A los dos días Marcy se encontraba en su habitación, aburrida. Llevaba un gran yeso que le cubría su brazo fracturado. Debía esperar un mes para que sanara ¡Gracias Andrias-pito-corto! Por suerte sus amigos, que la habían visitado ayer, le contaron que después del incidente expulsaron a Andrias del colegio durante una semana y que había recibido una gran reprimenda de la entrenadora.
También le contaron con detalle la gran pelea que había tenido con Anne, en la cual la castaña le gritaba que era un idiota como unas cien veces. Eso mejoró su día al máximo, el cual era un asco, ya que estaba sin hacer nada. Respirar no contaba como una actividad. Sólo podía pensar en Anne, y para ser sincera, también en como estarían las cosas en la escuela. Sus pensamientos también viajaban a los dos pelinaranja que adoraba, los Boonchuy la tenían hundida. Su brazo dolía si se daba un golpe o lo sacudía. Así que ella no podía moverse mucho.
Ya era de tarde y sus amigos debían de quedarse para el entrenamiento de Sasha. Entonces Anne también debería de estar allí, se lamentaba ya que quería ver a Anne. En verdad, quería ir a la escuela, pero su madre era paranoica.
Leyó varios libros durante las últimas horas, pero la aburrían, vio la televisión, e intentó hacer cualquier otra cosa que no requiriera utilizar su brazo. Gracias a Dios que era el izquierdo, si no estaría completamente inútil. Ya era tarde noche cuando llegó su madre, ella estaba abajo en la cocina mientras Marcy seguía encerrada.
Marcy estaba terminando de usar el ordenador, y llevaba uno de los audífonos, cuando escuchó el timbre. No le prestó mucha atención, ya que debía de ser una visita para su madre. Seguía mirando unos vídeos en YouTube cuando escuchó la voz emocionada de su madre.
—¡Cariño, es para ti!—Dijo con la voz alegre y Marcy frunció el ceño, quitándose los audífonos.
—¿Para mí?—Preguntó gritando, para hacerse oír.
—¡Sí, es una amiga tuya!—Dijo aún a gritos y Marcy se extraño, una sonrisa estuvo en sus labios ¿Podría ser Maddie?
—¡Ya voy!—Exclamó, divertida, sabiendo que Maddie igual subiría.
Pero si fuera ella ¿Su madre no se lo diría como siempre? Digo, ella solo tenía tres mejores amigos.
—¡Tomate tu tiempo, cariño, yo lo muestro la casa a Anne!—Dijo riéndose mientras Marcy se caía de la silla. (¡ALERTA ROJA!)
—¡¿Quién?!—Gritó, alarmada, agradeciendo no haberse golpeado el brazo, y salió corriendo por la puerta.
—¡Anne, cariño! ¿No escuchas? ¡Me la llevaré un rato!—Dijo su maligna madre mientras Marcy corría por las escaleras.
Marcy prácticamente saltó los escalones y quedó de rodillas frente a la entrada, con el cabello alborotado. Llevaba unos short de lana y una camiseta holgada para dormir. No era la mejor vestimenta para dar saltos mortales.
Se levantó lentamente, ayudándose con la barandilla, hizo una mueca por su brazo, y se encontró con su madre mirándola con desaprobación. Pero sus ojos se clavaron en la chica en la puerta. Anne vestía una falda y una blusa muy linda mientras mostraba a Marcy una sonrisa tímida y sus ojos océano brillaban con diversión.
—Marcy, debes tener más cuidado con tu brazo. No quieres volver al hospital ¿Verdad?—Advirtió su madre, al notar el rubor en el rostro de su hija, observó cómo miraba a la chica y aplaudió ¡Era la chica de la cual su bebita estaba enamorada!
—Perdona, mamá, es que...Anne ¿Qué...bueno, que haces aquí?—Preguntó levantándose mientras se rascaba la cabeza y torcía el cuello.
—Yo quería visitarte. Para saber si seguías viva, claro—Respondió la castaña con una sonrisa tímida mientras miraba con adoración a Marcy, eso no le pasó por alto a la mamá de la azabache. (Las mamás lo saben TODO)

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Rivales - Marcanne
RomansMarcy Wu comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus compañeros, entre un grupo de chicas que la fastidian conocerá a la popular Anne Boonchuy. Comenzará una rivalidad entre ellas, llegando a odiarse a muerte. O al menos eso es lo que ellas p...