ᴅɪꜱᴏʀᴅᴇʀ ⇝ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢ ᴋᴏᴏᴋ

CAPÍTULO 5

¿Y tú qué?:

Jihaein

Mejor me hubiera ido con el otro chico.

Fui testigo del constante parloteo y las desagradables muestras de cariño que se daban los de adelante, An como si tuviera cuerda hablaba demasiado, contándome cómo se conocieron, lo bien que congeniaron y cómo siguen enamorándose cada día más.

Que puto dolor de cabeza.

Solo estoy rogando porque lleguemos rápido a ese bendito restaurante mientras tanto mi amiga no para de hablar y yo sólo estoy de lo más concentrada en el celular, ¿esperando algo? ni yo estoy segura, cuando siento cómo el vehículo se detiene, canto victoria interiormente, salgo hecha una bala no queriendo escuchar la conversación tan diabética de ella y su novio.

Me doy cuenta del tan lujoso restaurante que yace justo frente a mis narices, deben estar jodiéndome, es el más grande de Seúl a decir verdad, conocido por ser tan concurrido por personas adineradas, políticos, famosos de talla mundial, magnates, es decir por aquellos que creen estar por encima de todos por su manchado dinero.

A mi lado suena un silbido proveniente de mi amiga que está igual o incluso más impresionada que yo, es que nosotras ni siquiera con toda una vida podríamos darnos este tipo de lujos.

─ Sabía que era rico ─ musita bajito ─ Pero no tanto para llegar a este extremo.

─ ¿Te lo ganaste en algún juego o algo? ─ inquiero viendo la sonrisa boba que se forma en su cara.

Esperamos a que él llegue para poder entrar juntos al gran establecimiento, en eso me percato de que su amigo también había llegado y por su cara suponía que no estaba de buen humor, miraba a todas las personas que se le cruzaban con prepotencia e indiferencia.

El rubio llega y posa la mano en la cintura de su novia y entran dándose uno que otro beso haciendo que gire inmediatamente.

Admiro la gran estructura, estando aquí todo parece multiplicarse en tamaño, todo y todos me hacen ver tan pequeña, decir que estoy cómoda sería mentir grandemente, la gran cantidad de ojos que me observan me hacen encogerme en mi lugar, personalmente no me gusta ser el foco de atención cuando estoy fuera de la pista es por eso que, el que hagan esto me hace sentir este malestar.

El encargado va a nuestro encuentro mientras ambos chicos se sacan los abrigos dándoselos a este que se apresura a recibirlos y preguntar si están cómodos.

El chico sonrisa perfecta se detiene susurrándole en el oído del mesero y este por acto reflejo nos hace una reverencia a mi amiga y a mí, nos guía hacia un lugar apartado de toda la gran cantidad de gente engreída.

El espacio reservado es bastante romántico, adornado con candelabros de los cuales cuelgan unas cadenas repletas de perlas blancas, la luz tenue hace un contraste perfecto con el de la luna, las velas ordenadas formando una especie de barrera me hace reiterarme lo costoso que debe ser todo esto.

La boca abierta de An no la pasa por desaparecida su adorado novio, quien solo se limita a sonreír y acariciarle la mejilla, en cambio el otro chico siento que en cualquier momento le va a salir fuego por los ojos, luce tan enfadado que ni siquiera sería una opción factible dirigirle la palabra.

Quiero pensar que deben ser problemas suyos y no mi informal rechazo cuando ni siquiera emití palabra alguna cuando indirectamente me propuso ir con él.

Quiero pensar eso, porque desde que llegó anda con cara de pocos amigos, espantando a todos los que quieran acercarse porque con una sola mirada de esas estoy segura de que te haría llorar hasta pedirle perdón sin saber exactamente el porqué.