– Yo no soy tu hija –se negó a creer Katya–. El documento de nacimiento decía que tú eras el padre de Alessia Caruso, pero yo no soy tu hija. No tiene sentido lo que dices.
Elián rió, sacando un cigarro de una cajetilla dentro de su bolsillo. Esperó que uno de sus guardias lo encendiera por él, para luego darle una larga y lenta calada. Le tiró a Katya el humo en la cara con burla.
Katya muchas veces tuvo la impresión de que hubiese sido una gran amiga de la infancia de Sylvana, por lo bien que se llevaban. Pero de una amiga de la infancia a una hermana de sangre, había un mundo completamente diferente.
Además, ¿no había demostrado Elián que Artem era su padre? Katya recordó que el nombre de la madre en el documento de nacimiento de Alessia estaba quemado.
Y Elián, acababa de quemar el documento de adopción de Egan.
– Yo debí haber sido tu padre –Elián tenía los puños apretados y la mandíbula floja, mientras sostenía entre sus dientes el cigarrillo. Su rostro se veía desfigurado de la ira o el resentimiento, era difícil entender a qué se refería. En realidad, parecía que Elián estaba delirando por completo–. Cuando Alyssa escogió a Eros solo porque era el hermano mayor y el heredero de toda la familia Caruso, me di cuenta que en realidad ella no lo amaba a él: solo estaba con Eros por conveniencia.
– ¡Eres un desgraciado!
Katya seguía mirando con tremendo odio en su corazón a Elián. Las noticias sobre sus padres, sobre el hecho de que ella había conocido a uno y al otro jamás lo vería, la tenía algo mareada, triste.
Era aún peor saber el hecho de que Egan siempre había creído que la mujer por la que tanto había sufrido tras su muerte, en realidad no era su madre. Era la de Katya.
Pero, ¿cómo es que Egan se había visto envuelto en todo eso? ¿Y cómo es que Katya había desaparecido de la historia tan repentinamente? Muchas preguntas rondaban por la mente de Katya, y estaba tan aturdida que las palabras no le salían de la garganta. Pero, por más curiosidad que sintiese, ella jamás se rebajaría solo para mendigarle respuestas a Elián. Respuestas que ni Artem sabía; respuestas que Egan no creería jamás; respuestas que Katya necesitaba.
Y todo seguía dejando sin una pista la pregunta sobre quién había mandado a matar a Alyssa. Si Artem, quien fue su amante, Eros, su esposo o Elián, su admirador. ¿Quién había mandado a matarla al final?– Llámame como quieras –Elián se encogió de hombros, tirando al suelo el resto de su cigarrillo–, yo solo ayudé a una mujer desesperada que acababa de "perder" a su hija. Ella nunca te amó; ella solo amó a Egan. ¿Y Artem? Solo fue un aprovechador que la vio vulnerable y aprovechó su oportunidad. En realidad, él y Eros eran buenos amigos. Solo que Eros no imaginaba lo que hacía su esposa con el maldito de Artem cuando él no estaba. ¡Dios! Hasta su nombre me da repugnancia.
Katya intentaba procesar lo que Elián decía, pero en realidad le era imposible comprenderlo, seguirle el hilo de la historia.
Uno de los guardias de Elián entró a la sala y miró primero a Katya y luego a su jefe. – Señor, Egan ya está aquí. Ingresará en unos segundos.
Katya sintió su corazón lleno de emoción, ¡finalmente podría salir de allí! Y apenas tuviese la oportunidad, ella le contaría toda la verdad y le diría que Elián fue todo ese tiempo el traidor. No ella; su tío. Todo quedaría claro ahora.
Elián dio dos grandes zancadas hasta estar a la altura de Katya, se inclinó sobre ella y, sacando una cinta adhesiva de sus bolsillos, tapó de esquina a esquina la boca de Katya. Ella se removió y luchó contra sus manos, solo que las restricciones que tenían le estaba haciendo quemar la piel. Incluso trató de morder a Elián para evitar que él la acallara, pero fue inevitable.
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EL INFIERNO DE LA MAFIA © || [+21]
Storie d'amore**HISTORIA 2** La vida de Katya era completamente normal hasta aquella noche. De 22 años y proveniente de una cálida familia adoptiva, Katya está recién graduada de la universidad de medicina. Ha estado buscando empleo en el hospital local de su ciu...