16. ¿Qué es lo que ves?

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Maddyson estaba comenzando a preocuparme

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Maddyson estaba comenzando a preocuparme.

No sabia que carajo era lo que estaba pasando pero no me gustaba en lo absoluto.

Había estado evitando a todo el grupo en general, por un momento llegué a pensar que lo que comenzaba a ser una amistad entre nosotros, moriría tan pronto comenzó.

Lograr que me respondiera unos mensajes fue difícil, ni siquiera Daly había tenido oportunidad de verla siendo su mejor amiga y no me parecía algo común.

Sabía que había algo más en el fondo, pero tenía miedo de presionarla y que se cerrará completamente. Prefería darle espacio y si ella quería me lo contaría.

Odiaba quedarme con la incertidumbre de si algo malo le estaba sucediendo y tuviera que enfrentar todo sola.

La idea que tenía en mente no me parecía la mejor del mundo, pero sabía que le haría bien desconectar un poco de todo. Tomárselo como un respiró si así quería verlo.

La parte más difícil no era convencerla, sino que respondiera.

Para mi buena o mala suerte no tardó demasiado en responder.

Rompecorazones: Claro. ¿En qué puedo ayudarte?:)

Yo: Maddyson, ¿estás por ahí?

Ahora venía la parte difícil.

Yo: ¿Crees que podamos reunirnos en el parque de siempre? Es urgente.

Rompecorazones: Andrew...

Yo: Por favor, Maddyson.

Rompecorazones: ¿Estás seguro de qué es urgente?

Yo: Sabes que no te molestaría si no lo fuera.;)

Rompecorazones: Bien. Pero si no, voy a llevar esa lata de pintura para golpearte con ella.

Solté una risa cargada de buen humor, esperaba que mi idea funcionará y poder distraer a Maddyson de todo lo que sabía guardaba dentro.

Solté una risa cargada de buen humor, esperaba que mi idea funcionará y poder distraer a Maddyson de todo lo que sabía guardaba dentro

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Al llegar al parque y ver una melena rubia esperándome en el banco de siempre, no pude evitar formar una sonrisa.

No sabía si era porque llevaba tiempo sin verla y verdaderamente la echaba de menos, o si simplemente con saber que estaba cerca de mi era suficiente para comprobar que seguía entera.

– A decir verdad, pensé que no vendrías.

– ¿Y perderme la oportunidad de golpearte con una lata? Jamás. – esbozó una sonrisa irónica.

– Y no esperaría menos de ti.

– ¿Entonces cuál era la emergencia?

– Si, yo...

– ¿Andrew? – frunció el ceño.

No era mi estilo ponerme nervioso, estaba acostumbrado a tocar frente a un montón de personas y generalmente sabía exactamente qué decir para sonar convincente. Pero con Maddyson siempre era diferente, en cualquier circunstancia.

Y ahora no era el mejor momento para admitir lo mucho que estaba dudando.

– Verás... se qué tal vez suena como una locura pero... ¿alguna vez te he hablado de mis padres?

– ¿Tus padres? Creo que no. ¿Qué tienen que ver con todo esto? ¿Les ha pasado algo?

– No, Maddyson. Ellos están bien, solo...

– Andrew, solo dilo.

– Quiero pedirte que me acompañes a la cena de acción de gracias. Absolutamente como amigos. – aclaré por si comenzaba a sospechar alguna otra cosa.

– Andrew, esto es...

– Antes de que digas que no, piénsalo Maddyson. No se que es lo que te esté pasando y sabes que jamás te juzgaría, pero puedes tomártelo como un descanso de todo. Es tan solo un fin de semana, no estaríamos mucho tiempo si es lo que te preocupa.

Yo rogaba en silencio que aceptara, no sabía que más hacer para poder darle un respiro, que dejara de evitarnos y poder saber que era lo que le pasaba.

Tan solo quería que se sintiera bien con ella misma.

Que se viera como yo la veía si ese era el caso.

Que supiera que no había nada mal con ella, si no con el mundo.

Que era absolutamente perfecta con todo y heridas.

Por qué esa era la mejor parte.

– Andrew... ¿estás seguro de que quieres que te acompañe? ¿Qué dirán tus padres?

– Estarán encantados de conocerte, Maddyson.

– No estoy segura... tal vez piensen que solo soy un rollo y...

– Te has convertido en mi mejor amiga, rompecorazones. Ellos saben lo importante que te has vuelto para mi, y no dudarán en tratarte como a una hija.

Aunque vi duda en sus bonitos ojos azules, algo me dijo que había algo más ahí detrás. Algo mucho más intenso, algo con una pizca de agradecimiento. – ¿Estás seguro?

– Completamente. ¿Acaso tengo que golpearte con esa lata para que lo entiendas?

– No tengo idea de que es lo que ves en mi, pero por favor no dejes de hacerlo.

Y con eso me abrazó.

Me quedé muy quieto en mi sitió sintiendo sus brazos alrededor de mi torso.

Salí de mi trance y la rodeé con los brazos dándole un apretón fuerte y reconfortante, algo me decía que lo necesitaba.

Podía sentir su corazón latir tan rápido como el mío.

Pero decidí dejarlo pasar.

Por ella.

Por mi.

Y por todo lo que no sabría que implicaría después.

Siguiendo al corazón © #2 - Saga Four Hearts. 💜(en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora