Cap.35

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Julio 2023, Madrid.
Noticias inesperadas.


Volvíamos del partido con Mia y Carlos, Gianna e Isa estaban cocinando mientras Hope jugaba con unos bloques de plástico en la alfombra del living.
El humor de la rizada había mejorado por lo que Carlos se acercó a besar su frente. Yo también me acerqué a saludar a Gianna con un leve beso en los labios.
Ayudé al madrileño a poner la mesa para que nuestras parejas sirvieran los platos de pasta al pesto.

-¿Y qué tal les fue?-Preguntó Gianna acomodándose en su silla-Escuché que el Real hizo una goleada.
-Fue un partidazo-dijo el madrileño descorchando una botella de vino, de ella sirvió dos copas, una para él y otra para Gia, Isa y yo lo rechazamos y nos servimos agua saborizada.-Lastima que me perdí de ver el primer gol.
-¿Por qué?-preguntó Isa tomando un sorbo de su copa.
-Veras, mi padre me llamó bastante cabreado-mueve la copa de vino con su mano y luego bebe de ella-Esta tarde le ha caído una multa por exceso de velocidad. ¿Saben algo de eso?-el madrileño clavó sus ojos en mi mujer.

Ninguna dió respuesta alguna, pero compartieron una mirada de complicidad.

-¿En serio Gianna? ¿120 KM/H?-preguntó levantando la voz el español.
-En realidad fueron 125-dice Gianna disimulando su sonrisa.
-Perdón, 120 ofensa, 125 honor. ¿De qué coño van?-respondió indignado el piloto.
-Si quieren mi opinión, estoy orgulloso de que mi esposa haya dejado de ser una tortuga al volante-dije besando la mano libre de Gianna.
-Nadie pidió tu opinión Lord Perceval-dijo Carlos-Y no es tu esposa hasta que se casen.
-Gianna ya no sufre ansiedad al volante, Gianna ahora es una rápida y furiosa-bromeó Isa-Llegamos vivas y el auto no tiene ni un rasguño, no te preocupes ¿si?-dijo la rizada acariciando la mano de Carlos.
-Bueno, cuando tu marido-Gianna dijo detenidamente la última palabra para molestar a Carlos-tiene una colección con algunos autos deportivos, la adrenalina se vuelve una adicción-bebió de su copa-Solo di la cifra de la multa y hago la transferencia.
-No es necesario, ya la pague-dije mientras masticaba un poco de pasta.
-Bueno, entonces te lo pago a ti-dijo la rubia revolviendo mi cabello.
-Ya sabes que no acepto dinero como medio de pago-dije bajito para que las menores no escucharan.
Gianna y yo nos miramos con picardía, una sonrisa tímida acompañada de un leve calor en sus mejillas se hizo presente en la rubia.

Luego de la cena los mayores seguimos charlando, hasta que Gianna notó que Mia se había quedado dormida en los sillones y Hope en la alfombra.

-Carlos ayúdame a llevarlas-pedí.
-Yo pido llevar a la más pequeñita-dijo él.
-¡Cabrón!-chillé golpeando su brazo-eliges a la que pesa menos-el madrileño rió.

Levantamos a las pequeñas con cuidado, tratando de no moverlas demasiado para que así no se despertaran. Ambas compartían cuarto, acosté a Mia sin problemas ya que estaba muy agotada y había caído en un profundo sueño.
Hope se había despertado un poquito, por lo que Carlos tuvo que mecerla. Escuché que ella le repetía “Ito” varias veces, hasta que al fin logró dormirse.

-Así que no te pudiste esperar a estrenar la casa, desgraciado-dijo Carlos sonriendo mientras veía un papel en sus manos.
-¿De qué hablas?-pregunte bajito.
-Hope decía “ito” mientras señalaba ésto-dijo él volteando una ecografía entre sus dedos-Sabemos que no habla muy bien aún, pero supongo que se refiere a “hermanito”.

Una gran alegría crece en mi interior, me acerco rápidamente a él y tomo la ecografía, una gran sonrisa aparece en mi rostro acompañado de algunas lágrimas. 
Leí algunos de los datos que había en ella, la desilusión me invadió cuando vi que todo estaba en italiano y no era el nombre de mi novia el que figuraba en la ecografía.

-Esto no es de Gianna-dije frunciendo el ceño-y está en italiano.

La cara del español palideció de repente, me quitó el ultrasonido bruscamente, lo analizó unos segundos y salió disparado de la habitación.

TORSIÓN EN MÓNACO | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora