Percabeth: La historia tiende a repetirse

πεντεκαίδεκα

Campamento Mestizo

Conforme pasaron los días Percy no pudo evitar sentirse cada vez más irritado y estresado por el actual director del campamento, cada hora, cada segundo que pasaba escuchando sus parloteos sin sentidos no hacía más que provocarlo y tenía que recurrir a horas oculto bajo las turbulentas pero aún así claras aguas del lago de canoas para calmarse, y a pesar de la compañía de las Nayades, que parecían reverenciarlo, respetarlo e incluso había unas, las más jóvenes y con más malicia que parecían intentar seducirlo, aún así eso era una molestia menor en comparación con Tantalo, pero gracias a eso descubrió que las nayades, los Oceánides y otras deidades de agua dulce, Ríos y lagos llegaban a ser una buena compañía.

Pero eso no fue todo, cuando Percy logró por fin levantarse después de lidiar con el toro, y después que Annabeth le diera un poco de Néctar que guardaba en una cantimplora, el hijo de Poseidon miró a su alrededor, su memoria no le hacía justicia a lo que veía, el enorme pino de Thalía, que su memoria recordaba verse y llenó de vigor se veía amarillento, las espinas cayendo y las ramas quebradizas decoraban el suelo bajo el trono del enorme pino; los niños que corrían con armas y las ninfas y sátiros armados con arcos y flechas y el semblante sombrío, en lo más profundo de su mente los recuerdos de lo que había pasado ese verano resurgían, y aún así todo se veía peor.

Pero Percy ignoró todo eso y después de la sesión de preguntas de su hermano y despedirse de Quiron, momento en que el centauro aprovechó, así como la vez pasada de hacerle prometer a Annabeth que cuidaría de Percy, algo que ofendió ligeramente al hijo de Poseidón, no necesitaba protección, no importaba si era la persona en quien más confiaba dentro del campamento, simplemente quería la libertad que tenía al no tener un ojo observando todos y cada uno de sus movimientos, y como no podía faltar el centauro mencionó la profecía haciendo que Percy haga una mueca, no le gustaba la profecía, y cuando Quiron se fue y los campistas empezaron a dirigirse a la cena, finalmente llegó momento de conocer 'oficialmente' a Tantalo.

Decir que Percy lo odio en el momento en que lo vio sería una mentira, primero por que fue desde antes, segundo por que en realidad ya lo conocía, sus recuerdos de ese verano se disparaban con cada pequeña estimulación, los comentarios sin sentido de Dionisio que le daban de ganas de cortarle la lengua con Riptide, y durante la cena, mientras Tantalo hablaba sobre reinstaurar las carreras de carros, Percy tuvo que esforzarse por no romper lo cubiertos que tenía en sus manos, aunque no le importo los falsos elogios que le daba a Clarisse, no le importaba nada que pudiera ofrecer el antiguo Rey, y terminando con Tyson siendo reclamado, un par de burlas se escucharon pero muchas menos que las que vivían en los recuerdos del semidiós, ese día Percy no dijo nada, limitándose a comer tranquilamente mientras el cíclope iba animado con su hermano, después de todo ya lo sabia, Percy se lo había dicho unos meses atrás, poco después de que las Destinos se le aparecieran.

Al día Siguiente, y al despertar con otro ser en la cabaña de Poseidón, lo primero que hizo Percy fue al lago, hablando con las Nayades y convenciéndolas de la benevolencia del pequeño cíclope, aunque tal vez debió haberlo dicho algo a Annabeth, pues no pudo evitar su discusión con ella, casi como si las Moiras hubieran que sucediera, como respuesta Percy se la pasó maldiciendo a las ancianas por casi una semana, pues no se atrevió a Hablar con la hija de Athena, cada vez que lo intentaba ella respondía cortante y se alejaba, no importaba cuanto intentara disculparse Percy, y durante dos días se sintió realmente miserable, y si a eso se le agregaba el problema que tenía al hacer que Tyson se sintiera a gusto con el campamento, al final Percy tenía manos llenas, pero aprovechó que llevó a Tyson con Beckendorf para pedirle algo que se había ocurrido durante su tiempo en la Atlántida, convertir su cuerno de minotauro en un arma, y tras un par de especificaciones y explicarle como se trabajaba mejor el material del que estaba hecho el hijo de Hefesto accedió a hacerlo entusiasmado por trabajar con otro material que no fuera el Bronce Celestial.