El lunes dio paso al martes. El martes al miércoles, y así
sucesivamente hasta que llegó el tan esperado viernes. Día
en que Sheila y Jenny, pondrían rumbo a su aventura de fin
de semana en Las Vegas. No volvió a ver al rubiales en toda
la semana, pero no por ello había dejado de pensar en él.
Sobre todo por las noches, cuando acostada en su cama
recreaba una y otra vez en su mente su último encuentro. Si
el primer beso ya la había dejado confundida, el segundo
para qué contar... Se recriminó infinidad de veces su
comportamiento de la última vez por haberse quedado como
una colegiala enamorada esperando a que él la besara. Con
lo ágil que era ella para dar contestaciones y resulta que
aquel día, las malditas palabras que tantas veces le
resultaban fáciles de pronunciar, habían brillado por su
ausencia. Al final, cabreada con ella misma se había
prometido que no sería así la próxima vez que se vieran.
Cuando el muy gilipollas volviera a cruzarse en su camino,
sería él el que se quedaría sin palabras. Cómo que se
llamaba Sheila que sería así.Por otro lado, Dairene no se creyó lo del concierto
hasta que no la vio haciendo la maleta. Como una madre
pendiente de su hija, le había hecho montones de preguntas:
«¿Con quién vas?». «¿Dónde vas a alojarte?». «¿Tienes
dinero suficiente?». Y por último: «Ten mucho cuidado por
favor, diviértete sanamente y no hagas locuras, mira que
cuando una está en Las Vegas se olvida de todo y la acaba
liando». ¿Le diría aquello por experiencia propia? Sí, seguro
que sí. Decidió que no iba a hacerle caso en aquello último,
no por nada en concreto, sino porque por primera vez en
mucho tiempo, le apetecía divertirse de verdad. Obviamente
no se lo dijo a ella. A quien sí se lo dijo fue a Jenny en
cuanto el avión despegó.
—¿Sabes qué te digo, Jenny?—Preguntó mirando a
su amiga.
—¿Qué?
—Este fin de semana pienso soltarme la melena y
disfrutarlo a tope.
—Déjame que lo dude...—fue la respuesta de su
amiga.
—Te lo digo totalmente en serio.
—¿Estás segura?
—Completamente. Cómo un tiarrón de esos que
andan por ahí sueltos se me ponga a tiro... ¡Zas!—dijo
dando una palmada con ímpetu—. Iré a por todas.
—Si tú lo dices...—Ya lo verás. Este fin de semana no seré yo ni mi
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Bienvenida al club,relajate y disfruta.(Lust #2)
RomanceSheila, una asturiana de armas tomar que abandona su tierra natal dispuesta a buscarse la vida, y de paso, recuperar el control de ésta, llega a Nueva York arrasándolo todo a su paso con su fuerte personalidad. Dos titanes que están destinados a enc...