La primera impresión siempre es importante.
Después de que en una fiesta él arruina su cita de la noche, todo se descontrola.
Siempre coinciden pero no se soportan.
Ella cree que es gruñón, arrogante y un fastidio.
Él cree que ella es fría, calculad...
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— Creo que oficialmente puedo tener un reemplazo.
—¿Ya soy mejor que el mono?
— Creo que él sigue teniendo mejor ritmo.
Solté una carcajada y golpeé a Andrew en el brazo, como respuesta él rio también.
Habían pasado más cosas de las que me hubiesen gustado entre nosotros. Cadavez que lo miraba sonreír sentía que algo se removía dentro, una punzada de algo salía a flote cada que lo descubría mirándome.
Pero no podía arrastrarlo conmigo a lo que estaba viviendo. No estar segura de mis sentimientos, ni de quien estaba volviendo a ser al reconstruirme, era algo de lo que él no tenía culpa.
Y no iba a lastimar otro corazón para sanar el mío.
No era esa clase de persona.
Lo único que me quedaba por hacer era disfrutar cada momento que pasábamos juntos.
El estar en nuestra última lección de guitarra tampoco ayudaba, pero no podíamos prolongarlo más. Había aprendido más de lo esperado.
Andrew estaba sentado en el sofá, terminando una de las muchas ideas que le surgían mientras ensayaba.
Me dejé caer a su lado y pude ver como todo era garabatos en su libreta.
—¿No hay inspiración el día de hoy? — dije en un tono burlón.
Me miro por el rabillo del ojo con una sonrisa de medio lado y negó con la cabeza.
Vaya. Si que no había inspiración.
—¿Por qué no escribes una canción de amor?
Frunció el ceño en mi dirección. — ¿Porque no estoy enamorado?
—¿Cómo dices?
—¿Acaso crees que estoy enamorado de Sienna?
Arquee una ceja. —¿Qué no es lo que sientes por ella?
— No.
— Pero...
— Es... diferente. Lo que siento por Sienna es... complicado, me encantaría conocerla y ver si podemos llegar a algo más, pero... de ahí a enamorarme hay una brecha enorme.
Hubo un momento de silencio en el que analice sus palabras.
Tenia razón, enamorarse implicaba mucho más que atracción o pasión en sí.
Implicaba estar para esa persona cuando más lo necesitara, en las buenas y en las malas, amar tanto que puedas quedarte sin aliento con solo mirar a la otra persona. Intensidad y ser genuinos era algo clave, pero, sobre todo, paz.
El amor tendría que brindarte paz. No lastimarte. No quebrarte.
Me pregunte incluso si alguna vez alguien me amaría de esa manera.
—¿Alguna vez...
Giro la cabeza rápidamente en mi dirección. — No.
—¿Entonces lo que has escrito... no es para nadie en particular? —pregunte con cuidado.
—No. —admitió. — Algunas son frases para hacer rimar la letra y otras... simplemente suelo expresarme como lo haría si tuviera a esa persona en mi vida. Nunca he escrito una canción para alguien.
—¿Y que tendría que hacer para que escribieras una? — dije con una sonrisa burlona.
Me miro con los ojos muy abiertos antes de caer en cuenta de que no lo decía en serio. — Hacer que me enamore de ti o romperme el corazón. Hay una frase que dice que si enamoras o le rompes el corazón a un musico, su mejor álbum será sobre ti. Así que ya sabes que hacer, solo te advierto que no soy tan fácil de conquistar, rompecorazones. —dijo guiñándome un ojo con picardía.
—Creo que caerás mucho antes de darte cuenta, gruñón.
Soltó un gruñido como respuesta al escuchar la ultima palabra y no pude evitar esbozar una sonrisa.
Pues en el fondo sabía que si poníamos en practica aquello, el que terminaría cayendo primero, sería mi corazón.
