Dean.Coma.
Los tres están en un coma instantáneo, nada médicamente visible o alarmante en sus cuerpos... por ahora.
Sentir que posiblemente una de ellas pueda irse... es tan doloroso...
Por favor resistan...
Emma.
Camino por la oscuridad, a través del humo y las cenizas, confundida y con el terrible deseo de encontrar un punto de luz.
Llevo horas recorriendo un sendero que no reconozco, y lo único que mi mente espera es dejar de observar el vacío.
Los pies comienzan a doler cuando por fin mi ojos empiezan a visualizar algo... ¿un destello?
La luz comienza a avasallar mi rostro y...
—¿Trev?—pregunto a la sombra que no deja de ser borrosa.
—Estamos listos Emma—dice su voz, pero es tan lejana, tan... diferente...
—¿De qué hablas?
—Estamos listos para lo que viene amiga—me dice una voz femenina y noto como todo se va aclareciendo a mi alrededor—podemos con todo esto y más Emm, siempre juntas...
Noto un leve pinchazo en mi bajo vientre que me deja noqueada por unos instantes.
¿Qué fue eso?
Me encuentro en una sala que fácilmente puedo asociar a una habitación de hospital. Las máquinas indican que mi ritmo cardíaco es normal, pero el pinchazo sigue presente y... es insoportable...
Las máquinas comienzan a enloquecer y recuerdo la última vez que presencié algo así...
—Te quiero Lucesilla.
Cierro mis ojos con fuerza resistiendome al recuerdo cuando siento como la puerta de la habitación es abierta y atravesada por Dean que ve el ambiente aterrorizado.
—¡Ayuda...!—sale gritando de la habitación y yo me retuerso en la cama.
El dolor me nubla la vista cuando creo divisar a una bata blanca frente a mi y lo siguiente que recuerdo es... nada, un gran vacío.
***
Una luz incomoda mis ojos al despertar por lo que los achino parpadeando constantemente para adaptarme.
El dolor del bajo vientre aún no desaparece del todo, pero ha disminuido un poco su intensidad. Eso sí, ahora la cabeza me está martillando como si tuviese una contusión.
—Bienvenida de vuelta señorita Adams.
Todo da tantas vueltas que me encuentro preguntándome si esa voz es real, algo que se confirma cuando su rostro (o al menos lo que todos conocemos como su rostro) se planta en mi campo de visión.
El horrible pasa montañas que me produjo las peores pesadillas de toda mi vida y me impide reconocer el rostro de mi cazador hace que justo ahora un escalofrío se sume a las sensaciones nada agradables que está teniendo mi cuerpo.
—¿Le comió la lengua el gato señorita?—dice con un tono de burla.
Abro la boca para hablar, pero la descubro reseca por lo que tomo un poco de aire antes de volverlo a intentar.

ESTÁS LEYENDO
A veces
Gizem / GerilimLuego de sufrir dos "pérdidas" importantes, una mudanza exprés y un corazón roto Emma Adams está lista para regresar en busca de las respuestas que necesita. Junto a nuevos aliados y otros no tan nuevos comienza su batalla para desencapuchar al culp...