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"Cualquiera que sea su forma, su modo, su apariencia, su nombre, todo miedo se orienta hacia la muerte. Si reflexionas profundamente, te darás cuenta de que lo que temes es a la muerte"

— Osho

El silencio tormentoso de esa noche era pesado y difícil de respirar acompañado del frío viento que golpeaba los árboles y pinos de la propiedad, las ráfagas de viento le hacían compañía esperando algo que sabía no era bueno.

Lo sentía en sus huesos y piel, la sensación de peligro era aún mayor que cuando fue secuestrado tiempo atrás, ahora sentía que era peor.

Guardias armados en cada esquina haciendo rondas cada minuto de un lado a otro, sus radios sonando cada cinco minutos informando algo que no entendía y que sabía era peligroso, los ventanales grandes le deban cuenta clara del movimiento incesante en el jardín y pasillos.

Cientos de hombres por doquier apesar de que era más de media noche.

Nadie dentro de esa propiedad estaba descansando en sus cuartos dado que les ordenaron estar de pie y en espera de la llegada de " invitados" que llegarían en cualquir momento, invitados que sabían era peligroso dado el extremo movimiento que se respiraba a cada segundo.

El miedo instalado en su cuerpo a la incertidumbre de lo que podía suceder, asustado al no verse seguro dentro de esos muros con una niña pequeña e inocente, que dormía a su lado ajena a lo que estaba por suceder, entre sus brazos, quizás, también buscando seguridad y calor humano que tenía años sin sentir.

— Sube a la niña y regresa para a recibir a los invitados.— se encogió ante la orden de la mandan, dándose prisa en la obedecer a lo que le indicaron hacer.

No entendía el porque de la estancia de la infanta en ese lugar tan inseguro y peligroso pero entendía que su estancia allí era por algún razón que nadie le explicaría pero que era importante para alguien, quien quiera que fuera esa persona. No estaba seguro del porque la tenían ahí pero sabía y entendía que tenía seguridad dentro de ese lugar, nadie le hacía algo a la niña y parecía ser que procuraban por todas sus necesidades básicas lo que le tranquiliza un poco pero sabe que nada en ese lugar es gratis y mucho menos seguro por lo que siempre está al pendiente de lo que pudiera sucederle.

Las veces que subía al segundo piso siempre se sentía peligroso, sentía un escalofrío pesado recorrer todo su cuerpo en cada paso que subía a dejar el desayuno o comida del jefe y de la niña si así se le indicaba. El lugar estaba infestado de cámaras por doquier que le era aún más tenebroso el dar un paso, especialmente las cuatro cámaras que vigilaban la puerta de entrega a la habitación de AgustD.

Su cuerpo se estremecía cuando el aroma de ese hombre entraba a su nariz y sentía la presencia escalofriante de ese hombre en su espalda, dejaba inmediatamente la charola y salía de prisa escalares abajo con el miedo de que pudiera hacerle algo.

El cuerpo menudo de la niña fue fácilmente maniobrado entre sus manos dejándola recostada en su cama, la arropó con cuidado procurando no interrumpir su sueño, envidiando un poco la tranquilidad con la que ella dormía y el desconocimiento de todo lo malo que estaba sucediendo alrededor, por las miles de cosas malas que los rodeaban y que ella no conocía, quizás era lo mejor.

Aseguro la ventana de la habitación evitando que el ruido de los invitados se colada dentro de la habitación, bajo de prisa escuchando el ruido de varias llantas de carros a la distancia, las luces de autos se colaron por las ventanas alertandolo de la presencia de aquellas personas.

Hubo mucho movimiento, más del que experimento nunca antes, y que desgraciadamente tuvo que presenciar, se refugio en la cocina junto a la única cocinera de la casa, una joven silenciosa y poco amigable. Contuvo su respirar al escuchar muchos pasos dentro de la casa, especialmente en la sala, el ruido era demasiado fuerte y pesado que era difícil no escucharlo.

Risas y charlas que se colaban por las paredes pero que se obligó a no escuchar por miedo a saber y seguridad propia, no quería saber nada del porqué o para qué estaba ahí esa gente ni mucho menos saber que era lo que tenían que decir. Prefería ser ignorante de su alrededor y estar tranquilo así, no era difícil, era lo que hacía siempre en casa de su tío.

— Sirvan el café.— ordenó la madam con prisa llegando a la cocina.

Dónde quiera que fuera sabía que debía obedecer sin importar que, estaba acostumbrado a ello incluso si no le pegaban o amenazan con hacerle algo, el miedo estaba grabado en su mente y poco podía hacer para controlarlo.

El entrar a la sala fue un reto que no sabía cómo cumplir, la enorme mesa estaba llena de gente sentada alrededor de ella, gente peligrosa si estaba del lado del jefe como todos le llamaban, el ambiente se sentía tenso apesar de que no había alcohol o cuerpos..

El procurar no derramar el café sobre algún tipo de esos fue difícil, más cuando sin poder evitarlo escucho lo que estaban diciendo. Quién realmente eran esas personas enfundadaz en trajes y zapatos brillosos.

— .. me estaba haciendo viejo en ese hoyo, ¡te seguro que a ese lugar no vuelvo nunca! Ni por todo el dinero del mundo — expresó uno de ellos ganándose risas y burlas de los otros hombres que interactúaban como grandes conocidos.

— ¡Que va! ¡Fuiste tú el que más disfruto de las visitas y fiestas privadas! Cada buena modelo y actriz llegó a ti antes que a nadie de nosotros. — sirvió la última taza de café de la fila escuchado al tipo a su lado reprochar aquello.

— Procuré darles a cada uno de ustedes, mis grandes socios, lo mejor de lo mejor. — el silencio reino al hacerse presente AgustD, nadie dentro de la sala emitió sonido alguna. — Y como se los prometo el primer día de su encierro, están fuera de esas sucias rejas, siempre lo estuvieron ciertamente; recibieron sus vacaciones, viajes, visitas, lujos, mujeres, todo lo que pidieron y más.. se agradecer muy bien su lealtad. Y ante ello están aquí ahora mismo, libres para que retomen físicamente todos sus negocios, cada grupo e individuo que me traicionó debe pagar las consecuencias. Frente a ustedes encontrarán la fotografía, nombre u dirección de todo aquel que trabajo para mí y que traicionó a la organización, que intentan apoderarse de sus negocios y mandos, sus territorios.

— ¿Limpio o sucio jefe? — retrocedió con cuidado de no soltar la tetera al escuchar al tipo frente a él preguntar.

— Lo dejo en sus manos, caballeros. Dentro de sus autos hay dinero y armas suficientemente para hacer el trabajo.

AGUST-D. (Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora