Thraveling through Phantheons V

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Dioses Védicos

Atlántida

Mayo 23 2008

El palacio de la Atlántida había sido considerado por sus habitantes, en sus miles de años existiendo, como una maravilla arquitectónica adelantada a su época, como un lugar mágico en el que cientos de criaturas mitad pez habitaban, aunque era cierto que en sus inicios sus habitantes eran mayormente tritones eso cambió tiempos después, cuando un grupo descendió hacia los mares trayendo consigo secretos de la superficies cuando Ophion había sido desterrado encontrando refugio en la Atlántida y trayendo consigo todos sus conocimientos, fue eso lo que le dio un impulso a ese reino, fue eso lo que propició la creación de Icthyocentauros, fue eso lo que impulsó los Diez reinos que formaban el gran imperio atlante, pero eso es otra historia, una historia que ahora pocos recordaban y a pocos le importaban.

En las cálidas agua que rodeaban el palacio la vida prevalecía, millones de criaturas de todo tipo habían empezado a poblar el reino que recibía miles de nombres distintos de acuerdo a el panteón que lo viera, y cuya entradas estaban escondidas bajo el mar, ahí Percy nadaba tranquilamente dirigiéndose hacia la sala de trono, estaba terminando de hacer preparativos para los futuros sucesos en el campamento, ya había limpiado unas entradas a el laberinto, incluidas las ocultas bajo el mar y la del campamento, admiraba a las criaturas a su alrededor, criaturas de ensueño y pesadillas, había monstruos titánicos, tan Grandes que podían llenar la fosa de las marianas con la mitad de su cuerpo, otros eran parecidos a la fauna que habitaba el océano, seres parecidos a crustáceos, o cefalópodos, cetáceos o cnidarios, una amplia variedad que indicaba una única cosa, la Atlántida estaba progresando, tal vez más de lo que hizo alguna vez, incluso más que cuando Ophion descendió a las profundidades.

Percy por su parte siempre se sintió calmado en ese lugar, sentía la fuerte conexión con el mar y sentía el poder de los primordiales filtrándose en el mundo que habían creado, Pero ahora las cosas eran diferentes, ahora Percy sabía que aunque la entrada a la Atlántida fuera libre en realidad era otro reino, otro mundo aparte, un plano separado de la tierra en la que el vivía, había noches en que ese pensamiento no lo dejaba dormir, aunque una parte de el se maravillara al pensar en viajar a otro mundo, en visitar un punto que los mortales estarían a milenios de alcanzar. Sin embargo aún pensaba en lo que eso significaba, era un reino distinto a pesar que se pudiera accesar a el desde cualquier parte Del Mar, en ese reino las reglas eran distintas a como eran en la tierra o en el mar común, el Orichalcum impulsaba casi todo, el platino oceánico pintaba casi todo y se podía sentir su poder en las aguas, lo que lo hacía un lugar peligroso para todas aquellos seres que no tuvieran una conexión con el mar.

Pero a Percy no le preocupaba eso, había llegado a relacionarse con todas las criaturas que se estaban mudando a la Atlántida y sus diez regiones, Percy aún no terminaba de descubrir todo los secretos de ese nuevo mundo, aunque sabía que tanto Pontus como Thalassa Los conocían Bien, pero dudaba que cualquier otro lo hiciera, sin embargo había unas cuantas cosas que si sabía.

1- El Orichalcum potenciaba toda la vida en ese mundo, cada criatura que terminara anclándose en parte a este era más fuerte ahí, y una pizca del metal diluido en el agua se filtraba en su sistema, indetectable pro medios mundanos pero presente.

2- Un reino, o Mundo, podía incluso estar en otra parte del universo, de la galaxia, pues algunos de los primordiales estaba ligados a otros plano planetarios, un planeta de la galaxia que tiene otro plano el cual es el primordial o un reino, Atlantis parecía estar íntimamente relacionada con Neptuno, irónicamente.

Percabeth: La historia tiende a repetirseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora