CAPÍTULO DOCE

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ANNIE

El rencor se apoderó de sus pensamientos. No quería comunicarse con Bertholdt pero tampoco debía desobedecer una orden de su jefe de clan. ¿Enviar un mensaje o llamarle? Recordar todo lo que sufrió en el pasado y que su principal causante fue Reiner, dejaba un amargo sabor en su boca. Sin embargo, su concentración estaba tan puesta en sus recuerdos que olvidó completamente su deseo de alimentarse.

Y ese deseo, ardía en su garganta, tres días transcurrieron desde que se alimentó por última vez. 

—Ymir, lamento decir esto pero tengo sed.

— Me recuerdas a esos niños que piden hacer pis en pleno trayecto del viaje ¿No pudiste viajar a la ciudad en la madrugada? —preguntó su hermana, dedicándole una expresión curiosa por el espejo retrovisor—. Otra vez pensando en Bertholdt ¿No?

—No, porqué me quedé leyendo toda la noche —respondió cruzando sus brazos—. Déjame cerca de la ciudad, además Levi me ordenó visitar una librería.

En la madrugada se tomó el tiempo de investigar acerca de las leyendas paganas del pueblo Sina. Por desgracia, no pudo encontrar ninguna información de utilidad, porque en la biblioteca de la mansión, nada especificaba el origen de los híbridos. La única persona que tenía respuestas, según Levi, era otro inmortal que vivía en la ciudad. Un vampiro con apellido "Arlert", a quien debió enviarle un email urgentemente, porque era considerado confiable. 

Levi especificó que esa librería solo era visitada por vampiros, y para ingresar, debías tener una credencial de color rojo con detalles negros. En la misma, debían estar tus datos personales: Nombre, edad, lugar de origen, nombre del líder del clan al cual perteneces y nombre de todos los integrantes de tu clan, inclusive aquellos que fueron asesinados. 

La respuesta de su correo no tardó en llegar. Su solicitud consistió en pedir prestado un libro o una copia del mismo. Arlert contestó especificando que esperaría su vista durante la madrugada y que debía asegurarse de no venir acompañado.

Ymir la dejó cerca de la ciudad. Así que cubrió su cabeza, con la capucha de su sudadera y caminó hasta revisar los primeros edificios que se encontraban en el centro. La librería estaba situada al otro extremo de la ciudad, pero decidió sacar su celular y dejar que su GPC indique cuánto faltaba para llegar a destino. No obstante, cuando llegó, se sorprendió de que la librería consta de una casa común y corriente.

—Debe ser aquí —murmuró—. Espero no equivocarme.

Observó que en la puerta se hallaba un logo pequeño, similar al de la tarjeta, solo que en el centro había un timbre. No dudó en tocarlo y esperar ser atendida. Después de unos minutos, una mujer rubia con el corte de cabello similar al de Levi, sonrió amablemente.

—Buenas noches ¿En qué puedo ayudarte?

—Tengo una reservación —contestó amablemente extendiendo su credencial. 

La mujer tomó su credencial y leyó sus datos personales.

—Annie Leonhart, es un placer conocer a la tercera integrante del clan de Levi —confesó al momento de devolver la credencial—.  Solo conocía a Ymir, pasa por favor...

—El placer es mío.

Al momento de ingresar, se percató que la ruina tornó sus ojos claros a rojos y se dispuso a vigilar que nadie más estuviera presente. Luego, cerró la puerta.

—No te preocupes, nadie me siguió —aseguró mientras guardaba su credencial.

—Lo siento, es mi deber asegurarme, puedo ver a través de las cosas...

Sweet BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora