No sabía qué carajo estaba pasando conmigo.Después de mi charla con Andrew había tratado de convencerme de que todo estaba bien. Al menos para no preocuparlo a él ni a nadie más.
Pero realmente no lo estaba.
Mi madre tampoco ayudaba mucho en cuestión, seguía haciendo sus típicos comentarios hirientes sin notar lo mucho que me afectaba.
Eso me indicaba que yo fingía demasiado bien o ni siquiera le importaba.
Nunca llegué a pensar que terminaría desmoronándome frente a Andrew, fue un momento de total debilidad y la única vez que dejé caer la máscara que llevo todos los días.
Y no estoy dispuesta a dejar que eso se repita.
El expresarme siempre me ha resultado difícil, al menos en lo que a mi respecta el arte es la única manera que conozco de dejar entrever lo que realmente siento.
Como mi padre diría "cada trazo, color y lágrima termina siendo una parte de tú alma plasmada dentro de un trozo de tela o papel. Una expresión, una risa o lo que quieras que los demás se lleven de tú corazón."
Para mi eso significaba pintar.
Libertad.
Cosa que jamás había sentido.
Amor.
Un sentimiento y poder hacia otra persona que no podía permitirme.
Y esperanza.
Un rayo de luz en la oscuridad que podría cambiarlo todo.
Gruñón: ¿Todo va bien, Maddyson? He estado llamándote y manda directo al buzón.Gruñón: ¿Es cosa mía o estás evitándome? De ser así, habla conmigo rompecorazones.
Estoy seguro que podremos resolver lo que sea que te agobie.Gruñón: Bien, si necesitas espacio voy a dártelo. Solo necesito que me confirmes si cambiaremos las lecciones para otro día.
Me pasé las manos por el cabello al leer el hilo de mensajes de Andrew.
En si, era culpa mía. Llevaba varios días por no decir semanas sin responder al móvil y sabía que su paciencia no era infinita.
¿Lo estaba evitando?
Si.
¿Tenía una razón?
No.
O al menos no una buena.
Últimamente no me encontraba bien conmigo misma, no me sentía cómoda en mi propia piel y tenía miedo de que si veía a alguno de mis amigos me descubrieran.
Así que mi única opción fue evitarlos.
O al menos a dos en concreto.
La única persona con la que había estado además de mi madre era Calum.
Y no porque a mi me viniera en gracia, si no porque estaba cansada de su maldita insistencia.
Escuche sonar mi móvil por milésima vez y le di a rechazar de inmediato pensando que era de nuevo Andrew.
Decidí responderle si eso lo dejaba más tranquilo.
Yo: Hey, todo va bien. Últimamente estoy muy ocupada con más pinturas y proyectos que apenas tengo tiempo de respirar. ¿Es posible aplazar las lecciones hasta nuevo aviso?
Su respuesta no tardó en llegar y yo solté un suspiro de alivio.
Gruñón: Claro. ¿Segura que estás bien? ¿Quieres ir a tomar algo más tarde?
Yo: En verdad lo lamento pero no puedo. Será en otra ocasión.
Gruñón: No te preocupes, otro día será. Cuídate, rompecorazones.
Yo: Hasta luego, gruñón.
Esboce una pequeña sonrisa mientras negaba con la cabeza.
Hubo un momento de silencio y de repente recibí otro mensaje.
Calum: ¿Con quien carajo hablas? Te llamé y rechazaste mi llamada.
Borre mi sonrisa de golpe.
Mi móvil comenzó a vibrar una vez más y acepte la llamada.
– Rubia, hasta que te dignas a responder. – escuché al otro lado de la línea.
– Estaba ocupada, Calum. – dije rodando los ojos.
– ¿En qué exactamente? ¿Haciendo otro estupido cuadro o hablando con tú falso amigo?
– No te incumbe lo que haga o no con mi vida, que estemos saliendo no te da poder sobre mi y mucho menos sobre mis amigos.
– ¿Amigos? – soltó una risa burlona que no me gustaba en lo absoluto. - Ya te lo dije, Rubia. ¿En serio crees que personas como él querrían ser tus amigos? Creo que necesito explicártelo una vez más.
– No quiero escucharlo. – murmure con rabia.
– Pues creo que deberías. – siguió de todos modos. – Los chicos te buscan por dos razones: porque estás buena y quieren un rollo o porque quieren algo más a cambio. En el caso de tú amigo imbécil, te busco porque quería algo a cambio, ¿no?. No te engañes rubia, y por supuesto no te acostumbres a tenerlo mucho tiempo en tú vida que una vez consiga lo que quiere se irá igual que los demás.
– Estás loco, él no...
– ¿No es igual a los demás? Por favor, si hasta donde yo se no podían estar en el mismo lugar más de cinco minutos. En fin, voy a dejar que lo analices en lo qué pasó a recogerte. Tienes dos horas para sacar tú precioso culo de donde quiera que estés y te arregles.
Y con eso corto la llamada.
Me pasé las manos por el cabello una vez más y me dejé caer al suelo.
Había cometido el maldito error de contarle a Calum mi historia con Andrew porque estaba demasiado insistente sobre qué papel jugaba en mi vida.
No solía tomarme en serio lo que me decía.
O al menos no hasta que comencé a comerme la cabeza con todo lo que decían sobre mí, no solo mi madre si no todas las personas.
¿A quién quería engañar?
Tal vez Calum tuviera razón y yo solo actuaba como una niñata estúpida que mendigaba migajas de amor.
Tal vez incluso tenía razón sobre mi amistad con Andrew, ¿quien me aseguraba que cuando finalmente consiguiera lo que quería con Siena no iba a volver todo a la normalidad en cuestión de nuestras peleas e indiferencia?
Sentí que lágrimas calientes comenzaban a brotar por mi rostro y tampoco hice nada para detenerlas.
De pronto sentí todo tan abrumador y a todos tan lejanos a mi que no me apetecía ver a nadie.
Tal vez si tenían razón sobre mí y solo era una zorra sin sentimientos que servía para un rollo de una noche y nada más.
Porque si así me veía mi madre, no sabía cómo podían verme los demás.
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Siguiendo al corazón © #2 - Saga Four Hearts. 💜(en proceso)
RomanceLa primera impresión siempre es importante. Después de que en una fiesta él arruina su cita de la noche, todo se descontrola. Siempre coinciden pero no se soportan. Ella cree que es gruñón, arrogante y un fastidio. Él cree que ella es fría, calculad...