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Errare humanum est

Abrió los ojos con una sonrisa, hace mucho que no dormía tan bien, vio el rostro tranquilo de Natasha, estaba abrazada a ella, recordó la madrugada, no habían parado de besarse y acariciarse, creía que todo había sido un sueño, pero al despertar y tenerla tan cerca supo que no, habían reído y hablado entre besos, era extraño cómo se sentían tan cómodas, en ese momento solo eran ellas, el mundo había desaparecido, eran solo Wanda y Natasha, dos almas que parecían haberse encontrado.

La castaña se había sentido tan feliz en ese tiempo, le encantaba estar cerca suyo, las sensaciones que causaba en ella eran genuinas y la golpeaban como olas, pero eso estaba mal, ella amaba a Sharon, quería una vida a su lado y es cierto que no la engañó, pues ellas no eran nada realmente, pero se traicionó a sí misma al faltarle a ese sentimiento.

Wanda se sentía tan conflictuada, no sabía cómo actuar cuando Natasha despierte, no quería complicar la situación o tomarle importancia imaginaba que ella igual.

– Buenos días... – Escuchó la castaña y saltó de sorpresa, siendo acercada más a la rubia, pues se alejó tan rápido que casi cae de la cama

– ¿Hace cuánto estás despierta? – Preguntó alarmada

– Es difícil decir ¿Desde qué hora estás que te mueves? – Rio levemente tan relajada aún despertando – ¿No me vas a desear los buenos días? – Preguntó a los segundos de silencio

– Buenos días – Intentó sonreír – Te haré el desayuno – Trató de lucir igual de relajada

– Gracias por todo, Wanda – Emitió con una verdadera sonrisa – Eres realmente increíble – Acercó su mano a acariciar su mejilla

– No es nada, Nat – Emitió sintiéndose tan relajada con ese toque, respirando profundamente, tomó su muñeca no pudiendo dejar de ver sus labios – Nat, escucha...

– Creo que sé lo que dirás y también pienso que es lo mismo que yo opino, pero empieza tú – Suspiró sin querer apartar la mano de su rostro

– Esto no debió haber pasado, eres preciosa, Natasha, siento que fui muy injusta contigo estos meses al igual que en el pasado, no niego que físicamente me atraes, pero yo estoy saliendo con alguien – Mintió – No es porque seas mi maestra, eso es lo que menos me importa, pero yo...

– No te preocupes – Sonrió ligeramente para transmitirle seguridad – Esto no estuvo bien, por mi parte debo disculparme porque soy tu maestra y a pesar de tener casi la misma edad, estoy en un puesto en el que de algún modo tengo autoridad sobre ti, aclaro que jamás fue mi intención hacerte sentir obligada a corresponderme

– Sé que no, Natasha, no sientas que me empujaste a hacerlo, para nada, yo soy consciente de lo que hice, fue un momento, era de madrugada, estábamos cerca, confundimos la situación y no pasó a más, así que dejémoslo ahí ¿De acuerdo?

– Totalmente – Afirmó con una sonrisa

– Haré el desayuno y sacaré tu ropa de la secadora, para también arreglar tu auto – Emitió levantándose de la cama y saliendo de su habitación

Natasha suspiró llevándose la almohada al rostro, no sabía que le había pasado, lo peor es que le encantó, se moría por un beso antes de esa conversación, pero no era correcto, de ningún modo podía tener algo con su alumna.

...

Había sido un lindo desayuno entre risas y más comentarios, habían dejado todo lo que había pasado en la madrugada completamente atrás, ahora Wanda estaba arreglando el auto de Natasha para que pueda llevarlo al mecánico e irse a casa, estaba debajo de los pedales tratando de conectar los cables para que arranque.

Dead Language | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora