Percabeth: La historia tiende a repetirse

εἴκοσι

Westover Hall, Bar Harbor, Maine
Diciembre 14 2007

En el cielo la luna se alzaba imponente brillando con una fuerza anormal, parecía concentrar todo su brillo en un pequeño punto cerca de la costa, un acantilado se abría imponente elevándose sobre el más como si la misma luna fuera lo que tiraba de el, debajo las olas rugían y golpeaban con fuerza destructora la roca negra y húmeda que lo formaba, del otro lado un espeso bosque se extendía, en el centro se elevaba una estructura de aspecto gótico, parecía un castillo, completamente hecho de roca negra labrada, Torres y ventanales enormes, una única y enorme puerta de madera que parecía un portón levadizo y daba hacia un camino nevado, puerta que fue atravesada por tres figuras pequeñas en comparación al enorme castillo.

"Me pregunto donde..." empezó Annabeth mirando con perplejidad la arquitectura del lugar, sus ojos escaneaban los muros decorados con estandarte y armas, más a lo lejos se podían ver algunas armaduras, pero ella no pudo terminar su frase, fue interrumpida por el sonido chirriante de la puerta cerrándose.

"Bueeeno" murmuro Percy "Parece que vamos a quedarnos un rato" agregó y en ese momento percibió algo extraño en el lugar, aunque ya sabía que era, e inconscientemente llevó su mano a su bolsillo donde estaba Riptide camuflada, su única arma pues había decidido dejar el cuchillo maldito, como había decidido llamarlo, no quería repetir los sucesos de una semana anterior, sus manos aún temblaban de siquiera pensar en el baño de sangre en el que formó parte y fue la causa mayor, aunque también tenía guardadas otras dos armas, cortesía del dios del inframundo, dos cuchillos y una espada, todos camuflados en anillos de Plata , Thalía imitó a Percy llevando su mano a sus propias armas, sus brazalete plateado que era la réplica del escudo Aegis, ecos de la música se escuchaban a través de los pasillos, los tres guardaron sus cosas detrás de una columna, antes de empezar a cruzar la estancia.

Pronto fueron detenidos por dos personas que parecieron materializarse, Percy miró confundido a los recién llegados, ni si quiera había oído sus pasos y recordaba perfectamente haber escuchado a Dr. Thorn la primera vez, los tres se voltearon encarándolos, eran Thorn y al verlo Percy un centenar de emociones y memorias le cruzaron por la cabeza, apretó sus puño deseando darle un puñetazo en el acto mejor aún, atravesarlo de una con Riptide solo para ahorrarse problemas, Annabeth pareció notarlo y puso su mano en el hombre de el, al instante se relajó, la otra era la Srta. Gottschalk, la directora del lugar su Percy no recordaba mal.

"Y bien?" Pregunto ella, Thron entorno los ojos mirando a los tres, Percy apenas pudo notar como su nariz a se movía intentando captar el olor "Que hacen aquí?" Percy sonrió, su hora de brillar, levantó su mano y rápidamente chasqueó los dedos, y como si hubiera producido alguna clase de explosión toda la imagen a su alrededor se transformó como si su cerebro la estuviera reinterpretando, los estandartes ondearon y una especie de viento se formó pero nadie pareció notarlo, la mujer parpadeo un par de veces mientras Thorn fruncía el ceño confundido.

"Lo siento mucho Srta. Gottschalk, estábamos platicando y nos perdimos" dijo Percy con una sonrisa inocente, la directora frunció el ceño "Recuerda? Soy Percy, ella es Annabeth y ella es Thalia" agregó Percy manteniendo su sonrisa, Thorn miró confundido entornando los ojos mientras la directora asentía lentamente como si su cerebro estuviera rehaciendo todos sus recuerdos solo para que la niebla cumpla con su propósito, llevó su mano a su mentón de manera inquisitiva.

"Srta. Gottschalk, conoce a estos alumnos?" Pregunto Thorn aunque su tono no sonaba seguro, Percy lo miró a los ojos, se veía confundido, mucho, algo que a su ves confundió a Percy, en teoría la niebla no debería afectar a los monstruos no importaba que tanto lo intentaran controlar, pero como si su subconsciente fuera más rápido que el una idea se le formó, había matado a Erebus en la otra realidad, el primordial que controlaba la niebla, y como tal su alma había absorbido su poder pues los primordiales no podían morir, necesitaban tener una personificación, ya sea dormida o despierta, al menos algo así le había explicado Thalassa, que el poder de Erebus se fusionó con el, y cuando regresó simplemente estaba dormido, probablemente la niebla no afectaba a los monstruos por que no quería, ni siquiera Hécate podía obligarla, pero el, quien prácticamente la tenía en la sangre y ligada a su alma, era parte de ella, parte de casi todo el mundo mitológico.