Capitulo 7

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Septiembre

Bueno, las vacaciones habían pasado muy rápido para el gusto de Marcy sentía que los dos meses se fueron volando. Hace varias semanas desde su cumpleaños y se encontraba otra vez desayunando, ahora con quince años, dispuesta a ir a su segundo año en la secundaria. Lo había pasado fenomenal, con sus amigas y los amigos de Terri la habían mantenido distraída todos los días, conversaban hasta tarde con los cuatro vía Skype. De alguna manera Sasha era una de sus amigas cercanas y más ahora que asistirían juntas a la escuela. Su hermano Percy, era un galán y siempre parecía amable con todo el mundo.

Lo único desgraciado en todos esos días fue una persona que no salía de sus pensamientos: Anne Boonchuy. La chica, que por cierto, Marcy odiaba y le estaba haciendo la vida imposible. Todos los días recordaba sus ojos. Había logrado dejar de escuchar o pensar en su risa pero lo único que su mente no podía olvidar, eran sus malditos ojos. Ahora, pensar que hoy la volvería a ver, le revolvía el estómago de una forma impensable, se sentía nerviosa y a la vez ridícula por sentir nervios.

Aunque vivieran en la misma ciudad, nunca se la encontró y todo debido a que se enteró de que se fue de viaje fuera del país, pero ya volverían al instituto y sea cómo sea, allí desgraciadamente estarían cara a cara.

—¡Ahg, enserio, que horror!—Dijo hundiendo el rostro entre sus manos y su madre, la miró divertida.

—¿Sigues atormentada por esa niña, cariño?—Claro durante todo el año Marcy le había hablado sobre las chicas que la fastidiaban, diciendo que no era tan grave como para acusarlas y restándole importancia.

—¿Por qué se preocupa tanto por una chica?—Preguntó su padre, cómo siempre él no entendía la situación.

—Porque ese niña lleva haciéndome imposible la vida—Dijo dándole un mordisco a su emparedado, sentía la mantequilla de maní en el paladar—Por eso no quiero verla.

—Parece todo lo contrario, cariño. Has estado muy ansiosa estos días—Le guiño un ojo y Marcy se ruborizó.

—¡Mamá!—La regañó, escuchando su risa.

Después de un rato salió directa a la escuela, vestía al igual que toda la vida: camiseta de tiras, una chaqueta de jean y unos vaqueros desgastados, en conjunto con sus zapatillas Converse. Al llegar, al primero que encontró hablado fue Terri. Conversaba alegremente con sus amigos de la infancia y al acercarse, todos la saludaron con ánimos. Sasha se echó a los brazos de Marcy y se colgó de ella, todos comenzaron a reír.

—¡Sasha, déjame respirar! Si nos vimos ayer—Reclamó, divertida, cuando la rubia se separó y le guiño un ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Maddie parecía muy feliz y las saludo a todos con la dulzura que la caracterizaba. Después de un rato escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible azul cerca de ellos, todo el mundo observaba la escena. Como si fuese una película, de el comenzaron a bajar los que conformaban el grupito.

Ally conversaba animosamente con otra chica y no lucían igual que el año anterior. Ya el cumplir quince años era cuando las chicas comenzaban a madurar, claramente lo había hecho ya que vestían unos jeans de mezclilla y una blusas vaporosas que dejaba al descubierto sus abdomen. Incluso se podría decir que tenían maquillaje. William y Andrias eran otra historia, vestían con unas camisas holgadas de última marca y chaquetas de cuero. Andrias fue hasta la puerta y le abrió a una castaña. Esa era claramente Anne Boonchuy, la que Marcy conocía del año pasado era pequeña frente a esta. Estaba radiante, vestía una falda negra junto con una camisa azul de tiras que dejaba ver un poco su estómago y una chaqueta, muy grande para que fuera de ella.

Rivales - MarcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora