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14 de noviembre, 2014_

-Amor... -la azabache detiene el tenedor en su propia mano que se dirige a su boca para dar el siguiente bocado de su cena, centrándose ahora en el jovencito sentado enfrente suyo, quien no deja de picar el arroz en su plato, solo mirándolo y no probando de este-. Necesito que comas algo.

-No tengo hambre... -murmura el menor, soltando su cubierto y recostando su espalda contra su silla, suspirando con tristeza-. Lo siento...

-No voy a obligarte a que lo termines todo, pero al menos intenta -su voz muestra preocupación por el estado desalmado de su único hijo.

Ese día luego de llegar del trabajo a las seis de la tarde, su propósito de saludar a su primogénito para luego hacer la cena, se fueron a la borda al verlo acostado boca abajo sobre su cama, llorando. Ella inmediatamente se acercó y consoló sin saber lo que pasaba en primer lugar, pues deseaba que el chico calmara su llanto al no poder responder sus preguntas con facilidad por el dolor de su joven y roto corazón.

TaeHyung le había prohibido volver a hablarle, y JungKook dedujo que su relación de casi tres meses había terminado para siempre. Todo porque el menor había halagado lo bien que uno de sus amigos jugaba fútbol. Al principio no comprendía por qué se había enojado de la nada hasta el punto de darle un ligero empujón para que no se acercara por mirar así a alguien más en su presencia. Sin embargo, se sintió muy culpable por su ruptura, pues su mente le decía que hizo mal al golpear de esa forma las inseguridades de su pareja.

La mujer lo tomó con calma mientras lo abrazaba, explicando que para solucionarlo debía hablar con él y explicarle que solo fue un malentendido, aunque por dentro seguia pensando que había sido una actitud inmadura y sin sentido de parte de su yerno cuando él era el más grande de los dos.

No dijo nada más y solo se quedó con su niño.

-¿Puedo ir a mi habitacion?

Le duele.

A la dama le duele ver por primera vez a su hijo de esa forma, pero debe aceptar que algún día iba a llegar ese momento de depresión, y ella estará ahí para cuidarlo siempre.

Asiente rendida, viéndolo empujar el plato y levantarse de su asiento, pidiéndole que en la mañana haga otro intento.

JungKook deja el comedor y se dirige a las escaleras, no contando que a las casi nueve de la noche, alguien tocaría la puerta de su casa para ser recibido. Y para no darle más molestias a su madre, decide abrir la puerta, ignorando que la mayor le ha dicho que ella lo haría.

Todo se mantiene en silencio a su alrededor cuando se da cuenta de quién se trataba, y la mujer se mantiene atenta a lo que pasa sin alcanzar a ver que los ojos de su menor se cristalizan por la imagen del castaño que rompe en llanto en el umbral de la entrada, con solo una camisa de manga larga bajo la luz de la luna y el frío abrazando la oscuridad de las calles, temblando por ello y por su claro arrepentimiento de sus acciones.

-L-Lo siento -tartamudea, volviendo a llorar al ver el cuerpo tenso de su chico en la calidad de su hogar-. Lo siento. P-Perdón por tratarte así. N-No lo volveré a hacer, lo siento. -oculta su rostro contra la frialdad de sus manos, encogiéndose de hombros-. No me d-dejes por ser un tonto.

Siendo suficiente para el corazón del pelinegro, jadea por la situación que lo deja abochornado, tirando de TaeHyung para estrecharlo en un fuerte abrazo.

-Lo siento, l-lo siento.

-Perdóname a mí, no debí decir esas cosas si te molestan -puede sentir el temblor del cuerpo ajeno, que se aferra a lo caliente y reconfortante del suyo con tanto poder para no volver a ser soltado-. No me pidas otra vez que me aleje, no quiero estar lejos de ti.

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⏰ Última actualización: Jul 24 ⏰

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𝑩𝒂𝒃𝒆, 𝑰 𝑵𝒆𝒆𝒅 𝑼 [ KookTae ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora