CAPÍTULO DIECISÉIS

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HÍBRIDO GRIEGO

_ Ocho horas antes del entrenamiento de Mikasa.

Al pertenecer e infiltrarse en el consejo, se le permitió obtener mucha más información de gran parte del establecimiento educativo, eso incluía los delitos cometidos por el director, profesores y algunos alumnos. Sin embargo, se sintió estúpido al fracasar intentanto convencer al consejo que no era necesario observar a Mikasa entrenar, porque sus poderes no saldrían a la luz. Mikasa se expuso sola y ahora estaría en graves problemas.

— Debemos actuar mañana —ordenó el anciano, líder principal del consejo—. Asegurense de tener cubierta toda la zona, incluso los pasillos.

—Debe ser rápido y preciso —simuló estar de acuerdo con ellos.

El consejo se encargó de planear todo a la perfección. No obstante, antes de secuestrar a Mikasa debían efectuar otra acción más complicada para cada integrante, ejecutar a los padres de Historia por traición. El problema era que, asesinarlos no sería una solución adecuada, la humanidad de Historia se reducía cada día y cuando la fémina sea pasada a la inmortalidad, estaba seguro que la chica no dudará en vengarse.


MIKASA

Al otro día todos asistieron al funeral de los padres de Historia. Ver a su amiga llorar, siendo abrazada por Ymir, fue una imagen tan dolorosa que no tenía palabras para expresar la tristeza que también la invadía.

Los padres de Historia, según la información que su abuela le contó, era todo lo que la chica tenía, antes de conocer a Ymir. Es lamentable, Historia jamás conocido a sus tíos , primos y abuelos. Aunque sus padres eran bastante estrictos, ella soportó sus tratos a pesar de que su libertad estaba bastante limitada. 

Por lo tanto,no le sorprendió a Mikasa, ver que ningún familiar de Historia estuviera presente en el funeral. Pero la rubia no estaría sola a partir de ahora, su clan la acompañaría. Todos comprenden el dolor que recorría sus venas. 

El sacerdote terminaba de decir algunas palabras mientras Mikasa se encontraba parada atrás de Historia junto a su abuela. Levi y Annie estaban más alejados.

La fría mirada del inmortal era percibida por la azabache, realmente era escalofriante saber que la persona que se encargó de romperle el corazón, no dejaba de ser un depredador. Levi la escrutaba con cautela y podía sentir como el masculino contenía su sed de sangre. 

 Al terminar el funeral abrazo a Historia compadeciéndose de su dolor. Luego se alejó de su amiga, para darle un poco de privacidad ya que necesitaba estar a solas, y camino rumbo a las tumbas de sus padres. Su abuela la acompañó pero su presencia no perduró mucho frente a la tumba de su hija y yerno, aún no superaba aquellas pérdidas que tanto le costaron soportar. Además, Mikasa estaba sumamente segura que su abuela jamás demostraría debilidad frente a sus ojos.

Por lo tanto, ese pequeño momento a solas, junto al par de lápidas, fue suficiente para que sintiera la presencia de sus padres. De hecho, cuando cerró sus ojos dejando que la brisa rozara su piel, juraría que ambas presencias de sus padres estaban a su lado. 

Al volver, no encontró a Historia, tampoco Ymir. Solo estaban Levi y Annie conversando con su abuela. Sin embargo, al percatarse de su presencia guardaron silencio y eso claramente la molestó. Pesadillas, ruptura amorosa, amuletos extraños y su incurable problema de salud comenzaban a estresar.

—Necesito ir a casa. Tengo cosas que hacer —avisó—. Iré caminando...

—Annie, toma las llaves de mi auto.

Sweet BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora