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Vitam regit fortuna, non sapientia

– Bella... – Suspiró notando que su novia aún estaba decaída – Te traje tu bebida helada favorita, es manguito fresco para ti – Se acercó a dejarlo en la mesa a la derecha de su silla reclinable al lado de la piscina – Con todo mi amor

Wanda no evitó sonreír al verla – Gracias, mi alma – Le dio un sorbo – Está delicioso, te amo – Afirmó notando como Natasha se ponía detrás suyo en la silla, se acomodó entre sus piernas y volteó a verla a los ojos

– Te amo – Acarició su abdomen viéndola a los ojos – Y justo por eso no tienes que estar preocupada o debe importarte lo que diga Yelena, tanto mis padres como yo le aclaramos que no intervenga en dónde no la llaman – Habló encima de su mejilla

– Es que... – Tenía una frustración inexplicable

– Mis papás te amaron y eso es todo lo que importa y cuenta, más bien estuvieron antes con nosotras cuando les contamos todo, y Yelena aún no llegaba, tal vez después le diga cómo empezó nuestro noviazgo, pero quiero que disfrutemos los pocos días que tenemos aquí, pronto vamos a volver, redecorar el departamento, mudarnos juntas por fin, amor, tenemos tanto por hacer que no quisiera que estés pensativa sobre esto – Besó su mejilla abrazándola más a ella

– Ya sé, Nat, pero en serio me duele que tu hermana no me considere ni en lo más mínimo buena para ti, no digo que soy la mejor novia del mundo, pero siempre veo por ti y no para quedar bien, si no porque te amo – Insistió frunciendo el ceño

– Mis padres lo saben, yo lo sé... ¿Qué más da lo que piense mi hermana? – Se encogió de hombros – No sé lo que le pase realmente, ni siquiera si es contigo el problema, pero eso lo arreglaremos después, quiero que disfrutemos lo poquito que nos queda del viaje – Besó su hombro en dirección a su cuello – Sé que no estás acostumbrada a caerle mal a la gente, pero no todo el mundo cae ante tu encanto a la primera, en definitiva yo no lo hice

– ¿Dices que estoy molesta por no ser miss simpatía y no por caerle mal a la hermana de mi novia? – Alzó una ceja incrédula

– Un poquito de ambos, la verdad... – Rio levemente y Wanda se cruzó de brazos dejando la bebida a un lado – No te enojes, bella – Mordió su mejilla con suavidad – Wanda... – La llamó notando que la ignoraba a propósito – Amor... no seas así... – Besó su cuello mientras seguía riendo – No estás acostumbrada a que alguien no te tienda la alfombra roja, es todo, bella y claro que no está mal, eres encantadora, no hay nadie que diga lo contrario, pero amor, lastimosamente no todo el mundo le puede caer bien a todo el mundo, lamento que no seas la excepción, pero es sólo Yelena, nada va a cambiar mi opinión sobre ti, porque yo sé lo que pasa en nuestra relación, tanto afuera como cuando estamos las dos entre cuatro paredes, te amo con mi vida, Yelena está sensible porque jamás creyó que yo tendría una relación con alguien menor, recién graduada, que se dedique a algo muy lejano a lo que yo, pero después se va a acostumbrar y te va a amar ¿De acuerdo?

– Pero yo soy adorable...

– Lo eres – Afirmó sintiendo cómo se volteaba encima suyo, sintió las piernas de Wanda rodear su cintura, sonrió abrazándola más a ella

– Soy una ternura...

– Indiscutiblemente – Besó su mejilla

– Y muy acomedida, no lo olvidemos

– ¿Ves? – Sonrió juntando su frente a la de ella – Tienes tantas cosas buenas que no debes hacerle caso a Yelena, se dará cuenta de que está en un error en poco tiempo, lo prometo, bella – Acarició su cintura

Dead Language | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora