Capítulo 16: Nuevos proyectos (2T)

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EMI

En plena charla, la noté a Mar un poco nerviosa, como que estaba todo el tiempo mirando abajo de la mesa así que le pregunté si le pasaba algo:

- Es que... tengo tu regalo de cumpleaños acá y sigo dudando de dártelo porque no sé si es un montón... -me dijo tímida. Yo estaba genuinamente sorprendido-

- ¿Me compraste un regalo de cumpleaños? -ella asintió- Sos tan linda -le dije con ternura-, mirá si no me va a gustar cualquier regalo que me puedas hacer, boba.

- Es que como regalo de amigos era mucho,  y como regalo de novios ahora siento que es poco, y... -no la dejé terminar que me agaché por debajo de la mesa y rápidamente le saqué la bolsa azul que tenía entre las piernas- ¡EMILIANO!

- Si no me lo vas a dar vos lo agarro yo -le dije mientras me reía y esquivaba sus brazos a través de la mesa, intentando sacármelo de las manos-

Cuando terminé de escarbar en los papeles coloridos que rellenaban la bolsa agarré unas canilleras con la frase "Que la pasión te lleve a la gloria" y una bandera argentina flameante atrás. El fondo era azul con tonos más claros, se camuflaba con la bandera pero ahora que lo veía también me hacía acordar al... mar. Me levanté de mi asiento y fui hasta ella.

- Si no te gus... -la agarré de la cara y la callé de un beso. Era el regalo perfecto para el momento en el que se había dado mi cumpleaños y valoraba muchísimo eso, se la había re jugado. Me separé un poco y le dije-

- Me encanta. Gracias -me sonrió tímida y me volvió a dar un beso mientras yo seguía con mi cuerpo encima de ella-

El beso empezó a ser más largo cada vez, no nos podíamos separar. Ella agarraba mis brazos y mi nuca y yo la atraía cada vez más desde la cara. La extrañaba demasiado. Nos separamos recobrando el aire y con un poco de color de más en la cara me fui a sentar de vuelta, recordando que seguíamos en el café.

Seguimos charlando un poco más e hicimos el pacto: yo me volvía con ella a Bilbao para ayudarla con la mudanza y para aprovechar mis días hasta volver a entrenar con el Aston, ya que después tenía el viaje a Miami. Sí parecía un poco masoquista volver a arrancar la relación justo cuando el motivo de separación se repite en tan poco tiempo, pero no quería perder más tiempo. Era ahora o nunca. Y yo siempre iba a tener que moldearme a no ver por cierto tiempo a la persona con quien esté... Esperaba que ella pudiera hacerlo también.

Cayó la noche en la cafetería y amablemente nos acercaron la cuenta. Nos miramos casi tristes: no quería volver a separarme de ella, por lo que le pregunté dónde se quedaba "para alcanzarla".

- Estoy con Cande en un hotel de Kingsthorne -levanté las cejas en sorpresa sin disimulo- ¿qué?

- Nada... es ahí nomás de mi casa...

- ¿En serio? -asentí- Mirá, -me dijo con una media sonrisa- no sabía. Nunca me quedó muy claro dónde vivís... -me sorprendí "¿Es mi sensación o...?"- Como no conozco tu casa... -"Soy un pelotudo si no aprovecho esto"-

- ¿Querés conocerla? Digo, queda casi de pasada si te llevo...



MAR

En menos de diez minutos llegamos a la casa, que igual genuinamente quería conocer por lo poco que me había mostrado él, y era tal cual imaginaba: una casa enorme y totalmente hermosa. Tenía una cúpula de vidrio, un patio gigante... su living y comedor eran casi del tamaño de mi depto en Buenos Aires. Y ni hablar de la pileta. TENÍA UNA PILETA ADENTRO DE LA CASA. Los ladridos y el correteo feliz de la perra me cortaron el análisis.

Estrella de mar - Emiliano "Dibu" Martínez [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora