Siguiendo al corazón © #2 - Saga Four Hearts. 💜(en proceso)

24. Confusión

Mierda.

Santa mierda.

¿Cómo carajo había permitido que pasara?

Andrew y yo nos habíamos besado.

Bajo los fuegos artificiales.

No una, si no varias veces.

Paso una mano por mi cabello con frustración al no saber que hacer.

No significo nada, estoy completamente segura de que solo fue el momento y... nos dejamos llevar nada más.

Solo espero que las cosas no se pongan demasiado extrañas entre nosotros.

Porque no puede significar nada, Andrew siente algo por Siena, no por mí.

Y no me deja para nada tranquila que tenga que verlo demasiado pronto.

Al no ir a la celebración de año nuevo, los chicos sugirieron salir la noche siguiente.

Como recordatorio de que algo nuevo empezaba para cada uno de nosotros.

Y vaya que no se equivocaban con eso.

Estar en la mesa del reservado no supuso demasiado problema, pues todavía no había rastro de la persona que más temía encontrarme esa noche.

Tras conversar con Tay, Daly termino jalándome hacia la pista como siempre.

Fue entonces cuando lo vi.

Estaba recargado en la barra junto a Aarón.

Estaban enfrascados en una conversación en la que no prestaban demasiada atención porque tenían sus ojos en nosotras.

De Aarón lo entendía.

Todos sabíamos lo enamorado que estaba de Daly y que eso era totalmente correspondido. No conocía una relación con un amor tan puro y genuino como el de ellos, eran adoración mutua.

¿Pero Andrew?

No entendía porque me miraba tanto.

Era la misma de siempre, aunque estuviera recogiendo pedazos de mi misma y volviendo a reconstruirme.

En algún momento me quede sosteniéndole la mirada, hasta que Aarón parecióvdecirle algo que lo hizo fruncir el ceño y finalmente se girara hacia él.

Cuando volví la mirada hacia mi mejor amiga, estaba mirando de un lado a otro entre Andrew y yo también con el ceño fruncido.

— No es lo que piensas. — dije para tratar de disimularlo. Aunque muy en el fondo sabia que no la haría cambiar de opinión.

—Maddy...

Arquee las cejas como si no entendiera que estaba sucediendo. Y ella que me conocía como la palma de su mano, lo sabía.

—Oh por favor, Maddyson. No vas a decirme que no paso nada entre ustedes cuando incluso Evan lo sospecha.

—¿QUÉ COSA? — dije girando la cabeza rápidamente en su dirección.

Daly estaba mirándome con las cejas arqueadas y una sonrisa burlona.

Oh mierda, yo conocía demasiado bien esa expresión. No iba a gustarme la conversación que estaba por venir.

—No soy estúpida, Maddy. Y los chicos tampoco, no se que fue exactamente lo que paso entre ustedes, pero a juzgar por cómo actúan...

—Tan solo dilo.

—Estoy segura de que están confundidos por lo que paso y tienen una conversación pendiente ¿Se besaron, cierto?

MIERDA.

—¿Cómo?...

—De nuevo. — dijo mirándome con la cabeza ladeada. —Todos lo sospechamos. Hay atracción entre ustedes y al parecer son los únicos que no lo notan. Si realmente sientes algo por él...

—No es para nada como se lo están imaginando. — la interrumpí antes de que sacara conclusiones que no tenían absolutamente nada que ver. — Simplemente sucedió en un momento vulnerable para ambos, no estoy enamorada de él, ni tampoco él de mí. Estoy segura de que aclararemos las cosas y que no volverá a suceder. Además, él siente algo por Siena. — prácticamente susurre lo último. — No sería correcto.

Daly solo asintió y dirigió su mirada a alguien detrás de mí.

No tuve que darme la vuelta para saber de quien se trataba.

Ambos se saludaron con una sonrisa y finalmente nos dejó solos.

—Maddyson... — comenzó a decir con cierta preocupación.

Suspire, pero pose mi mirada en la suya para tranquilizarlo. —Se que tenemos una conversación pendiente. Y que tal vez estes confundido al igual que yo, pero por esta noche finjamos que nada sucedió, ignórame si es necesario. Se lo debemos a los chicos.

—¿Estas segura que es lo que quieres? Sabes que hare lo que me pidas, pero odiaría hacerte daño de alguna manera.

—Estaré bien, ya hablaremos mañana.

Aunque algo dentro de mí no quería tener la conversación que teníamos pendiente, sabía que debíamos aclarar las cosas por el bien de ambos.

Después de unos minutos en silencio como si estuviera evaluando mi opción, asintió. Me dio un abrazo rápido que no me dio tiempo de corresponder y se alejó sin mirarme.

Estuvimos el resto de la noche disfrutando con nuestros amigos, pero lo más alejados posibles del otro, mirándonos en momentos fugaces que se sentían prohibidos.

Nadie volvió a mencionar nada del tema.

Y a pesar de estar ignorando la presencia del otro, podía sentir que algo nos envolvía. Algo que no debería estar ahí y que odiaba si quiera por notarlo.