ᴅɪꜱᴏʀᴅᴇʀ ⇝ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢ ᴋᴏᴏᴋ

CAPÍTULO 6

Niña engreída:

Jeon Jungkook

Me arrepiento tanto de haber aceptado esta ridícula salida, la altivez de aquella mujer me tiene tan cabreado, la forma arrogante en qué me miraba, como hacía esos burlones gestos.

Jimin sale casi al momento de que ella se fue y al no verla se mira confuso.

─ ¿Y Jihaein?

─ Acaba de irse ─ responde su novia señalando el camino por dónde se fue.

Él se voltea a mirarme pidiéndome que vaya por ella.

─ ¿Qué haces ahí sin hacer nada Jeon? Llévala ─ espeta el rubio preocupado.

Su amiga me suplica con la mirada que lo haga y Jimin me hace señas de que vaya rápido.

Genial, ahora soy su chófer.

Me subo al auto y veo cómo aquella menuda figura ya había avanzado unas dos calles, ¿cómo avanzó tan rápido?, agilizo y freno justo delante suyo, lo que desata que ella diera un respingo en su lugar.

─ ¡QUÉ TE PASA IDIOTA! ¡¿ACASO ERES CIEGO EH?!

Relaja el ceño cuando bajo del auto, levanto una ceja analizándola detenidamente lo que provoca que empiece a inquietarse por mi repentina inspección.

─ Sube ─ la seriedad con la que hablo hace que ella me mire con rareza.

─ ¿Eh?

─ Que subas ─ la confusión en su rostro es un poema ─ ¿Acaso estás sorda?

─ ¿Disculpa? Si quieres ser un caballero estás fracasando por si no lo habías notado.

─ Nunca dije que quería ser uno ─ doy un paso y ella inconscientemente retrocede ─ ¿Qué pasa Jihaein?

Se queda observándome para que al final suelte una risa amarga acompañada de un deje de burla.

─ Vaya... así que eres uno de esos chicos por lo que veo ─ la sonrisa ladeada no la paso por alto.

Solo me encojo de hombros en mi lugar y dispuesto a continuar, avanzo un poco más hasta que ella cambia su mirada a una completamente fría y sin vida.

─ Suficiente por hoy ─ se separa y ya dispuesta a caminar la detengo tomándola del brazo impidiéndole dicha acción.

─ ¿Suficiente? Suficiente tengo yo que tengo que soportar a una chiquilla altanera como tú Jihaein, si vengo aquí no es por mi voluntad, la estúpida de tu amiga y el idiota del mío me mandaron por ti.

─ Estúpido e idiota tú entonces que hiciste lo que ellos te pidieron, en fin... ─ sigue burlándose en mi cara.

A este punto el estrés por esta mocosa me tiene al límite, sin siquiera esperar respuesta echa a andar.

Maldigo para mis adentros y voy otra vez por ella, la fijo desde el auto, el lugar ya va cambiando de ambiente, ya no es uno sofisticado y elegante ahora son solo calles con los muros pintados con grafitis, expresando la rebeldía de la juventud de hoy en día, en cada esquina hay uno que otro vagabundo pidiendo comida a la gente que pasa, el olor realmente es putrefacto, no entiendo cómo hay gente que pasa toda su vida en estos sitios llenos de criminales al acecho, dispuestos a saquearte con el mínimo descuido que tengas pero la rebelde mujer que tengo delante por lo visto no se da cuenta de eso.

La mocosa engreída sigue su camino como si nada, está bien aferrada a las tiras de la mochila, ni siquiera se da vuelta a mirar a aquellos que según ellos la están halagando, son solo unas personas hormonales queriendo llamar la atención de chiquillas a través de sus piropos asquerosos.