Cap.03

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Hoy es la primera vez que llego temprano a la agencia, Gianna no aparece y faltan 20 minutos para las 9

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Hoy es la primera vez que llego temprano a la agencia, Gianna no aparece y faltan 20 minutos para las 9.
Hace mucho calor, por lo que llevo una remera oversize y una bermuda.

La rubia entra a las 08:55 en la sala de reuniones de la agencia. Lleva un vestido corto algo suelto, unas zapatillas y todo el pelo perfectamente peinado en una coleta alta. Me saluda con la mano y pide disculpas por la demora, le correspondo y  le dedico una mirada más detenida, lleva un chupete en su mano, nota que me percate de ello y lo guarda en su bolso, se ruboriza un poco y trata evadir posibles preguntas. 

— ¿A qué hora vienen por nosotros?—pregunta algo agitada.
—Nosotros tenemos que ir— le respondo moviendo las llaves de mí auto con la mano— Isa ya está allí encargándose de todo.
— ¿A que hora debemos estar ahí?

A decir verdad, me sorprende que la señorita puntualidad y orden este algo distraída esta mañana, tiene suerte de que hoy tenga buen humor. 

 — A las 10—respondo— ¿Quieres que vayamos ahora?—Asiente. Me dirijo a la puerta, abro y le hago seña para que pase primero.

Teníamos una hora hasta la sesión, por lo que pase al muelle a dejar un repuesto para mi yate. Gianna estaba tan concentrada en lo suyo que no percibió que estaba tomando otro rumbo. No despegó la vista de su teléfono. Cuando llegamos pensó que la sesión sería en el puerto. Fue gracioso.

Dejé el repuesto y ahora si nos encaminamos al hotel para hacer la sesión fotográfica, era para una nueva capsula de relojes Richard Mille. También es él ultimo día de prueba para Gianna.

Teníamos quince minutos de viaje hasta el hotel, ella iba en silencio y apoyada a la ventanilla del auto. No sabia si hablarle o no. Pensé en preguntar por su hija, me excusaría en el chupete que guardó en su bolso y no en que me puse a leer y buscar su nombre en internet. 

Se estiró la falda del vestido con las manos, la observé. No trae anillo. Lo tomaré como una luz verde. 

— ¿Tienes... hijos?—me aclaré la voz— por el chupete que traías. 

— Si—respondió luego de unos silenciosos segundos— Una hija.

— ¿Es muy pequeña?—sabia que no lo era, debía tener cuatro o cinco años.

— No—suspiró— el chupete es por que...—se detuvo. La mire esperando a que continuara—...pasó algo hace unos meses y usa el chupete como objeto de apego emocional.

Luego de eso ninguno de los dos volvió a emitir palabra alguna, noté que se puso muy tensa luego de la ultima pregunta y obté por no seguir indagando. Había visto el aval medico de su terapeuta en la carpeta y algo me dice, que  está relacionado a ese "algo que pasó"

(...)

La producción transcurrió rápido, terminamos antes del mediodía.
Le dije a Gianna que podíamos ir a almorzar por aquí cerca. Aceptó, pero estaba muy desconectada del mundo real. 

Solo éramos ella y yo, Isabella debía ocuparse de otro asunto. En otro momento, y dado al buen trato que tuvimos hoy, hubiera agradecido la ausencia de Isa, sin embargo, sin ella aquí y Gianna fuera de este plano, seria difícil llevar una conversación al punto que quiero. Pero al menos había aceptado mi invitación y era algo.

Nos sentamos bajo una de las sombrillas, del restaurante Il Terrazzino , la vista de la ciudad es hermosa. Gianna se saca sus lentes por primera vez en el día y su cara muestra que no tuvo una buena noche.

— Al parecer no fui el único que no durmió anoche—Le digo tratando de ser amable, ella me mira raro, no la juzgo, le hice la vida imposible estos últimos días.
— Mi hija tuvo fiebre y no pude pegar un ojo— dijo algo preocupada.
— Y por eso no te despegaste del teléfono en toda la mañana—ella asiente lentamente y una suave brisa hace que unos mechones de su pelo se le peguen en la cara— ¿Cómo está ella?
— Sin fiebre, pero con muchas ganas de que vuelva para acostarme con ella— dijo encogiendo los hombros— y de que le devuelva su chupete—intentó sonreír.

Comimos rápido, no iba a ser tan bastardo de impedirle estar con su hija.
Me ofrecí a llevarla y aceptó. Me hice el estúpido y dejé que ella me diera las indicaciones de como llegar a su casa, también me comentó que no era su casa, sino la de sus abuelos. 

Aceleré un poco ya que las calles estaban vacías, ella se aferró al asiento, pero no se quejó, al contrario, su cara mostraba cierto placer.
Llegamos a la dirección, me agradeció, cerró la puerta del Ferrari con delicadeza, espere a que entrara y me fuí. 

charles_leclerc  2h

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charles_leclerc  2h

carlossainz55Lord Percevalquien es la afortunada de hoy?

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carlossainz55
Lord Perceval
quien es la afortunada de hoy?

Gianna

Ustedes dos en
una sola mesa sin que explote?
Eso no se ve todos los días.

gianni.giove 20min

giove 20min

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TORSIÓN EN MÓNACO | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora