Jihaein, una joven patinadora de 19 años con una vida bastante miserable, las constantes peleas y riñas la han llevado a desarrollar diferentes conductas respecto a su entorno, convirtiéndola en una persona calculadora, esa máscara la ha hecho resal...
Llevo repitiéndome incesantemente desde hace aproximadamente media hora. El sujeto que tengo al lado mío está completamente ajeno a la pelea interna que está surgiendo ferozmente en mi cabeza.
Desnuda y vulnerable, acostada frente a un total desconocido que me tiene en sus manos valiéndose de juegos sucios para lograr su cometido, es justamente el resumen perfecto de los últimos acontecimientos de mi vida.
Quiero pensar y hacerme creer que yo tampoco quise esto, maldita sea quiero hacerlo pero no puedo, mi cuerpo tomó el control y simplemente cedió a los deseos del hombre tan vil que tengo como carcelero.
No quiero partirme la cabeza tratando de enmendar el estúpido error que acabo de cometer porque sé que no lo hay, no hay excusa válida para negar que quise acostarme con Jeon Jungkook.
Luego de nuestro encuentro tan íntimo no sé cómo pero me quedé dormida con él a mi lado, desde entonces no ha despegado su brazo que se posa alrededor de mi cintura manteniéndome firme y quieta. La respiración acompañada con los latidos de su corazón me han dejado fuera de batalla, dormido parece una persona completamente distinta a la bestia humana que es cuando no lo está.
Lentamente voy retirando su tatuado brazo de la curva de mi cintura, cada vez que consigo moverlo aunque sea mínimo, tomo una fuerte respiración indicando que he estado conteniendo el aire intentando no mover algún músculo en falso y despertarlo, porque es lo menos que quiero ahora mismo.
Cuando solo sus dedos tocan mi piel doy brincos de alegría interiormente pero al instante me quedo helada cuando gruñe fastidiado y entreabre la boca para suspirar y volverse a dormir dándose la vuelta y ahora su ancha y bien formada espalda queda a mi vista.
Acabo de sufrir un mini infarto.
Regulando mis respiraciones voy incorporándome cuidadosamente de la enorme cama.
Un poco más lúcida fijo mis pies en el suelo y voy bajando lentamente hasta tocar el piso. La fría y áspera loza me recibe abiertamente haciendo que pegue un brinco por el contraste de temperatura. Me levanto de la cama sin dejar de mirar en ningún momento al depredador que ahora está sumido en un profundo sueño.
Ya totalmente estabilizada, el punzante ardor en mi parte baja me hace querer gritar.
Joder, no pensé que dolería así.
Trato como sea de mantenerme quieta y evitar quejarme y empiezo a buscar mi ropa con una velocidad impresionante. Lo primero que encuentro son mis bragas tiradas frente al espejo, ni siquiera quiero echar una ojeada debo verme terriblemente mal, así que solo me dedico a ponerme mi ropa interior.
Así demoro unos 10 minutos buscando de allá para acá mis prendas y cuando ya estoy totalmente vestida me apuro a buscar el móvil. De pronto veo una lucecita proveniente de una de los estantes y automáticamente voy y lo recojo.
Abro el aparatito y se me forma un nudo en la garganta cuando veo mensajes y llamadas perdidas de Tae.
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