Capítulo 4: La oficina (1T)

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Había sido una semana de locos y la Dibumanía no paraba en la agencia. Todos hablaban de él todo el día, las chicas cada vez más morían por él y los chicos cada vez más alentaban por él. El partido de la final fue una locura extrema. Le mandamos al otro día una canasta llena de productos argentinos a él y su mujer, con el mensaje de "FELICIDADES, CAMPEÓN" en una tarjeta gigante de la empresa. Dulce de leche, yerba, alfajores... Faltaba el Fernet. Se lo propuse a Gustavo y le encantó la idea. "Cerramos la canasta con eso" dijo antes de irse. Mientras Daniela se moría de rabia, yo estaba contenta.

- ¿Cómo sabías del Fernet?

- Gustavo un día le preguntó cómo se llamaba el que él se preparaba. Se ve que le gusta el Fernet con sus variaciones.

- Apa, cuánta atención le prestaste, eh pichona

- Me es inevitable, Martín, cuando me encargo de limpiar las oficinas, como estoy sola, escucho a las únicas personas que siguen acá trabajando -contesté tajante con mi mejor sonrisa falsa.-

Sí, le prestaba excesiva atención a él, y de hecho no podía dejar de pensar en esos mensajitos. Entraba a diario para verlos, como si fuera un chico que me gustaba en el cole. No le había contado a nadie, lo que me parecía bien, pero me hubiera gustado tener con quién hablar en todos los momentos de incertidumbre.

"¿Le escribo o no le escribo?" "¿Qué le voy a escribir? ¡Si está con la esposa seguro!" "Pero un mensajito random no influye en nada..." Antes de dormir, me animé.

M: "Me enteré que tenemos un jugador campeón de América y ganador del guante de oro de la copa ¿sabés algo de eso vos?😂"

Qué excusa pelotuda busqué para hablarle. Como si fuera la amiga, cómo se me va a ocurrir...

E: "Gracias Mar! Las buenas no paran de llegar"

E: "Y gracias por las cosas, siempre está bueno que manden lo que acá no se consigue tan fácil"

E: "Me contó Gusti lo del Fernet, una genia"

M: "De nada, un regalito argento. A vos hay que agradecerte, desde la Copa estamos tapadísimos de trabajo"

M: "¿Con qué era que lo tomabas?"

E: "Yo sólo soy el Dibu 😅 Hago lo que puedo para ayudar al equipo"

E: "Con pomelo jajaja ya sé, un rarito"

M: "No seas humilde, disfrutá los halagos que son producto de lo que te rompiste el lomo por estar donde estás"

M: "Jajajaja lo tendré que probar"

E: "Me estás halagando?"

"Estoy siendo sutil" pensé

M: "Sería una ignorante si no lo hiciera"

E: "Te estoy jodiendo. Y gracias por lo del esfuerzo, generalmente pasa por alto"

M: "Con tu altura, difícil pasar algo por alto 😅"

Qué idiota ¡¿cómo le voy a mandar eso?! Lo voy a borrar, quedo re...

E: "😂 😂 😂"

Le di Me Gusta y me acosté.

Las semanas pasaron y ya en la oficina tuvimos que volver a la presencialidad total porque no nos paraban de contactar pibes que venían del interior exclusivamente para hablar con nosotros. Cuando nos enteramos que Emiliano venía a renovar con Gustavo, fue el cierre de año deseado para la compañía, todos estábamos esperando el día que venga a poner la firma, que obviamente era cerca de las fiestas, y de paso todos estábamos con ganas de saludar al campeón de América y felicitarlo.

- ¡Hay que hacer una gigantografía de él con la copa! -tiró JuanJo-

- Dijimos algo grande, no algo grasa

- ¿Y por qué no das una idea vos, Daniela? Que de lo único que te escucho hablar todos los días es de lo bueno que está el tipo, nada más

- Bueno, bueno -volví a interrumpir-. Está bien intentar que sea algo adecuado, tampoco nos saquemos los ojos por esto. ¿Y si ponemos su nombre en la oficina de Gusti? Oficina "Emiliano Martínez".

- Ay no, para mí hay que hacer algo re grande. Tipo, hacerlo slogan de la compañía o algo.

- No -objetó Gustavo-. A Emi no le gustan esas cosas, es un pibe sencillo aunque no parezca.

- Qué sencillo, ¿no viste el show que dio en la Copa América?

- Pero acá ninguno es Mina, o Vidal, o Neymar -contesté cortante-. Si Gustavo dice que es más sencillo, bajemos la intensidad y listo.

- Gracias, Martina. A mí me gusta lo de la oficina. Es algo más íntimo. Casi como un chiste interno que compartimos con él.

- Ah, claro, todo porque lo dijo la consentida -bufó Daniela-

- ¿Perdón? -pregunté indignada-

- No te hagas la desentendida ¿o vamos a hacer de cuenta que no te pusieron a vos en ese sector JUSTO después de que tu viejo se muriera?

Se me hizo un nudo en la garganta. Iba a irle con los tapones de punta, cuando Gustavo me frenó en seco.

- Si Martina tiene el puesto que tiene es mérito suyo. ¿O alguien más de acá se queda hasta tarde y llega primera como hace ella? ¿O acaso se fumaron la cantidad de tareas pelotudas que vivía haciendo, rebotando de un lado para otro, con título en mano, como hizo ella? -todo el piso hizo silencio- No se confundan, acá no hay favoritismos, Martina se ganó estar conmigo con el contrato más importante pero porque es una abogada espectacular, recibida en la mejor Universidad del país, esforzándose en esta agencia. Se podría haber ido tranquilamente después de que Claudio no estuviera con nosotros, a donde se le cantaba, y no lo hizo. Se quedó y siguió trabajando como siempre. Y la decisión yo ya la tenía en mente hace rato, es algo que hasta hablé con Claudio, lo único que cambió es que alguien importante pidió que ella se quede en este sector.

- ¿Quién?

- ¿Qué importa quién, Daniela? Lo importante acá, es que la próxima que quieras hablar de la gente, hables de los que están, y no te hagas la viva hablando de los que no pueden defenderse. -Daniela bajó la cabeza de mala gana, quemándome con la mirada-

- A mí me pareció buena la idea de la oficina -dijo Marcos con un poco de miedo-.

- A mí también, y es mi oficina así que se lo vamos a proponer a Javier y fin de la discusión. -Gustavo se metió al despacho y cerró de un portazo. Todos me miraban esperando que diga algo, pero lo único que hice fue mirar mi reloj, e ir a buscar mis cosas para irme. De salida, pasé por al lado de Daniela

- La próxima, no vas a tener la suerte de que Gustavo me frene y te conteste con la altura que hizo. Borrate el nombre de mi viejo de la boca -me puse mi saco y me fui a fichar mientras escuchaba el grito ahogado que salía de su boca-.

- ¿Y eso? ¿De dónde salió? -me preguntó Marcos-

- De que Gustavo tiene razón. Me podría haber ido tranquilamente hace meses y en vez de eso me quedé. Y ojo, no sé si lo podría haber hecho sin que vos y Agus se encarguen de cubrirme los turnos extra, pero lo hice.

- ... Mar -lo miré- Jamás hicimos eso. Te lo dijimos para que te relajes y dejes de venir tan temprano e irte tan tarde, pero no había que hacer nada extra

- ¿Y pero entonces...?

- Sabíamos que ibas a seguir viniendo sino -me sonreí-. Gustavo tiene razón, hacés más horas extra que todos nosotros juntos y te merecías un descanso

- Gracias entonces por eso, Marcos. En serio.

- Jaja no es nada. Supusimos que una mentirita piadosa no le hace mal a nadie.

- Tenían razón -termino de fichar y me pone el puño- Mah, hace mucho no nos saludamos bien -atiné a darle un beso en el cachete, pero él me abrazó y quedamos así un rato-.

Estrella de mar - Emiliano "Dibu" Martínez [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora