τριάντα τέσσερα

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Laberinto de Dedalo

La entrada que usaron fue la que se encontraba en el hotel donde encontraron a Rachel. Guardado en los vestidores del Marriot y detrás de una vieja y en desuso lavadora. Annabeth se encargó de abrirla como recordaba Percy. La Η brillo en su respectivo tono azul derrumbando un tonel detrás de ellos. Era pequeño pero lo suficientemente grande para que los tres pudieran pasar sin problemas.

Empezaron a avanzar, Annabeth dejó que Rachel guiara el camino y aunque se mostraba tranquila miraba a la mortal con cuidado. Cada paso que daba y cada movimiento como si aún desconfiara. Percy caminaba entre ellas tranquilamente. Annabeth le dio un codazo antes de empezar a caminar más lento. Percy hizo lo mismo comprendiendo que ella quería hablar.

"Seguro que funcionará?" Pregunto Annabeth una vez que había suficiente distancia para que Rachel no los escuchara pero sin el peligro de separarse. Percy la volteo a ver con una sonrisa divertida.

"Claro que lo hará" respondió en un tono burlón.

"No puedo escuchar que es lo que dicen allá atrás, apúrense" grito Rachel aligerando más el paso mientras llegaban a una trifurcación.

"Bien, para donde?" Pregunto Annabeth una vez que la alcanzaron. Percy la miró de reojo notando el recelo de la hija de Athenea. Puede que se controlara bien y que al principio el no había anotado la molestia. Pero conforme pasaba el tiempo se hacía más evidente, Annabeth no confiaba en Rachel, y tampoco le agradaba. Percy sabia por que, aunque en su mente no terminaba de comprenderlo.

"Recto, en las otras dos parece haber trampas. Además, siento que algo me guía por acá?" Respondió Rachel completamente imperturbada. Hicieron caso y empezaron a avanzar detrás de ella.

"Parece que funciona" murmuro Annabeth, Rachel enarcó sus cejas pero continuo caminando. A la hija de Athenea no pareció importarlo, después de todo se dirigía a Percy.

"Si tú lo dices" murmuro el hijo de Poseidón manteniéndose alerta de sus alrededores. No sabía como cambiarían las cosas, según sus recuerdo Kelli, La empusa debería aparecer en cualquier momento, pero había un grave problema en eso. Kelli estaba muerta, el lo había hecho a comienzos del verano. Como podía aparecer si estaba regenerándose? Como cambiarán las cosas.

No fue hasta que hubieron avanzado unos cien metros que el túnel tembló. Annabeth se apresuró a tomar su daga, dandose la vuelta y cubriéndole la espalda a Percy. Rachel corrió escondiéndose entre Percy y Annabeth, el hijo de Poseidón sin embargo se limitó a cerrar su puño intentando concentrarse en el agua a su alrededor. Era complicado, fluctuaba constante junto al laberinto, no había orden.

"Deberíamos seguir" murmuro Percy. Annabeth lo miró por encima de su hombre y asintió, guardando su daga de bronce y relajándose. Rachel salió de su escondite. Annabeth le dio una palmada en la espalda instándola a avanzar de nuevo.

Caminaron otros cincuenta metros en línea recta antes de llegar a un claro. Salieron por una de las veinte entradas que los rodeaban, todas de un estilo arquitectónico. Caminaron hasta el centro, Rachel miraba a su alrededor dando pasos cortos demostrando su temor. Percy sintió perturbaciones en el aire, la cantidad de agua a su alrededor aumento considerablemente. Se volteo Justo cuando un enorme Lestrigon aparecía, sus hombros estaban cubiertos por cráneos de oso y usaba como cinturón lo que parecía una columna vertebral.

"Miren que tenemossss aquí" dijo una voz detrás de el. Percy se volteo solo para encontrarse con diez Drachanaes, otros tres Lestrigones y un par de cíclopes. Estos últimos cargaban cajas de provisiones que decían Rancho Triple G. Estaban moviendo suministros de su base hacia el frente de su avanzada

Percabeth: La historia tiende a repetirseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora