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"Y es que en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira"

—Ramón de Campoamor



El dolor en su pecho se esparció por todo su cuerpo, cada fibra de su ser experimentó la sensación de dolor desgarrador desdé la cabeza hasta los pies. La falta de aire en sus pulmones como si una fuerza superior atravesará su pecho oprimiendolos con todas sus fuerzas, la muerte siendo menos dolorosa que la verdad.

La impotencia acorralo su mente y corazón sin darle opción de pensar en cualquier otra cosa que no fuera la verdad frente a él cayendole como lava de un volcán en erupción al cuerpo, una maldita verdad que le ardía en el alma y en el corazon de la que no podía escapar.

Tan cruel que le hizo dudae en todo lo que creyó durante su vida; ideas y pensamientos no eran más que tonterías que le sembraron en el pecho y la mente cubiertas de falso patriotismo que eran contradictorios a lo que era el mundo que lo rodeaba, la realidad de su destino y que no tuvo otra opción para cambiarlo.

El golpe de la realidad le hizo recordar cada situación y momento que tuvo en el pasado en un flashback crudo y poderoso que taladró cada rincón de su mente, su vida entera entregada a su nación y pueblo quién en conveniencia le apuñalo por la espalda, los archivos puestos frente a él eran prueba fiel del montón de mentiras y pruebas sembradas para que él fuera el único responsable de aquella masacre y de los desvíos de dinero que hizo su supuesto amigo. Dinero y crimenes de los que era inocente, juró mil veces de rodillas a sus superiores que era inocente y que no había hecho ninguno de los crímenes por los que se le incrimina. Dio su lealtad y vida a su patria desde que era un niño como su padre lo fue y le inculcó fuera.

Morir hubiese sido lo mejor a tener que saber la verdad.

Fue incriminado, puesto en la rueda del hámster sin fin.

Cegado por la ambición de sus superiores y de los que creyó eran amigos de carrera y de campo. La rabia incrementó liberandola contra los muebles de su hogar, mesas y sillas estrellándose contra las paredes en busca de bajar la intensidad de su dolor y decepción por el mundo que lo rodeaba.

Él y su familia pagaron el precio con sus vidas.

— ¿Decidiste que hacer? — odió con toda su alma escuchar la voz de quién tanto odio le provocó durante cinco largos años.

A quién persiguió por más de dos décadas incesantes para dar con su paradero, a quien trato de emboscar incontables veces y que en ninguna dio resultado favorable, el hombre al que culpó todo ese tiempo y que en alguna proporción tenía la culpa de la vida que le tocó.

Perdió todo.

No tenía nada que perder ahora que para su familia estaba muerto, durante ese tiempo creyó que no tenía a nadie más por quién vivir, por quién luchar para seguir viviendo.

Ahora, ese hombre le dio la oportunidad que estaba buscando desesperadamente para aferrarse a la vida, tenía una hija. Su pequeña hija estaba viva en alguna parte de Corea.

¿Podría creer en las palabras de ese hombre? ¿Ser como él? ¿Tener la venganza deseada y cobrar justicia por el honor y su familia?

Verlo tan de cerca era intimidante y poderoso, nada comparado al rostro que se quedó grabado en su memoria aquel fatídico día en que su vida terminó.

Grandes y fortachones hombres lo rodean y protegen con su vida, ¿Para que lo necesitaba si tenía a un ejército resguardando su espalda?

Con el corazón destrozado se puso de pie forzando su visa borrosa a enfocarse en la espalda trajeada del hombre más poderoso del continente, quién era el dios de la tierra y los cielos en la vida terrenal.

El mismo dios y demonio en un solo hombre.

Lo siguió con la furia en su cuerpo y el deseo de venganza, ya no era el gran y respetado general del ejército surcoreano por quién dio su vida y familia, el condecorado hombre leal a su patria y nación, ya no quedaba nada de ese hombre. en consecuencia lo convirtieron en el exiliado y desertor, el traidor a su nación y homicida de su familia.

Los eternos días de tortura y casería política lo arrinconaron a ese húmedo y fúnebre lugar, al exilio que los haría pagar de ahora en adelante.

Si estando al lado de este poderoso hombre tenía la oportunidad de cobrar venganza lo haría, se convertiría en uno de los hombres de AgustD con la única condición de cobrar la muerte de su familia y el abandono de su pequeña hija. .

Tres autos negros ya los esperaban al pie de las escaleras húmedas del edificio, llenos de matones altamente calificados para matar a quien fuera en donde fuera. Sabía de sobre aquello.

Subieron a autos diferentes sin comunicación y en silencio durante todo el trayecto al aeropuerto, cruzando media ciudad en un par de horas que fueron minutos en su mente al estar ensimismado en los recuerdos y toda la información que debía procesar, en comprender el peso de la decisión que tomo.

Ahora mismo le pertenecía a ese hombre, su vida y lealtad le pertenecían al hombre del que juro proteger a su nación. El mismísimo AgustD.

Un jet los estaba esperando cuando arribaron al aeropuerto, algo que le sorprendió un poco al principio pero que inmediatamente empujó de su mente al recordárse que no estaba tratando con alguien normal y común.

Fue dirigido a una habitación privada y alejada de la cabina y de la sala de descanso de AgustD, en la que encontro un traje nuevo y limpio, perfectamente planchado, dos relojes a juego con la corbata, un teléfono celular, un comunicador pequeño y desapercibido al igual que un paquete de billetes en moneda Coreana. Perfectamente enlistado como si desde el principio supiera que iba a aceptar el ser de su equipo.

Se baño en conciencia relajando sus músculos y tratando de procesar todo los sucesos de su vida, la vida en el ejército y el calvario en sus años de exilio.

Nada parecía concordar con la vida que deseo vivir desde que era joven y parecía ser que jamás lo seria.

Pasó de ser un coronel del ejército a uno de los hombres y secuaces del hombre más poderoso y sanguinario del continente.











Pasó de ser un coronel del ejército a uno de los hombres y secuaces del hombre más poderoso y sanguinario del continente

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El es Ji Chang Wook 👆

AGUST-D. (Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora