Extra 6

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Marcy estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez. ¿Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Ivy y a Maddie por ganar como reinas del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado Marcy Wu, su Marcy. Bailaron juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Anne amaba los suaves labios de la asiática.

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que Marcy la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Una nunca sabe. Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Anne tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor. Polly alzaba una ceja, riéndose un poco. Anne evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con Marcy, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

(Hasta estaría en el periódico)

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, Leif seguro estaría montando una fiesta de celebración pero Bruno no la agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando se sintiera preparada, o cuando Marcy se dignará tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, Marcy no podía dejar sola a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. Anne sonrió al recibir el primero, preguntándose donde había encontrado su número la chica. Sospechaba de cierta ojos avellana.

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Anne Boonchuy y Marcy Wu había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. Anne estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica de ojos esmeralda y sonrisa angelical.

—Estoy frustrada—Fue el comentario inútil que hizo la chica castaña.

—¿Por qué? —Ivy estiró los brazos, ella también esperaba a Maddie.

—Hace dos días que me he besado con Marcy y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces—Su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna—. ¿Qué se supone que somos ahora?

—¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas?—La pelinaranja tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos océano asesinarla y alzó las manos—. No me mates, era broma. ¿No querrás dejar a Maddie soltera, verdad?

—Le haría un favor—Rodó los ojos.

—Pff, claro—Chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás—. Ya quisiera ella encontrarse otra novia como yo.

—No le deseo tanto mal, Ivy. Espero que no existan dos como tú, con una me basta—Anne movió las manos, esperando que la chica se picara.

—¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía—Le dio un golpe en el brazo, la más baja sonrió—. Soy increíble y estoy segura que Maddie piensa igual.

Una voz tras ellas respondió, divertida.

—Tienes razón, Ivy—Maddie sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la pelinaranja se mostró en sus labios—.Eres maravillosa—Se sonrojó.

—Aww, gracias, Maddie—Le hizo ojitos.

Ivy se lanzó a abrazarla, dándole besos en las mejillas y finalizando con un beso en los labios, Maddie reía como idiota, aún ruborizada. Anne rodó los ojos, tanto amor por las mañanas le hacían sentir diabetes nivel III. Si es que existía. De todas formas, eran empalagosas.

Rivales - MarcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora