CAPÍTULO OCHO

70 5 3
                                    

HISTORIA

Terminando de lavarse las manos, un abrupto portazo provocó que se resaltara del susto. Annie era la causante con su abrupta aparición, aparentemente, basándose en la seriedad de la rubia, era evidente saber que estaba enfadada y que algo sumamente grave había ocurrido.

— ¡Historia! 

Annie pronunció su nombre con demasiada autoridad.

—¿Qué sucede? —no tuvo tiempo de secarse las manos porque Annie se encargó de llevarla a la salida, sin importar nada—. Espera, mis manos están húmedas ¿Por qué actúas de esa manera?

—Estás en problemas y debemos irnos. No te preocupes por la cuenta, me encargué de pagarla.

No entendía qué sucedía pero solo se limitó a seguirla. Olvidó completamente que su celular se había apagado después de caer al suelo, por esa razón, encendió su aparato telefónico y cuando finalmente la pantalla del inicio se iluminó, reiteradas llamadas perdidas de Ymir llenaban la lista de notificaciones.

—¿Me dirás qué sucede? 

—Luego pero debes seguir mis instrucciones —ordenó la rubia—. Hange está esperando en el auto pero necesito que finjas que no sucede nada, no debe sospechar nada.

—Está bien.

Ambas salieron de la cafetería sin levantar sospechas. Hange se encontraba sentada en el asiento trasero, escribiendo en su celular. Notó que su amiga no parpadeaba, estaba hipnotizada al observar la pantalla. 

En silencio, se sentó en el lugar del acompañante mientras Annie se sentaba del lado conductor. Durante el viaje pusieron música hasta dejar a Hange en su casa. Cuándo se despidieron de ella, la música se apagó y un silencio abrumador envolvió lo que quedaba del trayecto.

La rapidez en cómo conducía Annie le daba mucha incertidumbre, creyendo que en cualquier momento morirían en un choque automovilístico. 

—Escucha —Annie rompió el silencio—. No entiendo por qué ese idiota estaba en la cafetería. Aún recuerdo su actitud amenazante y la manera en cómo observó cuando se retiró. 

—¿Te refieres a ese sujeto? Él me habló amablemente.

—Es su manera de ser, te manipula —confesó—. Reiner desprecia cualquier vida humana.Por esa razón perece al clan de Petra.

Annie apretó fuertemente el volante.

—El seduce mujeres, se acuesta con ellas y luego las asesina.

—Estoy dentro de esa lista ¿verdad?

Estaba tan preocupada que no se percató que habían llegado a destino. Annie estacionó el auto en la entrada de la mansión e inmediatamente Ymir desesperada. Al momento de bajar del auto, no titubeó en correr a los brazos de su novia.

—Te dije que no te alejaras de Annie y Hange —claramente, Ymir estaba molesta—. ¿Dónde estaba?

Ymir se dirigió a Annie, seguramente preguntando por Reiner.

—En la cafetería —respondió la rubia—. No tengo idea cómo llegó a ese lugar, su aroma se camuflaba.

—Ese idiota…

Dentro de la mansión la esperaban ambos azabaches. Mikasa leyendo un libro y Levi sentado en las escaleras, el rostro masculino era pensativo, como si estuviera analizando una situación. Historia no sabia que era peor, que Levi intimidaba demasiado, o el interrogatorio de Ymir.

—Suficiente —Levi interrumpió con autoridad—. Rodearemos el pueblo hasta encontrarlo.

—Estoy segura que escapó —Ymir se pone de pie, apretando sus propios puños—. Tendremos que asesinarlo hoy mismo.

Mikasa parece sorprendida por las actitudes contrarias; cierra su libre y lo apoya sobre sus piernas. Levi, ahora se acerca para mirar a través de la ventana.

—Historia deberá quedarse con Mikasa.

—No podemos dejarlas solas ¿Si atacan la mansión?

Levi chasquea su lengua.

—Me refiero a que llevará a Mikasa a su hogar. Historia también vendrá, de esa manera estarán a salvo.

Estaba de acuerdo con la idea de Levi, dormir en el hogar de Mikasa no era una mala idea, pero también le preguntaría a Hange si quería hacerles compañía durante toda la madrugada. Por otra parte, comenzaría a seguir atentamente los consejos dados por el clan, de esta manera, mantendría la mente abierta y no se expondría a cualquier peligro.

◈ ━━━━━━━ ✙ ━━━━━━━ ◈

LEVI

Como había planeado, primero se encargó de dejar a ambas féminas en su respectivo hogar, y luego prosiguió a seguir a Reiner junto con su clan. Durante la caza, era inevitable pensar en Mikasa. La chica expresó preocupación en su rostro, temerosa de perderlo, pero se aseguró de que su novia, alejara aquellos pensamientos negativos. No permitiría que nada ni nadie lo alejara de la persona que ahora le daba suma felicidad. El tierno beso que dejó sobre sus labios, disiparon la preocupación de Mikasa. Igualmente prometió que regresaría a salvo.

En los límites del pueblo, su clan esperaba pacientemente el clan de Petra. Con certeza, ninguno sabría si debían pelear o si el clan contrario quería platicar hasta llegar a un acuerdo. Pero sus aromas eran irreconocibles, como si algo se encargara de camuflarlos para pasar desapercibidos. 

Diez minutos fueron suficientes para que el clan aparezca, solo que Petra no estaba, sólo Bertholdt, Reiner y Auro. 

—Veo que Ymir encontró su media naranja —acotó Reiner con su peculiar tono sarcástico—. Que adorable...

—¡Pudrete! —insultó Ymir—. No te acerques a ella.

—Tu novia piensa que soy amable —declara Reiner.

Ymir quiso adelantarse para atacar pero el brazo derecho de Levi se interpuso. 

—Cálmate Ymir.

Luego de su orden, Annie se posicionó al lado de su hermana con intención de calmarla.

—¿Con qué propósito están aquí?

Inquirió, no estaba dispuesto a platicar por tanto tiempo.

—Para ser sincero, planeábamos asesinarte —confiesa Reiner—. pero Petra prefiere hablar.

—¿Matarme? ¿Tú y quién más? ¿Un cobarde que huyó abandonando a sus amigos? —pregunta refiriéndose a Auruo—. ¿Un indeciso que no sabe a cuál clan pertenece?

Su indirecta es como una daga directa al corazón de  Bertholdt.

—Ustedes no pertenecen aquí —esta vez, Annie habló amenazante.

Reiner ignoró su comentario por completo. El rubio no toleraba la presencia de Annie.

—No pelearemos hoy —Bertholdt, avanza un paso—. Pero el mensaje está claro, Petra tiene un objetivo y no solo te incluye a ti, Levi.

Las intenciones de Petra eran claras pero le resultaba extraño su rara forma de advertir. 

—Dile a Petra que cuando llegue el momento me encargaré de destruirla. 

—Tu mensaje será entregado —afirmó Auruo—. Es hora de regresar.

Bertholdt observa a Annie por última vez, pero al ser ignorado, tensa su quijada molesto hasta retirarse. No obstante, ahora tenía otra misión que hacer. Si Petra buscaba restablecer su clan, tendrían que averiguar qué persona del pueblo comparte  los requisitos que la fémina necesitaba para pasar a la inmortalidad. 

Sin embargo, se alegraba que esa persona no sea Mikasa, porque la azabache oculta otro secreto. Uno muy poderoso que corre en su sangre. 

Sweet BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora