Extra 3

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A Anne no le interesaba en lo más mínimo Andrias, era atractivo, pero nada más. (¿Qué? ¿Atractivo?)

No parecía pensar en otra cosa que, en el mismo, seguramente su cerebro era del tamaño de una nuez (Completamente correcto) considerando que reprobó informática. ¡¿Qué clase de idiota suspende informática?! Pero allí estaban, otra vez, frente al casillero de la castaña con el muchacho rogándole por salir a tomar un café. ¿Enserio? ¿Un café? ¿No pudo pensar en algo más original? Además, el corte de pelo que llevaba le hacía parecer un pincho, sin ánimo de ofender.

(Por supuesto que fue con esa intención)

—¡Vamos, Anne!—La chica guardaba sus libros dándose la espalda, razón por la cuál el chico no pudo verla rodando los ojos. —No te resistas, sal conmigo ¿Sabes cuántas chicas se mueren por esta oportunidad?—(Yo no amigo) peinada su cabello con sus manos y sonreía de forma burlona, pero irritante.

Le recordó a la sonrisa divertida que casi siempre mostraba Marcy, la castaña sacudió la cabeza. Claro que no, la sonrisa de Marcy era miles de veces más encantadora y le hacía sentir piruetas extrañas en el estómago. Un tema que, desde hace unos meses, llevaba preocupando a Anne como también molestándole. Era un fastidio, no podía estar en la misma habitación que ella sin sentirse insegura y nerviosa. ¡Así no era ella! ¡Anne Boonchuy no actuaba así y menos por una chica! Marcy era tan...¡Ahg! Ni siquiera quería pensar en ella las veinticuatro horas del día ¡No caería tan bajo! Volvió a ver al chico, frunciendo el ceño al verlo pero aún así sonriendo ya que eran amigos, y por mucho que la irritara, debía tratarlo bien.

—No, Andrias. Ya te dije, no quiero salir con personas del grupo—Sonrió coqueta antes de colgarse la mochila al hombro.

Andrias se acercó a ella, queriendo acorralarla contra los casilleros, pero ella colocó una mano en su pecho alejándolo.

—Anne, te aseguro que conmigo vas a pasarlo de maravilla—Afirmó con ojos seductores y relamiéndome los labios, Anne torció la boca pensándolo. —Es una tontería que digas eso, no importa si soy del grupo o no, eres muy linda y quiero invitarte a salir ¿No entiendes?

Anne se le quedó mirando, pensado seriamente si aceptar o no. Su madre le había dicho que a esa edad empezarían las citas con los chicos, todo el rollo de los novios y esas cosas. No estaría mal ¿Verdad? Andrias era guapo (Ciega), de buena familia, popular y seguramente el próximo año se uniría al equipo de la escuela. Era un buen partido.

Además le había dicho que era linda, Anne sonrió aunque de todas formas pensaba negarse. Esperaría unos años más, aún no estaba interesada en el romance en su vida.

—Mira, Andrias quiero aclarar que...—Comenzó a hablar intentando no apartarlo, con su dedo empezó a trazar la mandíbula del chico que sonreía idiotizado, pero se interrumpió al escuchar risas.

Los dos voltearon, en el pasillo estaban el grupo de Marcy y sus amigos. Anne los miraba, intentado entender que era lo más gracioso y quedando desconcertada por pensar en lo linda que se veía la azabache con las mejillas sonrojadas y los ojos cerrados mientras se carcajeaba.

—¡Pero, Marcy! No puedes, tú mamá no va a estar de acuerdo—La más baja, Anne recordaba que se llamaba Terri, le dio un empujón en el hombro.

—Anne—El chico intentó hablar, pero Anne lo calló colocando un dedo en sus labios, quería escuchar.

—Shh—Siseó.

Marcy sacudió la cabeza, negando, antes de echarse el flequillo hacía atrás mirando fijamente a las dos chicas con esa fantástica sonrisa. Anne suspiro suavemente, como si hubiera estado reteniendo el aire, tanto que Andrias no pudo escucharla y eso que estaban muy cerca.

Rivales - MarcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora