Intensos:
Jihaein
─ Tae... ─ me acurruco contra su pecho cuando pasa sus manos a mis mejillas acariciándolas delicadamente.
─ Tomaré eso como un sí ─ me apega más hacia él.
─ Te extrañé tanto ─ correspondo tomándolo por la cintura haciendo lo mismo, aspiro su aroma que me embriaga al instante elevándome hasta las nubes.
Este hombre me tiene loca.
─ Vamos linda ─ me suelta y abre la puerta del auto solo le sonrío asintiendo efusivamente.
No puedo evitar mirarlo a cada segundo, parece que con el tiempo él se pone mejor.
Las facciones tan marcadas de su rostro, la mandíbula perfectamente delineada, los labios tan apetecibles, rellenitos y rosados, el arco de cupido tan preciso, los profundos orbes oscuros que me hacen perderme en ellos, me absorbe completamente, estoy maravillada por esos pozos oscuros sin fondo que me idolatran como si fuera alguna deidad para él, él no me mira, me venera, eso es lo que tiene totalmente perdida en él; la nariz hecha a medida para esa penetrante faz que lleva, el cabello tenuemente ondeado, oscuro como el fondo del océano, le cae un poco más abajo de las tupidas cejas, abarcando parte del ojo derecho ─ exquisitamente impecable ─. Los pendientes colgados en los lóbulos de las orejas lo hacen ver inigualable.
Ni hablar del traje hecho a medida, que lo hace ver más pecaminoso de lo que es, un conjunto carbón extremadamente alineado con el aura de preeminencia que desprende por doquier, este hombre grita sensualidad desde donde lo mires, la cafarena negra hacen el contrapunto ideal para todo lo que lleva puesto y aquí viene mi parte favorita...
¡Santo cielo! Perdón por las cosas que estoy pensando.
Los dedos de este hombre te ponen a cavilar frenéticamente en las magníficas y morbosas cosas que te puede hacer. De solo imaginármelo todos los flujos de mi cuerpo se acumulan en un punto especial, una parte muy sensible y preciada para mí pero que estoy dispuesta a experimentar con este sujeto tan perfecto.
Después de toda aquella descripción que de la nada me ha dejado con la boca seca, veo cómo llegamos a lo que parece ser un restaurante campestre, es enormeee, a mí en particular me encanta todo esto, el aire puro, el sonido de los animales, la suave brisa que mece a los gigantescos árboles, me dan la paz que no puedo tener dentro de casa.
Estar alejada aunque sea un insignificante momento fuera de mi familia me hace bien.
─ Cariño ven ─ llama extendiéndome la venosa mano que tiene.
Voy al instante y enredo mi brazo con el suyo y comenzamos a caminar juntos adentrándonos al hermoso paisaje que nos espera.
Entramos a un tipo mostrador que muestra la figura de una mujer mayor que nos sonríe amablemente a lo cual nosotros hacemos exactamente lo mismo, la hermosa sonrisa de Taehyung me deja sin palabras, siempre ha sido así, cómo achina los ojos a la vez que el cabello se mueve dándole aquel efecto de película dónde el protagonista hace cualquier cosa y todo esto pasa en cámara lenta.
Exacto, ese mismo efecto tiene en mí.
─ Bienvenidos ─ nos sonríe cálidamente la mujer.
─ Hice una reservación la semana pasada ─ responde acomodándose los anillos de la mano ─ A nombre de Kim Taehyung.
Eso fue suficiente para ver cómo los ojos de la señora casi salen de su cuencas por la sorpresa y al instante hace repetidas reverencias a la vez que dice un "lo siento".
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ᴅɪꜱᴏʀᴅᴇʀ ⇝ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢ ᴋᴏᴏᴋ
FanfictionJihaein, una joven patinadora de 19 años con una vida bastante miserable, las constantes peleas y riñas la han llevado a desarrollar diferentes conductas respecto a su entorno, convirtiéndola en una persona calculadora, esa máscara la ha hecho resal...