Dead Language | Wandanat

12

Amor animi arbitrio sumitur, non ponitur

Tenía una expresión seria, pero no la que siempre mostraba, no en la que con los ojos te retaba, estaba completamente seria, la clase se había acabado, ella se acercó a la mesa del escritorio, Natasha intentó sonreír, pero parecía enojada, no entendía porque, su actitud no había sido la misma en esa clase, pero no había querido presionarla, pues parecía que no estaba teniendo un buen día y no sabía por qué.

– ¿Quién te trajo esas flores? – Preguntó Wanda de brazos cruzados viendo el ramo de rosas rojas encima del escritorio de su maestra

– ¿No fuiste tú? – Emitió confundida y ahora entendía porque la castaña estaba enojada

– No – Respondió lo obvio, pero suavizó su expresión al entender porqué minutos atrás, su maestra había sacado una de las rosas y la había olido con una sonrisa mientras la veía a los ojos, no le presumía, solo agradecía con ese gesto – ¿Quieres que vayamos a casa para que te ayude con tu trabajo? – Ofreció con una sonrisa

– ¿Segura que no tienes que irte como la otra vez? – Alzó una ceja recordando porque estaba enojada y también lo que habían significado esas rosas mientras estaban en clase, pues pensó que eran una especie de disculpa

– Segura – Asintió intentando sonreír – Te invitaré sushi y esta vez pediré los palillos con ayuda ¿Te parece? – Trató de hablar con ella, aunque de reojo veía esas flores que la molestaban

– Me encantaría – Respondió sincera

– Alista tus cosas, Romanoff – Sonrió apoyándose en la carpeta de atrás

– Okay – Mordió su labio inferior empezando a alistar su maletín

– ¿Las flores no tienen tarjeta? – Cuestionó aún viendo el ramo que no entendía porque le fastidiaba

– Sí, pero solo tiene una frase – Respondió la maestra pasándole la tarjeta que acompañaba el ramo

"La belleza natural es preciosa, pero no tanto como tú" Leyó la castaña y alzó la mirada hacia su maestra – Yo hubiera escrito algo mejor, no cliché y sin sentido, tampoco te regalaría rosas, yo sé cual es tu flor favorita, a parte que lo haría en latín para que sepas que soy yo, no sin dejar indicio alguno o a menos que esto signifique algo para ti ¿Se te ocurre alguien que te haya dicho algo parecido?

– Muy interesada en quien me dejó unas flores en el escritorio... – Emitió con una sonrisa ladeada

– Solo me da curiosidad – Trató de fingir indiferencia – A ti ¿No?

– No tanta como a ti – Se burló – No sé quién me las dejó, pero la verdad prefiero alguien que tenga un gesto directo y no se esconda detrás de una tarjeta sin yo saber quien sea – Se encogió de hombros

– ¿Te quedarás con las flores? – Cuestionó viendo como Natasha tomaba el ramo entre manos junto a todas sus cosas

– Las pobres no tienen la culpa, a parte que se verán fantásticas en mi sala – Le restó importancia con la voz

– Pero igualmente no son tus flores favoritas – Emitió caminando a su lado en el desolado pasillo

– No lo son – Afirmó no entendiendo porque Wanda le daba tanta importancia

– Alguien que te conoce y quiere algo contigo no te daría unas flores que sabe que no son tus favoritas

– Para ser justa, llevo apenas tres o cuatro meses aquí, la única que me preguntó por mis flores favoritas fuiste tú, así que démosle crédito a la persona que me las envía – La vio de reojo