Final

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6 meses después.

Amara.

 Mi estómago rugía, y el hambre que se estaba apoderando de mí, no era normal. Intenté levantarme de la cama, pero la pereza era más grande que yo misma, y al final de varios intentos, me tocó resignarme a que no me levantaria de la cama, al menos no en ese momento.

 Toqué mi vientre abultado con las dos manos, sonriendo. 

 Estaba embarazada y muy feliz.

 Luego de la trágica muerte de Jordi, tuve que pasar por mucho estrés, discusiones y peleas, me tuve que enfrentar a muchísimas cosas. En el proceso no paraba de vomitar, de tener dolores en mi vientre, y lo más importante... Mi período no llegaba.

 Así que un día, Ismael me obligó a ir al médico con él, ya que le parecía muy raro mis cambios. Muy en el fondo esperaba no estarlo, porque pasar por todo eso sola, sin la persona que amaba, se convertiría en un gran reto para mí.

 Al final, la prueba dio un rotundo "Positivo". Estaba embarazada.

 Me deprimí a tal punto de no querer siquiera comer. No me quería levantar de la cama, lloraba todo el tiempo, no veía razones para estar feliz por un embarazo no deseado, y menos cuando el padre de mi bebé no estaría presente en nada.

 Pero luego entendí, si tenía motivos para levantarme de la cama y luchar, y sentirme feliz. Entendí que Jordi se había ido, pero me había dejado una hermosa parte de él conmigo. Debía demostrarle que podía con esto y con mucho más.

 Algunos meses después Evan comenzó a acompañarme a las citas con el ginecólogo. Me ayudaba a costear muchas cosas, me cuidaba. De pronto, y sin darme cuenta, ya me había mudado con él, prometiendole a Ismael que seguiríamos en contacto y que podría visitarme siempre que él quisiera.

 Me apoyé en Evan, le conté mis miedos, y estuvo ahí. Me entendió, me esperó y me dió el cariño que tanto necesitaba. Nos convertimos en una pareja, con muchas cosas que superar y entender, pero éramos un buen equipo.

 Aguanté las miradas de reproche de las personas, porque al parecer todos creían que había sido muy poco tiempo para estar tan rápido en otra relación. Pero solo yo sabía cuanto me había costado pasar la página y mejorar, solo yo podía juzgarme a mí misma.

 Mi madre consiguió un buen hombre que la lleva de viajes a todos lados, es muy feliz y eso tambien me hace feliz a mi.

 Esmeralda está feliz con su familia. Hermosa familia.

 No veo casi a Ismael , pero siemre estamos en contacto por mensajes o llamadas. Lo amo y lo aprecio como un hermano, incluso, como mi mejor amigo.

 Elena se encuentra de maravilla, es feliz y sigue siendo tan auténtica como cuando la conocí.

Cada quien habia formado su vida, incluso yo.

 Sabía que no estaba enamorada de Evan, pero si sentía algo muy grande por él. Me maravillaban las cosas que hacía por mí, y los detalles que tenía conmigo. Me gustaba pasar tiempo con él, que me escuchara y yo escucharlo también.

 Pero en mí mente siempre llegaba un recuerdo del amor de mi vida, siempre me imaginaba que estuviéramos haciendo, lo feliz que hubiera estado al saber que tendríamos un hijo, todo lo que teníamos por vivir...

 Pero Evan estaba ahí, siempre presente. Acariciando mi estómago cuando el bebé comenzaba a patear. Buscando en la madrugada cualquier tio de comida rara que se me antojaba. Abrazándome mientras lloraba. Observando cada mes como iba creciendo mi bebé. Hablándole a mi estómago. Abrazándome. Cuidándome.

Amara y sus 17 añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora