo tolerar la horrorosa escena que precedieron. Aquella atrocidad merecía una cruel venganza. Su abuela, la mujer que se encargó de educarla y cuidarla se había marchado de su vida de la manera más atroz posible. Le habían arrebatado a la única familia que le quedaba y no sería capaz de soportar semejante castigo. Debía hallar al culpable y vengarse pero lograrlo implicaba acelerar su proceso de inmortalidad.

Durante el sepulcro de su abuela el clima se tornó nublado imitando el mismo estado que la sepultura de los padres de su amiga Historia. Si bien, el sepulcro fue digno pero silencioso, Mikasa ya no tenía permitido vivir más en su hogar, ahora en más debía vivir con Levi y bajo el cuidado del inmortal.

Todas las pertenencias de su casa fueron mudadas por el túnel que conectaba a la mansión Ackerman. De esta manera no levantarán la menor sospecha del enemigo pero ¿Quién cuidaría de su hogar ahora? No pensaba dejar el lugar tan solitario, por eso mismo Porco se ofreció a comprarla para vivir junto a Pieck. En cuanto a la protección de ambos nadie debía preocuparse ya que la manada de Porco se encargaría de cuidar los alrededores.

La traición de Erwin fue la menos esperada para todos, incluso para los mismos licántropos de la manada de Floch y Porco ¿Cómo era posible que su alfa a quien tanto admiraban les haya dado un puñal por la espalda? Erwin debió tener una razón para traicionar a todos de la manera más sigilosa y producir tantas muertes. 

El fin de la maldición se acercaba al pueblo Sina y con ella las mismas desgracias, ya que si no derrotaban al enemigo todo desaparecería sin dejar rastro alguno; miles de inocentes morirían si no acababan con todo el consejo de brujos.

Una espesa niebla descendió del cielo cubierta de un frío clima bajo cero. La nieve cubrió completamente todo el paisaje y la neblina disminuyó la visibilidad. Linternas, semáforos, lámparas en las calles, incluso policías de tránsito fueron quienes acudieron a ayudar a las personas a transportarse a los lugares de trabajo, escuela, entre otros establecimientos.

Todo se volvió totalmente una paranoia y como broche final, extraños sucesos comenzaron a despertar la curiosidad de cada habitante. Las personas intentaban averiguar por su cuenta el porqué el pueblo se veía afectado por una neblina jamás vista, y la incertidumbre aumentó demasiado cuando varias familias que vivían al límite del pueblo fueron brutalmente asesinadas. Evidentemente la maldición y el poder enemigo crecía en demasía, arrasando lentamente con la vida de muchos humanos.

—Hay que acelerar mi proceso. Estoy preparada —Mikasa no tuvo intenciones de esperar más—.  Bertholdt debe ser quién me conduzca a la inmortalidad. 

Bertholdt quien la escuchó atentamente mientras tomaba a Annie de la mano, carraspeó.

— ¿Cuándo quieres que lo haga? 

El híbrido sabía que ahora tenía la responsabilidad colgada al hombro.

—Si me permiten —opinó Levi—. Lo más recomendable es que Mikasa termine de asistir esta última semana a la preparatoria y luego sea convertida. No levantaremos sospechas si Mikasa finge que nada sucedió y nosotros la protegemos constantemente hasta que peleemos en la guerra.

—Bien ¿Puedo sugerir algo? —preguntó Annie. Todos asintieron—. Antes de la batalla Mikasa debe recibir entrenamiento. Por alguna extraña razón la neblina no cubrió nuestra zona de entrenamiento en la playa. Solo cubrió como un domo al pueblo. 

—Es verdad ¿Pero cómo estaremos seguros de que nadie nos atacará de sorpresa? —Ymir aún no estaba convencida—. Los asesinatos ocurren durante la noche, nada sucede durante el día —se tocó el mentón—. Lo que intento decir es que las criaturas de Zeke no pueden atacar bajo la luz del sol.