Rivales - Marcanne

Extra 5

Anne estaba en un gran aprieto. Vaya que sí, sentía la necesidad de quedarse dormida una eternidad y huir de la realidad. ¿Qué le sucedía? Lo mismo de siempre. Era muy obvio: Marcy Wu. La chica más irritante, tierna y lenta del mundo. Todos en el instituto pensaban que Anne la odiaba, antes era así o Anne al menos eso creía ella, ahora no estaba tan segura.

Según Ivy, su mejor amiga había descubierto lo que le sucedía por andar de chismosa en su diario, decía que era una confusión. Anne debería quemar ese jodido cuaderno, tal vez. Una confusión, se repetía ella, le repetía su amiga, le decía incluso internet. Por qué si, Anne había buscado en Google como saber si estabas enamorada de una chica cuando también eras una.

¿Útil? La verdad, no. Decía lo mismo que esperaba ella, que seguramente era una confusión hormonal común a su edad. Anne al principio se lo creía, pero ella no era tonta. Iba más de una atracción física. La forma de pensar de Marcy, con las pocas veces que habían compartido ideas en la biblioteca, sus increíbles notas en biología, o con solo ver los libros que leía, le parecía maravillosa.

Como la asiática era tan amable con todos, trataba con cariño y afecto a sus amigos, le hacía sentirse enternecida. También lo lenta y adorable que parecía algunas veces cuando no comprendía inglés, era mucho que soportar para la azabache.

Además, Marcy dibujaba espectacular. Captando el arte en un objeto simple o creando dibujos que cualquier otro nunca pensaría. ¿Cómo lo sabía? La azabache de vez en cuando dibujaba en la biblioteca, algunas veces parecía tan absorta que podía acercarse con sigilo y observar el dibujo a sus espaldas. Sobra decir que el arte de Marcy atrapó a Anne. Incluso cuando le peleaba era astuta, siempre sabía con qué responderle para molestarla y salirse con la suya.

Después estaban sus ojos. Mierda, sus ojos. Le quitaban el sueño a Anne dejándola perdida en un verde claro. Siempre sentía ganas de solamente verla durante horas, su cabello, su nariz, sus cejas. Marcy era perfecta.

Oh, claro que Anne no era idiota. Ella sabía que esto era más que una confusión, mucho más. Querer besar a alguien sólo por encontrarla tierna, sin sentir algún deseo sexual, o darle abrazos todo el día no era normal. Anne ya lo sospechaba, llevaba tiempo desde que tuvo una conversación con su madre. Pero no quería aceptarlo, y ahora que pensaba en la posibilidad, sentía miedo hasta la médula.

Posiblemente, tal vez, Anne gustara de Marcy. Y puede que un indicio, uno muy pequeño, de enamoramiento hacia la chica. Aunque no estaba del todo segura, creía. Obviamente no pensaba decírselo a Ivy aún, esta sufriría un ataque cardiaco y Anne no estaba segura de que tuviera seguro médico.

¿Qué has echo, Boonchuy? En qué momento, no podías fijarte en el repartidor de pizzas sexy y moreno ¿verdad?

O sea ¡Era el lote completo! Hermoso, alto y amaba la pizza. El chico soñado. Pero nooooo. Debía fijarse en una chica ¡Vaya problema! Y además, una chica que la detestaba. Maldecía el día en que cruzó palabras con la perfección que conformaba Marcy Wu. También maldecía el día en que se interesó en conocerla quedándose en la biblioteca, pensando que así la superaría, tuvo el efecto contrario y terminó enamorándose.

—¿Todo bien?—Ally, una de sus amigas, la sacudió en el pasillo.

Anne había estado observando a la nada, pensando en su desgracia de vida estaba.

—¿Sabes dónde está Ivy?—Ally preguntó mientras guardaba sus cosas.

Ella se encogió de hombros, llevaba un rato sin verla.

—Mira, allí está el grupito—Ally sonrió.

Anne no se movió, parecía indiferente por fuera mientras observaba al grupo de Marcy llegar. No mostraba todos los nervios que sentía dentro, y también enojo, claro. Marcy la vio, sus ojos brillaron un segundo y después volvió a ver a sus amigas, charlando. Estaban acercándose, pero Anne no encontraba excusa para pelearle, además no quería verle. Estaba cabreada con ella ¿Quién se creía esa fenómeno para no besarla? ¿Sabe ella cuantas oportunidades tuvo para hacerlo y lo dejó pasar? Wu sería inteligente, pero era una idiota. (Contradictorio pero cierto)