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"Depende de nosotros elegir si ganamos o perdemos… y elijo ganar."

—Mary J. Blige.


Las gotas de agua golpeaban fuertemente contra las ventanas del auto y el parabrisas haciendo que el viaje fuera más largo y lento de lo que tenía planeado.

Las altas montañas hacian que la travesía fuera peligrosa, las carreteras estancadas de agua haciendo que la orilla de la barranca fuera el destino de aquellos infortunados hombres y mujeres que transitan por allí, una ruta poco habitual para cualquier persona, realmente, pero si localizable si se tenían los contactos necesarios para llegar a ella.

Difícil de encontrar y complicado de llegar por auto, dadas las curvas y desvíos de la carretera. El helicóptero hubiese sido la mejor opción para llegar pero el clima impidió hacer uso de él, y necesitaba estar ahí lo antes posible.

El tiempo seguía corriendo apesar de que sus hombres y socios ya se encontraban en sus territorios cortando cabezas de los que intentaron robarle. Recuperando lo que le pertenece y eso significaba terminar con todo aquel que se interponga en sus caminos.

La matanza apenas había comenzado por lo que debía estar mil pasos delante de todos; nuevos rostros, hombres y socios, la nueva imagen del cartel que estaría en los primeros planos de los medios.

Y está en reclutamiento de hombres leales que pongan paz y orden dentro de sus negocios, reclutando los mejores hombres en el campo lo mantenía a la cabeza de sus enemigos.

Quizás con los nuevos cambios dentro de su organización dejarían de meterse en sus asuntos.

— Señor, hemos llegado.— informo el chófer deteniéndose a una distancia prudente de la entrada al templo.

El lugar más recóndito e interesante en el que se pudiera hospedar a quien fue a buscar, sus hombres bajaron inmediatamente rodeando el auto en el que se encontraba y algunos otros rodeando la propiedad, no debía confiar ciegamente por el recinto sagrado en el que se hallaba.

El agua bajo sus pies fácilmente se colo dentro de sus zapatos y su parte superior quedó resguardaba baja el paraguas negro que sostenía su guardaespaldas.

El viento y lo espesa de la lluvia impedía ver más a allá de lo que le hubiese gustaba observar.

Subir los tres escalones sacudió el agua de sus zapatos esperando no verse grosero y maleducado al entrar y ensuciar la limpia y brillante madera del suelo.

Respetuosamente traía un ramo de flores en ofrenda a su atrevimiento de acercarse a ese lugar sagrado y en son de paz hacía uso de él.

La oscuridad y silenció del interior puso a alerta a cada uno de sus hombres que le acompañan, incluyéndose al mantener una mano sobre su arma.

Existía un gran porcentaje de peligro acercarse sin preocupación y anticipación al interior del templo, cada paso era cuidadosamente calculado para no alertar al habitante del lugar.

El silencioso lugar hacía contraste con la lluvia torrencial de afuera y el viento del posible huracán acercarse a la costa.

Las velas eran pocas y contadas tratando de iluminar el espacioso interior del templo.

— Se que estás aquí, hablemos. — comento a la oscuridad del templo quien respondió con su eco a la distancia.

Sabía que él estaba allí, escondido quizás sobre sus cabezas o debajo de sus pies, tal vez de frente o detrás de ellos, como el ratón al que hacía honor.

AGUST-D. (Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora