Prólogo

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Nunca fui de creer en las novelas románticas, en el príncipe azul o en que mágicamente todos tus sueños se hicieran realidad porque el destino así lo quiso. Soy abogada, me suelo centrar más en los hechos, en defender lo que uno quiere y en pelear para conseguirlo. La vida no te regala nada, de hecho te quita, y es tu responsabilidad luchar para que te quite lo menos posible. No me malinterpreten, hablo siempre desde un lugar de privilegio: tengo salud, una carrera, un trabajo bien pago en una de las agencias deportivas más importantes del país, amigos espectaculares, una casa hermosa que mis papás compraron cuando mi hermana mayor nació, y casi diría que una familia estable.

El año pasado no fue el mejor para mí. Perdimos a mi papá en un accidente automovilístico, una semana después de que mi novio me deje. No fue la gran pérdida, con Fede estuvimos juntos cinco meses y sinceramente la relación empezó como el famoso "un clavo saca a otro clavo" para superar mi ex relación de seis años. Igualmente dolió, especialmente cuando ni estuvo presente en todo el proceso de duelo que me tocó atravesar con respecto a mi viejo. Hasta mi ex estuvo presente en el velorio y en el día a día, y eso que no era el más tierno o sensible del mundo. A decir verdad, la gente en general acompañó muy bien el proceso de pérdida, hasta en el trabajo fueron súper considerados. Aunque creo que fue más por los diez años que mi papá estuvo laburando en la agencia, que por lo que podrían valorar mi esfuerzo. Al fin y al cabo, hacía tres años que yo estaba ahí solamente, y hasta hace poco sólo andaba de un representante a otro siguiendo la mayoría de los casos del lugar, sin tener un cliente fijo. Por suerte el último año me dejaron fija con un cliente, y no es que sea común, este cliente es el más importante que tuvimos en la agencia prácticamente. No lo podía creer. Sinceramente pensé que podía haber sido un reconocimiento por todo lo que venía matándome en la agencia: siempre soy de las últimas (si no la última) en irme, y de las primeras en llegar; hasta cuando estaba mi viejo teníamos llave para abrir y cerrar la oficina; tengo todos mis papeles y documentos en forma... y los de los demás también; y ni hablar del orden que mantengo en el lugar. Bueno, mantenía, ahora me tengo que quedar en mi sector; pero no me puedo quejar. De hecho así lo conocí a Emi.

Estrella de mar - Emiliano "Dibu" Martínez [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora