El estrellado Ourannus

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San Francisco
Enero 15 2008

Percy se detuvo, frente a el se alzaba un gran muro de roca negra, eso no había estado ahí la última vez que visitó ese lugar, y eso que no tenía más de un mes de eso, Percy miró los grabados en la roca, letras griegas que detallaban el ascenso de los titanes al poder, desde la caída de Urano hasta la guerra con Ophion, el hijo del tiempo y el destino, Percy hizo una mueca al leer el nombre, poco sabía de el antiguo rey, solo sabía que durante el tiempo que Urano se auto-desterró fue el quien dominó el mundo de la superficie, y cuando Gaia obligó a el cielo a descender nuevamente fue cuando la guerra empezó.

Percy se metió a través de unas grietas, el aire a su alrededor era frío, una gruesa capa de niebla cubría sus sentidos, pero al mismo tiempo los aumentaba por su alta concentración de agua, finalmente llegó a una caverna, oscuras columnas veteadas de dorado se alzaban formando un camino hacia una estructura de hielo, Percy avanzó con cautela, tal vez los monstruos se habían batido en retirada, pero no sabía cuando decidí debían regresar para asentar su base, tampoco sabía si los Romanos habrían mandado algún grupo de reconocimiento al ver actividad en la zona.

Percy había ocurrido por simples razones, seguía la voluntad de un primordial, en este caso aquel que le había hablado mientras sostenía el cielo, irónicamente era el cielo mismo, Percy no sabía si confiar en las palabras del primordial, las historias sobre el no eran las más amables y temía encontrarse con un primordial amargado y fácil de irritar, pero no había mucho que hacer, así que decidió ver que es lo que el primordial pretendía, si era aliado o enemigo, aunque esperaba que fuera lo primero, esperaba que el mensaje de Thalassa hubiera llegado, y con suerte esperaba encontrar alguna señal que Zoë seguía viva en las estrellas.

Como había llegado sin causar sospechas? Simple, había convencido a su madre de visitar San Francisco, y cuando el trato de convencerlo que era una mala idea el le mostró que podía protegerse perfectamente, ademas argumentó que quería visitar a Annabeth, al escuchar sus palabras si madre dejó de replicar se subió al cucho y conducido por cuatro días, aprovechó ese viaje de madre e hijo para explicarle la situación sobre Paul, Percy le dijo con una sonrisa 'Mientras el té haga feliz', algo que ella aprecio.

Después de un largo Día su mamá se fue a dormir, y Percy aprovechó para salir, sabía que si ella se despertaba no se preocuparía de su ausencia, ya se había acostumbrado a sus salidas para hacerle favores a las ninfas acuáticas, o algún otro ser, o simplemente para cazar monstruos por un par de horas, confiaba en su hijo y en su habilidad para defenderse.

Y para el ocaso llegó al monte Tamalpis moviéndose a través de el vapor, habilidad que en había logrado perfeccionar nuevamente, pasó frente a Ladon sin alertarlo, tampoco las Hespérides parecieron percatarse de su presencia, así que el avanzó sin muchos problemas hasta llegar a aquella muralla de roca Negra, en el momento en que la había visto Percy supuso que era eso, una muralla construida durante el asedio de los dioses, pero al atravesar la grieta descubrió que esa muralla era en realidad un muro del castillo, una de las paredes que formaban el enorme palacio.

Percy avanzó hasta llegar a el centro de todo, las sombras parecían cubrirlo algo que agradecía, tenía la protección de Hades, el favor de Morrigan y el poder de Nejhbet, aún no comprendía como los primordiales habían convencido a los dioses de diversos panteones de escucharlo pero no se quejaría, era una gran ventaja aunque temía que si alguien lo descubrirá lo considerará un gran peligro.

Finalmente Percy llegó hasta el cielo, el cúmulo de nubes que se arremolinaban y parecían querer descender a la tierra, Percy lo miró fijamente aún oculto entre las sombras, como una capa que ocultaba asu presencia a la perfección, las nubes se asentaban sin presionar sobre la estructura de hielo en la que se encontraba Atlas, parecía que el cielo se había calmado y no le interesaba bajar ya, el titán estaba completamente congelado, miraba al frente con una mueca furibunda, su ojos izquierdo estaba completamente desapareció, en su lugar una mancha dorada de Ichor.

Percabeth: La historia tiende a repetirseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora