Dead Language | Wandanat

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Docendo discimus

No sabía a que la había llamado exactamente, pero le agrada de sobremanera ir a verla, con una sonrisa abrió la puerta de su oficina y la vio directo a los ojos.

– ¿Puedo entrar, directora? – Preguntó la castaña con un brillo coqueto en la mirada

– Ven aquí, cosa sexy – Le indicó la rubia llamándola con el dedo índice

Wanda rio cerrando la puerta y caminando a pasos lentos, llevaba una falda corta justo como le gustaba, sabía que la miraba con deseo, eso no había cambiado en todos esos años – ¿Para que solicita mi presencia?

– Primero, me tienes que dar mi beso – La vio a los ojos

La castaña conectó con esos ojos marrones y asintió sentándose en su regazo, la mano de la directora fue a sus muslos mientras compartían un beso como casi todas las mañanas.

– ¿Para que me llamaste? – Volvió a preguntar alejándose de su rostro y acariciando sus mejillas

– Solo una pregunta ¿Acaso no quieres graduarte? – Wanda frunció el ceño confusa

– ¿De qué hablas, Sharon? – Decía sintiendo que la idea de no finalizar su carrera universitaria la aterraba

– Nada grave – Se encogió de hombros – Solo que estaba revisando los cursos que te faltaban y no has llevado idiomas aún, tampoco está en tu horario de este semestre

– Acredité inglés como todo el mundo hace como dos semestres – Se defendió

– Te falta otro idioma como extracurricular y no puedes tomar el que acreditaste

– Ugh – Resopló con fastidio – ¿Es tarde para inscribirme?

– Sí – Asintió – Para cualquier estudiante lo es, pero no todos cuentan con tus beneficios – Acarició su mentón

– ¿De verdad harás eso por mí? – Emitió enternecida acercando su frente a la de ella

– No solo eres mi juguete sexual, también te quiero tener contenta – Dijo con simpleza

– Es que como la otra vez dijiste...

– Sé lo que dije – La interrumpió – Pero escucha lo que digo ahora, no estuvo bien como reaccioné, quiero compensártelo

– Gracias – Sonrió dándole un beso rápido

– No hay de qué, conejita – Decía aún acariciando uno de sus muslos

– Así que... – Suspiró – Tuve que retirar a uno de los estudiantes para que estés en la clase, porque sabía que no querrías estar sin ningún amigo tuyo

– Que considerada – Intentó sonreír, aunque le daba lástima tomar el puesto de alguien más, también sabía que la generosidad no era algo que caracterizaba a Sharon – ¿Qué pasó con ese alumno? – Preguntó intentando que no parezca que le importaba

– Solo le dije que hubo un error y que no había alcanzado el cupo para esa clase, no lo atrasé con su extracurricular, no soy un monstruo – Explicó con calma – Así que este es tu nuevo horario, lo imprimí para ti – Le pasó una hoja – Y esa es la llave del hotel en el que estarás esperándome ni bien termine el día de hoy ¿De acuerdo?

– Muchas gracias, directora Carter – Bromeó tomando la tarjeta y su horario

– Es un placer – Emitió besando su cuello