Capitulo 26

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Anne obviamente seguía enojada con ella, la evitaba a toda costa y las pocas veces que se veían, sólo se burlaba de Marcy. Habían pasado unos días desde que hablaron, pero la azabache no podía estar más feliz. Cada vez que cruzaba miradas, Marcy la miraba burlona y formaba con los labios la palabra "celosa" haciendo sonrojar cómo loca a Anne, quién comenzaba a gritarle. La vida era hermosa para ella, eso hasta que llegó a su casillero. Esperaba encontrarse con Anne, considerando que eran vecinas, pero allí estaba nada más y nada menos que Andrias.

—Hola, rarita—Dijo burlonamente, pero en sus ojos había odio, Marcy se acercó, intimidada, ¿Qué había hecho ella ahora?

—Quítate de mí casillero—Dijo ya que el chico estaba impidiéndole abrirlo.

—No lo creo, primero quiero hablar contigo—Dijo agitando un dedo amenazador, delante de ella.

—No quiero, ahora apártate—Dijo firme, frunciendo el ceño, el chico soltó una carcajada hipócrita.

—Pues vas a tener que querer—Otra vez ese brillo asesino en sus ojos, la asustaba un poco.

Intentó alejarse, pero él la sujetó por el brazo y apretó el agarre, comenzó a arrastrarla por el pasillo mientras Marcy se quejaba.

Llegaron hasta los baños de chicos y la obligó a entrar. Ya dentro, la apretó contra la pared y la jaló del cabello, quedando frente a ella. Marcy se mordió la lengua por el dolor.

—Me estas lastimando...—Comenzó a decir, pero él la jaló más fuerte de cabello—.¡Auch!

—Escúchame bien, Wu, porque no pienso volver a repetirlo—Comenzó, acercando su rostro a la oreja de la pequeña—.Te quiero lejos de Anne, es mi novia. Yo soy quien la manosea cuando quiere, el que la besa y se acuesta con ella—Le rectifico riendo y Marcy sintió su rostro arderle.

Levantó la rodilla, queriendo darle un golpe, en verdad quería molerlo hasta que sangrara, pero el chico se anticipó a su movimiento y lo bloqueó antes de propinarle un puñetazo en el estómago. Marcy perdió el aire.

—Buen intento, pero no caigo dos veces—Dijo arrastrándola hasta que cayó al piso, sostenía su cabeza por le cabello, mientras Marcy se sujetaba con la mano—.Ella te odia, te detesta y en verdad, le asquea que la andes acosando. Por eso te quiero lejos de ella.

—Yo...ahh—Gimió sin poder aguantar el dolor, el cuero cabelludo le dolía y sus rodillas se le estaban afincando dolorosamente en las baldosas del piso.

—Te dejaré una advertencia—Dijo al chico, obligándola a arrastrase hasta una de las casetas y abriendo la tapa del escusado—.Espero que tengas un buen buceo.

Le hundió el rostro en el agua del retrete, no lo dio tiempo ni de aguantar la respiración y Marcy comenzó a tragar agua, mientras el oxígeno se le escapaba de sus pulmones. Se estaba ahogando y en eso, Andrias volvió a levantar su cabeza, mientras Marcy respiraba a ahorcadas.

—¿Te mantendrás alejada de mi novia?—Preguntó amenazante, Marcy lo miró con odio y dio a entender que no—.Sigue buceando, entonces.

La volvió a hundir unas veces más y ya Marcy estaba exhausta, lloraba amargamente y sentía los pulmones repletos de agua sucia.

—¿Te mantendrás alejada de mi novia?—Preguntó por décima vez, ya aburrido pero por primera vez observó la desesperación en los ojos esmeralda.

—Sí...sí...sí...sí—Murmuraba una y otra vez con pánico, Andrias sonrió.

—Me alegra—Dijo soltándola y dejándola acurrucarse en el piso—.Más te vale—Le dijo antes de salir con un paso seguro, del baño.

Marcy se volvió un ovillo e intentó no llorar, su cabello estaba empapado y seguía tosiendo agua. No lo pudo evitar, volvió el rostro hasta el retrete, pero esta vez para vomitar, hasta allí había llegado su almuerzo. Ella no sabía que iba a hacer, si Andrias tenía razón, puede que Anne tampoco la quisiera cerca y alejarse seria un favor.

Pero Marcy la amaba mierda. Y la amaba mucho, la sola idea de alejarse de ella la volvía loca. Pero no importa cuán enamorada estuviera, ahora había algo nuevo. Tenía miedo, mucho miedo. Cerró los ojos, jurando aún poder escuchar las risas de Andrias dentro del baño. Al salir, intentó secarse el cabello y fue a su casillero por una muda nueva, en el camino se encontró a Anne junto Andrias.

La castaña la miró, preparada para insultarla y pelear con ella, en sus ojos había en brillo divertido. Marcy observó a Andrias, quién la miraba dándole un guiño y la pequeña tembló por el pánico. Abrió rápidamente su casillero y al encontrar sus cosas se fue a toda velocidad, mirando hacía el suelo, sin prestarle atención a Anne, que la miró confundida, ¿Qué había hecho?

Se encontró con sus amigos en el pasillo y terminó en casa de Maddie contándole sus penas, estaba con la cabeza recostada en las piernas de su amiga, llorando. Las dos estaban en la cama, mirando una película, mientras Maddie observaba a su amiga con dolor, Andrias era un ser desalmado.

—No llores cariño, shhh—Le decía acariciándole el cabello y Marcy sollozaba.

—Ahora...no podré acercarme...igual ella...ella...me detesta—Decía entre hipidos y Maddie opinaba lo contrario.

Últimamente había observado a Anne y todo lo que ella demostraba era lo contrario a lo que Marcy pensaba. Esperaba que sus ideas fueran correctas, ya que no quería ver a su amiga llorar nunca más. Decidió distraerla y las dos se abrazaron, mientras veían por segunda vez en esa noche el Titanic. Las dos lloraron durante un buen rato.

Rivales - MarcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora