Sabía que no podía quedarme el resto de mi vida dentro de mi habitación.Que por el momento era el único sitio seguro que conocía.
Trataba de mantener a mis amigos a raya, sobre todo porque no quería tener que cruzarme con Andrew, pero estaba cansada de tener que rechazar los intentos inútiles de Daly de levantarme el ánimo.
Sabía que ella me daría espacio si se lo pedía, pero saber que alguien se preocupaba por mí todavía de cierta manera me reconfortaba.
Aunque eso no significaba que fuera a contarle en el pozo de mierda en el que me encontraba.
Por lo que cuando tenia a Daly una vez más suplicándome para acompañarla de fiesta le dije que sí, con la esperanza de ser la Maddy de siempre.
No tenia idea de que carajo ponerme o incluso de como maquillarme, sentía que había pasado demasiado tiempo desde que lo había hecho y disfrutado realmente.
Pero si quería convencerlos de que seguía siendo la misma, tal vez tendría que jugar una vez más a ser la rompecorazones que todos conocían.
—Te ves preciosa esta noche.— Como siempre. — dije con orgullo.
No sabia si era verdad o si realmente se notaba todo lo que estaba pasándome factura, pero por una noche elegia creer en las palabras de mi mejor amiga.
Cuando nos acercamos pude ver a Aarón esperándonos en la entrada del lugar, en cuanto sus ojos se posaron en Daly sonrió, dirigiéndole una mirada cargada de amor.
Y por un momento desee tener algo así.
—Maddy, un placer verte después de tanto tiempo. —dijo pasando uno de sus brazos por los hombros de Daly. —Creo que será mejor que nos demos prisa, deje a Tay y Evan en la mesa y no creo que puedan resistir mucho tiempo solos.
Asentí con una sombra de sonrisa.
Mientras avanzábamos entre la gente que se detenía por momentos al reconocer a mis amigos, me di cuenta de que no había rastro de Andrew.
Y pude sentir esa punzada de decepción en mi estómago.
Cuando llegamos a la mesa pude ver a Tay y Evan, el primero sonrió al ver a Daly quien se había convertido en su mejor amiga desde que comenzó su relación con Aarón y el segundo que apenas nos soportaba, pero cuando creía que nadie lo veía sonreía de nuestras tonterías.
Los salude a ambos antes de dirigirme hacia la barra para tratar de despejarme y convencerme de que podía hacerlo.
Le pedí una bebida al bartender y me la tomé de golpe.
Necesitaba todas las fuerzas que pudiera reunir.
Sentí un brazo envolviéndose alrededor del mío y ni siquiera tuve que adivinar de quien se trataba.
—Creo que deberíamos bailar.
—¿Estás segura, Dal? ¿No va a darle un infarto a Aarón como cada vez que te mira? — bromee.
—Estará bien. —dijo haciendo un gesto con la mano para restarle importancia.
Deje que me guiara a la pista de baile con la esperanza de sentirme algo libre al dejarme llevar.
Todo iba de maravilla, estábamos dejándonos guiar por la música.
Moviendo las caderas al ritmo.
Hasta que mis ojos dieron con una figura de metro noventa apoyada en la barra que estaba mirándome fijamente con el ceño fruncido.
Maldita sea. ¿Qué no se suponía que no debía encontrármelo esta noche?
Cuando se dio cuenta que lo había descubierto, aparto la mirada y lo perdí de vista.
Debía decir que se veía guapísimo.
Y otra punzada estallo en mi estomago cuando volvimos a la mesa y él ya estaba allí.
Quede justo sentada delante de él, pero no me miro ni una sola vez por el resto de la noche.
Sabía que estaba ignorándome y que solo yo tenía la culpa.
Sabía que debía disculparme y me maldije por echar a perder lo que había entre nosotros.
Porque me di cuenta de que podía perderlo sin ni siquiera tenerlo.
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Siguiendo al corazón © #2 - Saga Four Hearts. 💜(en proceso)
RomanceLa primera impresión siempre es importante. Después de que en una fiesta él arruina su cita de la noche, todo se descontrola. Siempre coinciden pero no se soportan. Ella cree que es gruñón, arrogante y un fastidio. Él cree que ella es fría, calculad...