12. Coqueteo

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El momento de la verdad se avecinaba y estaba jodidamente nervioso

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El momento de la verdad se avecinaba y estaba jodidamente nervioso.

Después de que Maddyson logrará mostrarme como poner las cosas en práctica, me quedó muy en claro cómo estaban las cosas.

Joder, no es que estuviera celoso ni nada por el estilo pero jamás en mi vida había visto de cerca lo que era Maddyson en su máximo esplendor dentro del coqueteo.

El mundo entero estaría a sus pies si ella así lo quisiera.

Teníamos la relación bien definida en la amistad, puesto que apenas comenzábamos a serlo y no teníamos intenciones de absolutamente nada más.

Pero no era ciego y veía lo mucho que le costaba relacionarse con las personas. Por eso me preocupaba que comenzará a salir con alguien.

Pero no iba a meterme hasta que realmente tuviera que hacerlo.

Por otro lado, debía comenzar cuanto antes todo el asunto con Siena o iba a volverme loco.
Tampoco era una tarea muy fácil tener que venir hasta su lugar de trabajo e intentar coquetear mientras pido un maldito café, pero algo bueno podría salir de esto.

– ¡Andrew! Que gusto volver a verte por aquí. ¿Vas a llevar algo en especial? – escucho sus palabras entusiastas.

Maldita sea. Sería un buen momento para recordar todos los pasos ahora.

O tendría que improvisar y eso no resultaría lo mejor.

– Un placer. Me encantó el lugar la última vez que vine y juré que vendría por otro café. – dije con el mayor sigilo mientras le guiñó un ojo.

– Vaya. Quien diría que un buen café podría traerte de vuelta. ¿Qué tal está Maddy?

Un momento.

¿Por qué carajo me pregunta por Maddyson?

¿Me perdí de algo y recién me entero?

– ¿Maddy?

– Si... bueno la última vez que la vi estaba contigo y antes solía pasarse más a menudo. No la he visto últimamente, yo siempre preparo su café.

– Bueno, supongo que ella está... – Me detengo al escuchar una risa familiar a lo lejos.

No puede ser posible.

Veo los ojos de Siena mirar detrás de mí y esbozar una pequeña sonrisa.

– Creo que ahora se porque desapareció.

Ignoro mis impulsos de girarme y mirar directo a lo que sea que esté haciendo Maddyson, algo me dice que no sería una buena idea.

Pero nunca la había escuchado reírse en público y al menos de que no sea algo verdadero no encuentro ninguna razón para ello.

A la mierda mis impulsos.

Giro disimuladamente la cabeza apoyándome en el mostrador y puedo ver dos cabezas de melena rubia. Una que en lo personal estoy comenzando a conocer más de lo que me gustaría y otra que no me da muy buena espina.

Carajo. Lo que me faltaba era encontrarla justo el día de su cita.

Decido darle algo de privacidad ya que al parecer no se a percatado de mi presencia y me giró de nuevo hacia Siena.

– ¿A qué hora termina tú turno?

Veo como frunce el ceño como si no esperara mi respuesta. – Dentro de una hora. ¿Por qué?

– Bueno... es solo que no tengo ensayo con la banda hasta dentro de un rato y al parecer Maddyson tiene compañía. ¿Te gustaría charlar un poco mientras pasa el tiempo?

No tengo ni puta idea si eso era lo correcto pero al parecer he dado en el clavo.

Las mejillas de Siena se tornan de un color carmesí que trata de ocultar con su cabello y asiente con la cabeza.

Tal vez no salgamos en una cita pronto, pero creo que podemos comenzar por conocernos.

De camino a mi mesa veo de reojo a Maddyson, quien tiene una mirada un poco perdida como si no supiera cómo actuar con la persona que tiene al frente.

Algo dentro de mi me tienta a ir hacia allí y sacarla de todo ese embrollo, decirle que todo estará bien y que se sienta segura sin tener que fingir y ponerse la máscara que tantas veces la he visto usar. Y otra me dice que es una mala idea y que si no controlo lo que sea que esto significa va a terminar muy mal.

Y lo único que quisiera decirle es que ella es como las estrellas, fría y algo lejana pero que puede llegar a tener un brillo tan especial que no debe dejar que se apague jamás.

Siguiendo al corazón © #2 - Saga Four Hearts. 💜(en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora