Dead Language | Wandanat

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On omnis moriar

Tocó la puerta insistentemente, sabía que ella estaba ahí, continuó tocando con algo más de fuerza.

– Sé que estás ahí dentro, Sylvie, solo ábreme, por favor – Emitió la castaña mientras continuaba – No me iré si no me abres la puerta – Emitió siguiendo dándole con el puño a la puerta

– ¿Qué? – Vio como la puerta de Sylvie se abrió apenas un poco

– No me contestas al teléfono, faltaste a clase el viernes y no pasas tiempo con nosotros en el patio ¿Qué sucede? – Preguntó preocupada

– Nada, Wanda, ya déjame por favor – Intentó cerrar la puerta

– Sylvie, eres de mis mejores amigas, no me pidas que solo me vaya, cuando estás así, tu voz está llorosa, por favor, déjame pasar y hablar contigo, traje las donas que te gustan – Alzó una bolsa de papel mostrándosela

– Aceptaré las donas – Asintió apartándose de la puerta – Lo que no sé es si te las quieras terminar de comer conmigo cuando te cuente lo que pasó – Suspiró yendo hacia su cama

– Eres mi mejor amiga, Sylvie, sé que jamás querrías hacerme daño – Emitió sincera yendo a sentarse en la otra cama, ella vivía en los dormitorios de la universidad, una de las primeras cosas que hizo Wanda por ella, fue coquetear con quien acomodaba a los estudiantes para que no le pongan una compañera, han habido dos o tres veces en las que lo intentaron, pero ella igual fue a su rescate, el lugar era demasiado pequeño y sabía que a Sylvie no le hacía mucha gracia compartir con personas, hasta quiso que se mude con ella a su casa, pero su amiga se negó – ¿Qué pasa? ¿Es por lo del museo? – Preguntó de verla callada como abría la bolsa y tomaba una dona – Mira... si quieres no le decimos a nadie y yo lo pago, sabes que mis papás aman aportar a la educación de cualquiera, ellos no se negarán a hacerlo...

– Hoy me llegó al correo que la universidad lo pagará, no te preocupes – Suspiró agachando la mirada

– Deberías estar feliz, Sylvie – Sonrió emocionada – Vamos a ir a un gran hotel y solo estaremos en el museo hasta que cierre, vamos a pasar grandiosas noches ¿Por qué no estás feliz?

– Wanda... – La vio a los ojos creyendo que debía solo decirlo, de todas formas le preocupaba su amiga, tantos años insistiendo que deje a Sharon y ahora debía de darse cuenta u odiarla – Sharon coqueteó conmigo cuando fui a buscar su ayuda

– ¿Qué? – Dijo confundida

– Ella empezó a hacerme un masaje, yo te juro que intenté irme, antes de eso me besó, pero salí corriendo, lo prometo... – Asintió ante la confundida cara de la castaña – Yo no quería, Wanda, te lo prometo – Se cayó al sentir los brazos de su amiga rodearla

– Sylvie... ¿Creíste que me enojaría contigo por eso? – Acarició su cabello

– ¿No lo estás? – Preguntó extrañada

– Por supuesto que no – La soltó viéndola a los ojos – ¿Le dijiste que no querías? – Su amiga solo negó bajando la cabeza – Tampoco dijiste que sí ¿Verdad?

– Wanda, lo siento

– No tienes que disculparte conmigo – Besó su sien – No es justo lo que te pasó, sé que Sharon a veces tiene alumnas en su oficina, pero jamás creí que fuera así – Suspiró exhausta y conflictuada

– No tiene nada que ver con que te digamos que ella no es buena para ti, tampoco la provoqué ni nada parecido

– Aunque lo hayas hecho, ella no puede solo aprovecharse de ti – Sintió que entendía prácticamente todo en ese momento – La próxima vez que tengas que ir a su oficina, no irás sola, será con Vision o Thor, Carol o yo, pero no irás sola ¿De acuerdo?