La primera impresión siempre es importante.
Después de que en una fiesta él arruina su cita de la noche, todo se descontrola.
Siempre coinciden pero no se soportan.
Ella cree que es gruñón, arrogante y un fastidio.
Él cree que ella es fría, calculad...
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Podría comenzar diciendo que no siento nada.
Podría mentir y tragarme mis propios sentimientos como he hecho los últimos años de mi vida.
Pero hoy no voy a hacer ninguna de esas cosas, no puedo seguir engañándome a mí misma.
Extraño ha Andrew con cada vibra de mi ser.
Y no puedo hacer nada para evitarlo.
No entiendo a mis malditos sentimientos, desde ese beso en año nuevo todo fue en picada dentro de mi corazón que lo hace cada vez más insoportable.
Me froto inconscientemente el área del corazón como si pudiera hacer algo para aliviar lo que sea que siento.
Pero se que por más que trate, algo cambio desde hace mucho tiempo entre nosotros y todavía me aterra descubrir que es.
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Trato de despejarme pintando, pero parece que eso tampoco funciona. Por lo que me encuentro camino a la cafetería que tampoco fue tan buena idea por la persona que tengo ahora frente a mí con una sonrisa.
— ¡Maddy!
Ver a Sienna después un tiempo largo, con todo lo que esta rondando por mi cabeza, sin duda, es la peor idea que he tenido en siglos.
— Perdona la intromisión, pero... ¿estas bien?
— Yo... — vaya. No esperaba esa pregunta y aunque quisiera tener el valor de preguntarle demasiadas cosas, prefiero contenerme. — Si, solo tengo demasiadas cosas en la cabeza.
Asiente, y por lo que veo en su cara es obvio que no me cree, pero decide cambiar de tema. — ¿Y Andrew? Pensé que estaría por ahí esperándote.
—¿No te enteraste? Los chicos están de gira y no vuelven hasta dentro de unos meses... —mierda, creo que necesito preguntarlo o voy a explotar. — Sienna... lo siento si parezco demasiado entrometida, pero... ¿podría hacerte una pregunta un poco personal?
— Claro.
Espero unos minutos, pensando cual es la mejor forma de preguntarlo, pero... no hay manera. Así que decido ser directa.
—¿Tú y Andrew tienen...
— Por supuesto que no. — dice sin dejar que termine mi pregunta y estallando en carcajadas.
Me quedo observándola unos segundos sin comprender y la miro con confusión en busca de una explicación, aunque para ser sincera su respuesta me alivia un poco.
—¿Me lo dices en serio?
— Claro. Yo... — mierda, no encuentro ninguna excusa decente y mis mejillas comienzan a teñirse de rojo.
— Tranquila, no tienes porque darme ninguna explicación. Es cierto que en algún momento estuve interesada por él, pero... hubo un momento en el que me di cuenta de que jamás iba a suceder.
—¿Por qué lo dices?
— Al parecer siente algo por alguien más.
Me quedo muy quieta en mi lugar y parte del alivio comienza a hacerse un nudo en mi estómago.
Era totalmente irreal.
— ¿Estás segura?
— Completamente.
No podía creerlo.
— ¿Y cómo te enteraste? — susurro.
— Porque vi la forma en la que te miró.
¿Cómo?
¿Había escuchado bien?
— Debe ser una confusión, Andrew y yo...
Sienna vuelve a reír. — Maddy, no se si no te has dado cuenta todavía o si me lo dices porque creías que él y yo teníamos algo, pero déjame decirte que ese chico lleva colado por ti más tiempo del que puedo decir.
Mierda, todavía no puedo creerlo.
Le doy una sonrisa de boca cerrada a Sienna, la cual ella me devuelve asintiendo con la cabeza para volver al trabajo.
Doy unos pasos torpes hacia atrás y me doy la vuelta para volver a mi estudio.
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Una vez en él, cierro la puerta y me apoyo en ella hasta dejarme caer.
No puedo creerlo.
Sabía que algo había cambiado desde ese maldito beso, incluso antes, pero no tenia jodida idea de tal magnitud.
Noto como mi corazón comienza ha acelerarse, delatando como me siento.
Mierda...
Yo estoy enamorada de ese estúpido bajista arrogante y no supe darme cuenta hasta ahora.
Todos los momentos que pasamos juntos comienzan a rondar por mi mente:
La noche del concierto cuando se ofreció a ser mi modelo.
Las citas para conocernos mejor.
Las lecciones de guitarra.
Cuando me salvo de Calum.
Acción de gracias.
Y esa maldita noche de año nuevo que ronda aún por mi mente.
Carajo.
Jamás creí ser capaz de enamorarme, y creer que el sentimiento podría ser correspondido es...extraño. Ni siquiera podría explicar lo que estoy sintiendo.
Pero creo que cuando el corazón decide a quien quiere ser entregado, no podemos hacer absolutamente nada.
